LA HABILIDAD DE LOS LOBOS.

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EL JUICIO DE RAQUE.

CRECIENDO ENTRE LOBOS.

CAPÍTULO 9

Erika tratando de ser fuerte me decía: -Estás conmigo hija, y nadie ya te hará daño. -
-Lo sé... me cuidas mucho Erika. -
le mencione con mi voz entre cortada, temblando de dolor.
-Animó, tu mamá ya dejó de sufrir. -
La abracé llorando por unos minutos, lloraba en su hombro, sintiendo que me faltaba el aire, para gritar mi fuerte dolor, pero, cuando me soltaba de sus brazos le expuse:

-Quiero venganza Erika... solo quiero vengarme del policía, y de todo el que participo en esto, quiero mi maldita venganza. -
Ella, solo me miró directo a los ojos, diciéndome:
-Ya todo está bien, Raquel. -
-Quiero venganza. -
Lo dije con coraje, sintiendo una rabia que crecía y me consumía.
- ¿Contra quién? -
Me preguntó, no quitando la vista de mi enfurecido rostro.
- ¿No me escuchas? Contra el policía que violó a mi madre, quiero venganza contra Ramón, contra Araceli, contra las que la mataron... ¡Quiero venganza! ¡Quiero venganza! -
Erika, continuaba mirándome fijamente a la cara, preguntando:
- ¿Quieres hacer correr la sangre? -
-Quiero venganza, quiero vengarme, escúchame Erika. Cuando violaron a la Paola, y después, la mataste en el baño, me sentí como un venadito entre puros lobos, lobos que mataron a esa maldita hiena, que me golpeó, me manoseo y que me robó, pero...
Ahora me doy cuenta, de que no soy un venadito, soy una pequeña loba entre estos lobos, y como ellos, estoy
sedienta de sangre y de venganza.
Un venadito, se alejaría asustado del peligro, y correría hasta sentirse a salvo, pero, yo quiero ir a mi casa y golpear a Ramón, como él me golpeó a mí, y quiero golpear a Araceli, quien muy tranquila, tomaba su cerveza y fumaba, mirándome como me golpeaba Ramón, por no dejarlo tocar mi cuerpo.
Quiero venganza, quiero verlos sufrir como yo sufrí, cómo sufrió mi madre, no les tendré misericordia, quiero
oírlos gritar de dolor. Quiero venganza. -

Erika, me miraba fijamente, estando muy seria, veía escurrir mis lágrimas de ira, apretaba las manos de coraje, no sé si comprendía mi dolor, o lo entendía a la perfección, como a ella también le violaron a su madre, y tiempo después, se la mataron, así que me comentó:

-Eres una lobita, entre esta manada de lobos, vas hacer muy cabrona, una hija de la chingada, así que te digo, buscaremos al policía Abel, y tú misma le darás "piso", aplaca esa sed de venganza, mi hija. -

Piensen lo que piensen. Ahora, oficialmente me quede con Erika, quien me cuidaba como si fuera su propia hija.
Aquella tarde, la misma Erika, entró a un bar, tenía puesta una peluca de color pelirrojo, de cabello largo que le llegaba hasta la cintura, tenía una blusa negra, que mostraba gran parte de sus grandes senos de piel tersa blanca, un pantalón azul de mezclilla que formaba una deliciosa "Y" entre sus piernas.
Cuando entró al lugar, los hombres pusieron la vista en ella, mirando muy coqueta a uno de ellos, que estaba solo en una mesa, le sonrió moviendo su delicioso trasero, como diciéndole sígueme tarugo, llegando ella hasta la barra.

-Dame una cerveza Guante al Hígado. M.R.bien fría. -
El bar ténder la despacho de inmediato, enseguida, el hombre que le coqueteo, ya estaba a un lado de ella.
- ¿Por qué tan sola chula? -
Al escuchar esta pregunta, ella le sonrió, viendo como el sujeto le admiraba los senos de piel blanca. Contestándole:
-Si vengo acompañada de alguien, no me llevo a la cama, al que me gusta, y amanezco con sus caricias. Y tú. ¿Esperas a alguien? -
-No, no espero a nadie, estoy haciendo un alto en mi trabajo, para refrescarme, y creo que una mujer como tú, no debería de estar tan sola, alguien podría faltarte al respeto, mi hermosa chula. -
-Que preocupado por las damas guapo, que bueno que estés aquí, porque hay más hombres. -

Contestó Erika, bebiendo de su cerveza fría, la colocó sobre la barra, ahora, buscando su cajetilla de cigarros Cáncer Filters 100's. M.R. enseguida, se colocó uno entre sus labios, acercándole la cajetilla al sujeto.
Quien agarró un cigarro, y en su otra mano ya tenía el encendedor prendido, ofreciéndole lumbre.
Con su sonrisa de conquistador, estaba diciéndole:

EL JUICIO DE RAQUEL "creciendo entre lobos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora