La rabia,
esa mala compañía que devora de tu ser,
que se esconde detrás de una fachada,
gris, tenue, como una luz apagada,
es falsa en su palabra,
solo por diversión te daña,
yo la siento en este momento,
viene acompañada de recuerdos desagradable,
de aquellos días en los que me hacías sentir pequeña,
me hacías creer que no valía nada,
te alimentabas de mis desgracias,
pintabas un mundo donde no había escapatoria,
todo era negro a mi alrededor.
Me hiciste daño,
te portaste mal, y lo peor es que nadie me creerá,
convertiste mi vida en una condena,
siempre simulando que tu alma era buena,
dándole la vuelta a todo,
a todo con tal de hacerme ver pequeña.
Es tan grande tu soberbia,
que usabas mis miedos para olvidar los tuyos,
me pisoteabas con tanta ligereza,
haciendo sentir que yo no importaba.
Es dolor lo que yo siento,
al igual que tu soy humana,
no un saco para descargar tu mal.
Rabia, eso es lo que siento,
cuando recuerdo las veces que me humillabas,
te reías y comportabas como si hacerme daño no importara,
porque yo era menos que una persona,
no tenía derecho a réplica,
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