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contexto: jamie es un hombre lobo y joseph un vampiro.
(basado levemente en hemlock grove)
tw: homicidio.

La luna ilumina su adolorida mirada mientras sus huesos crujen sonoramente, con un pelaje denso que crece a través de todo su cuerpo y unos colmillos que botan su dentadura, como cada noche cuando la luna llega a su máximo punto en el cielo nocturno. El pueblo se ve aterrorizado por una criatura que es irreconocible, muchos dicen que es un lobo pero solo Jamie tiene la respuesta al ser él el autor de los crímenes, los homicidios ante su apetito voraz. Porque todo dura para siempre, incluso los placeres más culposos y sin poder lidiar contra si mismo, se deja llevar.
Aquel foráneo que llega al pueblo es testigo de las rarezas que allí habitan, ¿Ocupas una lectura? ¿Escuchas un canto extraño provenientes del espeso bosque? ¿Escuchas aullidos? Todos los habitantes tienen la respuesta, pero claramente no te la dirán. Joseph creció en este sitio, bebiendo sangre que su madre conseguía de manera misteriosa y ocultándose del insoportable sol durante el día, aunque con el paso de los años al cumplir 17, se dió cuenta de que era exactamente y si le asustó, más empezó a ser autor de crimenes en pueblos vecinos, ¿Quién es el que deja los cuerpos completamente drenados? Joseph tiene la respuesta, pero obviamente no te la dirá.
—Hey Quinn. — le saludó Jamie con una sonrisa, acariciando un mechón de su cabello con delicadeza. —¿Salimos esta noche?
Joseph cerró su casillero volteándolo a ver con una ceja levantada. —¿Es una cita?
La mirada de Jamie se fijaba en su pálida piel y sus puntiagudos colmillos que suplicaban por aquel líquido escarlata.
Jamie levantó un hombro. —Claro, podemos ir a mi casa, ver alguna película.
—¿Porqué no vamos a cazar? — preguntó Joseph viéndolo con una sonrisa, acariciándole el hombro con descaro y besando suavemente sus labios. —La luna se pone hoy, ¿Se te olvidó?
Jamie suspiró pesadamente, asintiendo. —Mierda la luna, bueno entonces supongo que podemos salir juntos.
Las manos de Joseph viajaron por el torso de Jamie hasta su cintura, una piel completamente caliente que encajaba bien con la fría piel de Joseph. Apartándose ante la mala mirada de los profesores, caminando hacia la siguiente clase donde les recibió una mujer de brazos cruzados, hablando con un alumno que parecía nuevo.
—¿Y ese quién es? — preguntó Jamie en voz alta, acercándose al muchacho mientras lo olfateaba, un humano más al pueblo.
Pero el aroma de la sangre tibia llegando a las fosas nasales de Joseph le provocó escalofríos, jalando a Jamie hacia sus espacios al fondo de la clase. Joe venía llegando, escuchando leves rumores sobre las criaturas que habitaban en el pueblo, sobre los homicidios y básicamente que era imposible dejar el pueblo sin algún tipo de trauma. Vivir ahí no era cosa fácil para un foráneo, los sustos y las malas cosas vistas eran pan de cada día, pero se vivía, se podía ignorar hasta cierto punto.
La luna era la cosa más hermosa por las noches, perfecto para una caminata nocturna a través del bosque, lo normal para Joseph pero el dolor y el sufrimiento de Jamie era visible a una gran distancia. Sus ojos cubiertos de lágrimas a tal punto de gritar, un aullido potente que se escuchó en cada rincón del pueblo causando temor e indicando que era hora de irse a dormir.
Joseph se acercó acariciando la cabeza del animal que tenía en frente, riendo suavemente. —Te iba a besar, pero lo guardaré para después.
La mirada de Jamie sobre él era una mirada cálida, claramente no le haría daño a ese hombre de cabello oscuro, pero si harían daño junto a cualquiera que pudiesen capturar. La caminata fue larga a través del bosque, las criaturas de mirada oscura y larga cola yacían cantando en las piedras del lago, distrayendo a aquellos que las veían enamorados. La casa de Joe estaba colindando al bosque descaradamente sin protección alguna, con el chiquillo fumando en soledad afuera en bóxers y con el cabello despeinado.
—¡Hey! — exclamó asustado, al ver a Joseph acercarse con una leve sonrisa. —¿Qué haces aquí? Es algo tarde.
Los dedos de Joseph jugueteaban con su suéter mientras este se acercaba acorralando a Joe contra la ventana, sacándole una respiración agitada con miles de suspiros y quejidos asustados. Su subió por su pecho hasta su cuello, gritando al ver a Jamie entre sus piernas olfatearlo con hambre.
Joseph sonrió. —Bienvenido al pueblo.
Los colmillos del chico de cabello despeinado se clavaron en su cuello arrancándole un doloroso quejudo, mientras Joe luchaba por apartarlo y perdiendo la batalla con mucha debilidad hasta quedar totalmente muerto. Los colmillos de Jamie arrancaron una gran parte de carne, dejando el cuerpo caer al suelo y sentándose al lado de aquel animal que comía desesperado.
Joseph acarició al chico que comía desperado, encendiendo un cigarro. —Te amo imbécil.
Su cuerpo rápidamente se transformó en aquel cuerpo pálido y rubio, quedando con solo un par de pantalones rotos y descalzo, sin playera. Totalmente exhausto y escupiendo la carne que había quedado en su boca se apartó, viéndolo con la mirada encendida clamando por más.
—Yo te amo más, lo sabes. — respondió sonriendo.
Joseph se levantó besándolo suavemente. —Que se repita esta noche.
—Es una cita a la próxima. — respondió Jamie sonriendo. —Espero que te parezca.
Joseph asintió. —Claro que si, tesoro.

(segunda parte de esto, why not?)

𝐋𝐨𝐥𝐥𝐢𝐩𝐨𝐩// 𝐉𝐚𝐦𝐢𝐞 𝐁𝐨𝐰𝐞𝐫 𝐗 𝐉𝐨𝐬𝐞𝐩𝐡 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐧 𝐎𝐒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora