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contexto: jamie va a un stripclub donde conoce a una chica, ¿enamorándose?
tw: transfem joseph.

El viaje había sido exhausto, pero aún después del mismo, su cuerpo le pedía aventura, alcohol o alguna sustancia que le hiciese pasar un buen rato. Su hermano había insistido en ir a la famosa ciudad del pecado yacía unos buenos meses atrás y, ¿porqué no? Al final a él también le haría bastante bueno distraerse, fuese de la manera que fuese y aunque prometió no irse a la mesa de apuestas, prefirió irse por otra cosa; ya fuese sentarse en un bar a beber o ver de lejos las apuestas en el casino. Pasadas las 9:30 de la noche su vista estaba levemente distorsionada por el alcohol y su aliento olía al mismo, y a mucho cigarro aunque no arrastraba una sola palabra, se sentía bien y no se sentía ebrio en su totalidad.
—¡Hey! — exclamó Sam desde el otro extremo de la acera, ya más ebrio que Jamie y con una sonrisa distorsionada, señalando una entrada a un stripclub. —¿Entramos?
Jamie volteó a verlo con el ceño levemente fruncido, señalando la entrada del lugar con bastante duda. —Sam, ¿Has entrado a uno de esos alguna vez?
—¡Vinimos a este maldito lugar y no planeo irme sin entrar a uno de estos! — exclamó Sam llevándose una mano a la cintura, viéndolo con una ceja levantada. —Vamos Jamie, no seas abuelo.
Jamie suspiró pesadamente tomándole del cuello de la camisa. —Compórtate, y si me alejo te quedas donde te dejé.
Entró primero él, viendo las luces violentas del pasadizo que bajaba lentamente hacia un club subterráneo plagado de chicas; morenas, blancas, altas, bajitas, delgadas y gorditas, de cabello rizado o lacio ya fuese largo o corto, haciendo tanto a Sam como a Jamie suspirar algo sorprendidos. La música hacía a los hombres del bar básicamente mudos y sordos, más allá de la música no se escuchaba ni el pasar del viento, el olor a alcohol y perfume inundó las fosas nasales de Jamie que se dirigió hacia unos asientos de cuero negros que había cerca del escenario, sentándose con la pierna cruzada y una mano sobre su rodilla, con la otra recostada sobre su mentón.
Sam se sienta junto a su hermano, con los brazos recostados en el sofá y las piernas levemente abiertas, con la mirada sobre el escenario. Nisiquiera notó cuando Jamie pidió las bebidas, tan solo vió una chica rubia de aproximadamente unos 23, ponerle una copa frente a él e irse.
La mirada del mayor de los hermanos estaba puesta en la silueta femenina que se reflejaba en el escenario, sentándose mejor en el sofá y dándole un trago corto a su vino que sostenía en la en su mano derecha. Tenía dinero, pues aunque él no había apostado, Sam si, y se habían repartido mitad y mitad lo que el chico había ganado con experiencia, más unos consejos de su hermano. Las luces del escenario se encendieron y una genuina sonrisa se formó en el rostro de Jamie, maldiciendo bajo y dejando la copa en la mesita entre ambos sofás.
Su deadname está dos metros bajo tierra y lo que más resalta de la chica es su cabello rizado y largo, que llega a tocar la mitad de su espalda, aunque la soltura en cada movimiento es completamente llamativo, sus 4 años trabajando en aquel sitio solo le habían traído buenas y malas experiencias, aunque todo era relativamente bueno ahí. La británica había llegado sin esperanzas y terminó siendo una sensación en aquel bar, todos iban a ver a Autum Night, y aunque todos le hacían pequeñas burlas por el nickname que usaba, resultaba siendo algo llamativo más que su acento al hablar, aunque no más que cuando bailaba en el tubo. Su transición había sido exitosa, y lo único que veían era una hermosa chica de mirada penetrante deslizarse sin pena alguna por el tubo y quien notó su belleza a primera vista fue Jamie, pues la veía con el ceño levemente fruncido completamente concentrado e ido en el cuerpo y la mirada de aquella chica.
