Capítulo 1.

15 1 0
                                    

"Ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed."

– Ovidio

I

ADELIAH.

Tengo que salir de aquí.

No sé qué ha pasado, pero sé que lo he hecho, otra vez.

Ahora, estoy en una cama, desnuda, confundida e indefensa físicamente. Intento levantarme de ésta, con cuidado de no despertar a quien sea que esté en la cama conmigo, pero, afortunadamente al levantar la vista, no hay nadie. Solo almohadas formando un cuerpo.

Echo un vistazo a mi alrededor y no reconozco donde estoy. Sigo observando el lugar y me doy cuenta de que es una habitación. Hay ropa tirada sin cuidado en el suelo de ésta, intento buscar con la mirada la mía y, como si fuese de película, comienzo a tener pequeños recuerdos de la noche anterior.

Trabajo.

Fiesta.

Alcohol.

Y sexo, mucho sexo.

Un escalofrío recorre mi espalda y estoy sudando frío. Mis manos están adormeciéndose y sé lo que se aproxima, pero no puedo tener uno ahorita, no aquí.

Me visto lo más rápido que puedo y salgo de la habitación. El olor a café recién hecho invade mis fosas nasales y hace que una ola de recuerdos venga mi mente. Por más que me encantara el café, era inevitable que las memorias no vinieran a mí, y dolieran.

Digamos que alguien que me hizo daño tomaba mucho café.

Intento salir sin ser atrapada, pero al llegar a la cocina por un vaso de agua, mi plan se va a la mierda, porque ahí está él, mirándome con una sonrisa tierna en la cara.

—¿Intentando escapar? —dijo Christian, aguantando una risa.

Christian es un compañero del trabajo, unas cuantas veces me había invitado a salir en algo más que amigos, pero en todas me había negado. No porque no sea guapo, lo es. Pero el busca algo más, busca una relación seria y eso algo que yo no le puedo dar. Si bien no era la primera vez que teníamos sexo, si era la primera vez que lo hacíamos en el que creo que es su departamento y eso me estaba empezando a asustar.

—Tengo que ir a ver a Adriel —me excusé.

—¿Por qué no lo traes?

—Porque no quiero que vea esto, no quiero que vea a su mamá con un hombre.

—Pero si él ya me conoce, lo has llevado miles de veces a la oficina. Te ha visto con muchos hombres ahí.

—Es distinto, no me follo a todos los hombres de ahí. Adriel te conoce como mi compañero, como mi amigo, no como algo más.

—¿Estás diciendo que somos algo más?

—Pues técnicamente lo somos, pero no en cuestión seria y lo sabes. Es solo sexo.

—¿Por qué no puede ser algo más? Me gustas, Addy. Me gustas mucho.

—Porque estás buscando algo que no te puedo dar, no te puedo dar esa estabilidad que alguien merece. Por respeto a ti, a mí y a nuestra amistad, prefiero dejarlo así. Y no me vuelvas a decir Addy, sabes que no me gusta que me digan así.

—Bien, espero que un día cambies de opinión. ¿Quieres que te lleve con Adriel? ¿Dónde está?

—Está con Agni. Y preferiría ir sola, te dije que no quiero que Adriel nos vea en estas condiciones. No quiero que se haga ilusiones de que va a tener un papá o algo así.

Adeliah - La verdad de mi pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora