Capítulo II

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*Lo siento si tiene errores ortográficos, espero te guste*

The Only Exception

Soy Arley

Lavando el cabello de una clienta joven, no dejo de pensar en aquel chico que he visto en el tren. Su voz, su cabello, su perfume, todo de él, se ha quedado marcado en mi mente como un recuerdo que estoy segura que no podré olvidar y aun no entiendo la razón. 

Me culpo mentalmente, porque quizás debí quedarme un rato más hablando con él, pero lastimosamente no puedo darme ese lujo. Tenía que llegar a trabajar temprano, pues de ello vivo. Pero ¿qué hubiera pasado si me hubiera quedado al menos unos minutos más? ¿Qué hubiera pasado si le hubiera pedido su número o su Instagram?

Supongo que son preguntas que jamás recibiré respuestas, y me da coraje sentir cierta decepción al no haber tenido la valentía de decirle algo más.

—¿Crees que a mi novio le guste este cambio de look?

Vuelvo a la realidad, en donde la chica a la que le estoy secando el cabello, me mira fijamente a través del espejo, esperando algún tipo de respuesta de mi parte. 

—Tus ojos resaltan mucho con tu cabello negro. 

—¿De verdad?

—Te ves hermosa. A tu novio le va a encantar, y si no es así, es un estúpido. 

La chica me sonríe con timidez, causando cierta ternura en mi ser al notar aquello.

—¿Tú tienes novio?

Detengo mi mano a la altura de su cabeza, pensando su pregunta. ¿He tenido novio? Pues sí, pero nada que me apetezca recordar o que quiera volver a experimentar. Ahora estoy muy enfocada en mis cosas como para pensar en algún chico, sin embargo, no niego la posibilidad de nada.

—No, aun no existe el chico que pueda soportarme.

—No lo creo. Eres una chica lindísima. ¿Segura que no hay nadie que te esté tirando el rollo?

—Muchos, pero mi sobrina es un poco amargada con la vida, y no hace caso.

La que acaba de hablar es mi tía Rous, la dueña del salón de belleza, y la única adulta con la que puedo hablar de mis cosas. Ella no es tan vieja, pero tampoco tan joven, sin embargo, nada le impide ser esa señora chismosa que se mete en conversación que no le incumben. Pero la quiero. Siempre la voy a querer.

—No soy amargada, tía.

—Lo eres, Mel.

Pongo los ojos en blanco de forma divertida, sacándole una risa a mi joven clienta, que ciertamente tendrá mi misma edad o un poco más.

—Seguro que ya llegará ese chico ideal para ti. 

—Que se demore, porque no tengo prisa.

—Eso dices ahora, pero te juro que estar enamorada es lo más lindo que le puede pasar a uno, y más si tu amor es correspondido.

Observo a la chica a través del espejo, sintiendo un poco de celos por no tener ese tipo de amor en mi vida. Sé que muchos, incluyéndome, decimos que no esperamos nada de alguien, pero la verdad, es que, en lo más profundo de nuestro ser, todos deseamos enamorarnos. Poder experimentar aquello que muy pocas personas pueden tener, que es un amor sano y lindo.  

—No creo que necesite ese tipo de amor en mi vida...

Sin poder decir algo más; la chica y mi tía se giran a la vez, cuando la puerta del salón de belleza es abierta por un chico. POR ÉL. Automáticamente mis manos caen de forma torpe a cada lado de mi cuerpo, a la vez, mi mirada se encuentra con la del chico del tren. 

Arley, creo que así se llama, se me queda mirando con aquella sorpresa de volvernos a ver. Estoy segura que jamás pasó por nuestras cabezas volvernos a encontrar, pero es real. Él está delante de mí, con esa mochila azul y con ese libro que traía consigo en el tren.

—¡Amor!

Me sobresalto al escuchar a la chica pararse de prisa e ir corriendo hacia Arley, abrazándolo de forma inmediata al tenerlo cerca. Mi cabeza trata de procesar todo lo que está pasando, pero todo me parece tan irreal y confuso.

—Mira, me he pintado el cabello. ¿Te gusta?

—Te ves hermosa, Luci.

—¿De verdad lo crees?

Él asiente, sin dejar de mirarme en ningún momento. Cuando ella está a punto de besarlo, Arley se aparta, delicadamente para no ser grosero en rechazarla. ¿No son novios? ¿Por qué le rechaza el beso? 

No entiendo nada.

Luci nos observa de reojo a mi tía y a mí, agarrando la mano de Arley y jalándolo hacia nosotras. Me tenso de inmediato al sentir su presencia muchísimo más cerca.

—Rous, Mel, les quiero presentar a mi novio Arley.

—Mejor amigo— aclara este.

Mi tía y yo nos miramos.

—Bueno, la misma cosa.

—Hola, cariño. Soy Rous, la dueña del salón. He conocido a Luci hace buen tiempo, y ella siempre me ha hablado de ti.

Es cierto, Luci siempre ha venido al salón de belleza, digamos que es una fiel clienta, pero jamás le había dado tanta importancia como lo estoy haciendo ahora, y sé la razón del porqué de mi interés tan repentino.

—¿Tú eres? 

Muerdo mi mejilla interna, nerviosa por su ser su centro de atención.

—Melody.

—Al parecer estamos destinados, Melody.

—¿Destinados? ¿Te que hablas, Arley?

—Nada, Luci. Creo que he visto a Melody en otro lado o quizás estoy imaginándolo.

—Quizás lo estás imaginando— intervengo en su pequeña conversación, siendo observada con curiosidad por mi tía.  

—Entonces que linda imaginación tengo.  

No sé si son ideas mías, pero creo que Arley me está coqueteando. Quizás estoy demasiado confundida como para pensar en algo en este momento, pero es que; esos labios, esa mirada tierna, pero a la vez seductora, me están matando en un silencio horrible.

¿Qué me está pasando?

—Mmmm... bueno, ¿nos vamos, Arley?

—Sí, solo espérame un rato— se gira hacia mi tía. —¿Los servicios?

—Al fondo.

—Muchas gracias.

Las tres nos quedamos en un profundo silencio cuando Arley nos da la espalda y se dirige a los servicios, sin embargo, el tranquilo momento no dura mucho cuando Luci empieza hablar sobre su nuevo cambio de look con mi tía mientras que mi persona no deja de mirar por donde se ha ido él. 

—Un gusto conocerlas— se despide Arley cuando por fin sale del baño.

Le extiende la mano a mi tía, y luego hace lo mismo conmigo para despedirse; en el instante que nuestras manos se tocan, siento en mi palma un pequeño papel, rápidamente cierro la palma, guardando lo que sea que me esté dando. 

Veo salir del salón de belleza a Luci con Arley, de lo más feliz del mundo.

—Qué guapo el chico.

Escucho que dice Rous, pero no le tomo importancia al darme cuenta que en el papel está su maldito número de teléfono.











*

Un poco tarde la actualización, lo siento mucho.

He aquí un nuevo cap, espero que les haya gustado.

Prometo actualizar más seguido.

Gracias por todo <1

MI SUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora