Alysson.
Mierda, mierda y mierda ¿mi mala suerte no puede acabarse? De todos los Starbucks de esta maldita ciudad tiene que venir a este ¿por qué?
Intenté parecer indiferente pero solo conseguí parecer una niña tonta, me agaché a recoger el boli del suelo. Tuve la mala idea de mirar por encima de las gafas, ¿qué? ¿Por qué me mira así? Tenía una estúpida sonrisa y estaba cruzado de brazos.
-¿Nombre? –Intenté que mi voz sonase lo más natural posible, fallé.-
-Que escusa más mala para pedir mi nombre –pude notar que se estaba mofando de mí.-
-¿Sabes qué? Creo que será mejor que te atienda Sara, seguro que a ella le interesa tu nombre. Punto para mi.-
-Eh... ¿Siempre estás de ese humor?
-¿Te importa?
-Muy bien, muy bien. Por cierto, difícil de quitar la mancha, eh. –soltó una leve risita imposible de disimular.-
-Tuviste que haber llorado mucho, y ahora ¿nombre? –Esta vez mi voz sonó algo molesta, ¿de qué va este tío?.-
-De acuerdo, de acuerdo –levanto las manos en señal de inocencia.- Sebas.
Apunté el pedido junto con el nombre y se lo entregué a Sara, pasaba de tener que volver a vérmelas con ese idiota. Aunque no pudiera evitar buscarlo con la mirada mientras atendía otros pedidos. Me di cuenta de que no había venido solo. ¿Qué? Vamos Al reacciona ¿por qué te importa ese idiota? Da igual si viene solo, con un perro o incluso con su queridísimo lemur de cola anillada. Me reí sola de mi propio comentario.
-Oye Al ¿Quién era ese? – me dijo Sara con la mirada fija en él.-
-¿Por qué lo dices? – Sin poder evitarlo seguí la mirada de Sara hacia él, estaba jugueteando con su café mientras miraba por la ventana.-
-¿No lo conoces?
-No, ¿por qué tendría que hacerlo? –bueno, realmente no lo conocía solo le había manchando la camisade café. Y eso no cuenta.-
-Parecía que os conocíais, no ha dejado de mirarte.-
-Pues no lo conozco.
-Entonces ¿no pasará nada por qué intente ligármelo, no? -no me apetecía discutir con Sara que probablemente la chica con la que estaba sentado fuese novia, incluso mujer. Y bueno ¿a mí qué diablos me importa?
-No, en absoluto.- Le sonreí mientras miraba en su dirección y nuestras miradas se encontraron.- ¿por qué me miraba? mejor dicho ¿por qué le miraba?
Aproveché que no había mucha gente para limpiar un poco la encimera de madera de la cual las manchas secas costaba mucho quitar y de paso colocar algunos toppings en sus envases.Hacía un buen día y la luz solar de la tarde se filtraba por las ventanas y atravesaba las finas cortinas en color crema. De vez en cuando echaba una mirada hacia su mesa, parecían entretenidos el uno con el otro, no sé si ella con él o él con ella. No lo tenía claro.
Estaba solo a 15 min de terminar mi primer turno y no volver hasta la semana que viene, y para celebrarlo me ofrecí a recoger las mesas mientras Sara atendía. Me conecté los cascos al móvil y lo guardé en el delantal con el logo de "Starbucks Coffe" y comencé a recoger los vasos y los platos en la caja de plástico verde mientras tarareaba mi canción favorita. Poco a poco me fui acercando a su mesa y ninguno de los dos se dio cuenta de mi presencia hasta que no hablé.
-¿Habéis acabado? –fingí una sonrisa y me acomodé la caja en el pecho.-
Ella se limitó a mirarme mal y a ignorar mis palabras.
-De hecho sí. -él me sonrió y acomodó su taza para que pudiera meterla en la caja.-
-¿Y tú? -La miré enarcando una ceja mientras metía la taza en la caja.-
-Sí, pero date prisa niña. Estamos hablando. –Soltó un leve bufido, que sonó bastante elegante incluso para ser un sonido animal.-
¿Qué se creía esa repipi? Yo no trabajo para ella y además no soy una niña. Cuando me dispuse a coger su vaso le di un golpecito con el dedo y terminé de derramar el batido en sus piernas. Ella abrió los ojos como platos y soltó un gritito. Yo recogí con rapidez el vaso y comencé a reírme con carcajadas mientras me alejaba,y mientras me alejaba pude oír otra risa que acompañaba a la mía.
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Unpredicible.
Romance- ¿Eres idiota? -grité sin quitar la mirada de mis piernas. Sentí como alguien se reía a carcajadas -Perdona. - ¿Perdona? -Levante la mirada hacia aquel chico, alto que vestía bastante arreglado. - Si, perdona. Iba distraído y no te he visto -dijo d...