1.

13 1 0
                                    

...

Le dio dinero a mi mamá para amortizar la hipoteca, dijo que eso saldría del pago que me daría en negro hasta que pudiera trabajar legalmente para él.

Mamá lloro. Se negó, pero luego se dio cuenta de que no podía decir que no, entonces lloro y dijo que si. Gordo me hizo prometer que le avisaría si las cosas se volvían a ponerse feas. Creo que ella pensó que Gordo era un héroe e intento sonreír un poco más, intento reír con ligereza e inclinar un poco más sus caderas.

No creía que Gordo estuviera interesado en mi madre. Ella ignoraba que una vez, cuando tenía 6 años, lo había visto con otro tipo del brazo mientras entraban al cine. Gordo reía a carcajadas y tenía estrellas en sus ojos. Nunca volví a ver al hombre que iba con el, ni vi a gordo con alguien más. Quería preguntarle algo al respecto, pero de repente tenía cierta tensión alrededor de sus ojos que antes no estaba allí, así que jamás lo hice. A las personas no les gusta recordar cosas tristes.

Las cartas amenazantes y las llamadas telefónicas del banco se detuvieron.
Solo llevo seis meses devolverle todo el dinero a Gordo, o eso dijo el. No entendía bien cómo funcionaba el dinero, pero creía que llevaría mucho más tiempo. Sin embargo, el aseguró que la deuda había sido saldada y eso fue todo.

No vi mucho dinero después, Gordo me abrió una cuenta bancaria en donde acumularía intereses. No sabía lo que quería decir con acumular los intereses, pero confiaba en Gordo.

-para los días lluviosos- dijo.

No me gustaba cuando llovía.

274 aullidos.

La canción de manada  /Carter Bennett Where stories live. Discover now