Del tubo cayó al suelo, arrastrándose lentamente de rodillas hacia el escenario, capturando a Jamie del cuello de su camisa blanca que estaba tres botones más abierta y haciéndolo concentrarse en los ojos de la chica.
—No puedes tocarme aquí arriba cariño. — respondió Autum sonriendo suavemente. —¿Me buscas después?
Jamie sonrió por inercia, guiñándole un ojo y recostándose nuevamente en el sofá, mientras con el pasar de los pocos minutos de canción que quedaban apreciaba como el baile iba terminando, retirándose por un costado del escenario, donde Autum bebió algo de agua y retocó su labial rojo manzana, saliendo hacia la barra en espera de Jamie.
—¿A dónde vas? — preguntó Sam, viéndolo con curiosidad. —¿Con la chica?
Jamie se acercó a su oído para que su hermano pudiese escucharlo. —Si en una hora no me vez, vete al hotel y llego después, no te asustes ni te preocupes, ten cuidado.
Aquello pareció tranquilizar a Sam, a cierto punto era más libertad para él, no estar bajo el cuidado de Jamie le daba el chance de hacer lo que su mente tuviese claro. Aunque Jamie tenía la mirada en la chica que rechazaba a un hombre que la veía con lujuria y muchísimo descaro, escuchando perfectamente como le decía que ya había quedado con alguien más, en una manera golpeada. Se acercó sin nervios, sabía que podían suceder muchas cosas, a como de igual manera no podía suceder nada.
—Buenas noches. — saludó ella, viéndolo de reojo y sonriendo suavemente. —A ti nunca te ve visto por este sitio.
—Estoy en unas pequeñas vacaciones junto a mi hermano. — explicó Jamie asintiendo, mientras pedía una cerveza a la chica tras la barra. —Vengo de Inglaterra y por lo que veo, tú también.
Autum asintió, acariciándole la pierna con algo de descaro. —Adivinaste, ¿Y qué tal las vegas, has hecho muchas travesuras?
Jamie negó riendo. —Solo he bebido de más, y también ir al casino a ver apuestas, a mí hermano hacerlo más que nada.
Jamie pudo apreciar en total silencio después de sus palabras como la chica se levantaba metiéndose entre sus piernas, dándole un calor alejo a su cuerpo que le hizo suspirar efusivo, arrancándole varios suspiros con total descaro cuando la mano izquierda de la chica le sostuvo del mentón, quedando a centímetros de su boca y riendo suavemente, con ambas miradas cruzándose.
—Seamos realistas, nos llamamos la atención desde que nos vimos. — dijo Autum, siendo directa y cosa que era totalmente verdad. —Por eso te llamé, porque esa mirada seria y esa linda sonrisa no se ve todos los días, cariño.
Aquellas palabras hicieron a Jamie sonreír, el cual sostuvo con suavidad a la chica de la cintura, aunque sabía que a las strippers no se les podía tocar. Autum había tomado la iniciativa, era diferente, y aquel beso no le tomó por sorpresa, fue correspondido con mucho gusto y con la mano derecha de Jamie sobre la nuca de la chica de cabellera castaña.
—Te doy mi número y nos vemos mañana. — exclamó Autum al separarse del beso, agarrando el bolígrafo que yacía sobre la barra. —Espero no pierdas el número cariño, tienes suerte porque no se lo doy a nadie.
Jamie sonrió. —¿Te parece salir a desayunar?
Autum volteó a verlo, sonriendo. —¿Es una cita?
—Una cita. —

𝐋𝐨𝐥𝐥𝐢𝐩𝐨𝐩// 𝐉𝐚𝐦𝐢𝐞 𝐁𝐨𝐰𝐞𝐫 𝐗 𝐉𝐨𝐬𝐞𝐩𝐡 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐧 𝐎𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora