°° Destino °°

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° "Cada vez que me veo en el espejo, no dejo de sentir asco de mi mismo, simplemente en mi interior florece el deseo de desaparecer y de escapar de esta vida.

Ver cada parte de mi cuerpo, sentir mi pulso, el ver la sangre salir de mis heridas es algo que demuestra que estoy vivo, algo que realmente odio.

Este pequeño departamento es testigo de todo lo que lamento haber sobrevivido aquel accidente donde mis padres fallecieron, cada noche llorando y solo escuchando las quejas de mi hermano para que regrese a casa es como vivo desde hace 5 años.

¿Qué tipo de vida estoy teniendo?, Muerto en vida, solo, abandonado y sin quien me ayude, que vida." °

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Un apartamento oscuro, ordenado pero con un desorden emocional así era el hogar de Haruchiyo Akashi, un estudiante de 18 años que cruza la preparatoria, su vida no ha sido cómo la soñaba pero ha tenido que aprender a sobrellevarla.

- Ya me voy - dijo a la nada y al silencio mientras salía de ese lugar vacío al cual llamaba hogar.

Afuera lo esperaba un clima frío, como no estarlo si estaban en pleno diciembre y en los días más fríos que había vivido Japón en los últimos años.

Lentamente el joven pelirrosa caminaba por las calles, era muy temprano por lo que no había mucha gente el momento ideal para vagar un tiempo.

Cada paso que daba era un dolor, su delgado cuerpo le imploraba calidez pero simplemente contaba con la sudadera escolar, no había nada más que pudiera cubrirlo, pero aún así le importaba menos, deteniendose en el cruce frente a su escuela bajo la vista notando su reflejo en el piso resbaloso - La hipotermia o la caída contra un suelo duro y helado no es una mala forma de morir - comento dejando ese pensamiento atrás y avanzando hacia el interior de la escuela.

Sin amigos, sin conocidos y sin interés alguno era como describiría un día escolar, realmente está era se segundo cambio gracias al apoyo de sus tutores escolares que le ayudaron a hacerlo posible, a pesar de no estar seguro, a pesar de ese amargó sentimiento se aseguraría de que fuera el último.

Durante las clases solo notaba como sus compañeros hablaban, jugaban, bromeaban y participaban como si de eso dependiera su vida, normalmente el no lo hacía, se dedicaba solo a observar y tratar de comprender - Patéticos - comentaba al ver como se esforzaban por una simple nota.

Los recesos eran un castigo, como no habla con nadie pasaba sus descansos en la azotea del edificio donde solo veía como la vida fluía igual sin o con su presencia.

- Haruchiyo- Kun ¿Ya comiste? - dijo una mujer joven acercandose al pelirrosa ofreciendo un onigiri

El chico solo sonrió mientras negaba rotundamente aceptar el alimento - Oh! Hola Hinata- sensei, otra vez aquí - menciono mientras se recargaba en el barandal de la azotea

La mujer se acercó cubriendo al joven que temblaba inconscientemente - Soy tu sensei debo saber dónde estás y que haces - menciono mientras sonreia de forma tan amable

De cierta forma la única fuente de sonrisas y amabilidad que tenían sus días eran las ligeras conversaciones que tenía con su maestra y tutora Hinata Tachibana.

- Oiga sensei, ¿Usted cree en el infierno y el cielo? - cuestionó el chico mientras su vista se perdía entre el paisaje blanco y helado de la temporada

~ El Sentir de la Vida ~ II Ran X Sanzu IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora