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La falda del vestido azul de la señora Tan se movía de un lado al otro por aquel pasillo

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La falda del vestido azul de la señora Tan se movía de un lado al otro por aquel pasillo. No paraba de tronar mis dedos en un intento de drenar todo el nerviosismo que estaba acumulando en tan poco tiempo. Ya había conseguido el trabajo, pero eso no quitaba el hecho de darle una mala impresión a la chica que debía acompañar y con ello regresar a mi situación de desempleo una vez más.

- Zhang te dará todos los detalles.

Al llegar al último umbral de aquel pasillo tan largo y ancho, la señora Tan se detuvo y con elegancia excesiva señaló lo que había al otro lado. La señora Zhang estaba secando sus manos en el delantal brindándome una sonrisa más amplia que las anteriores que había recibido de su parte.

- Llévalo luego con Lisa y encárgate de preparar la cena. Iré a mis clases de golf. Un placer, Jungkook.

La señora Tan extendió su mano y la apreté de manera leve dándole una sonrisa bastante forzada como despedida. Tanto la señora Zhang como yo esperamos a que el eco de sus tacones chocando la madera fuera una molestia lejana para poder intercambiar miradas.

- Pasa.

La calidez de aquella anciana era lo único que calmaba los latidos incesantes de mi corazón. Parecía querer salirse en cualquier momento de tanto pensar en la hija de los Tan. Si tan solo la hubiese visto en el periódico o en revistas no se sentiría tan raro el hecho de conocerla en persona. Era como con su madre, sabía de antemano que era una mujer elegante e imponente.

Di un paso atravesando el umbral de la cocina y descubrí otros muebles en tonalidades beige, blanco y rosa palo. Las ollas que colgaban sobre la enorme isla estaban relucientes, casi tanto como para ver tu reflejo en ellas. Al otro lado los ventanales acaparaban todo el espacio del suelo al techo, mostrando los arbustos simétricos de lo que suponía era el jardín delantero.

- Ha sido una buena noticia que aceptaras el puesto.

La voz de la señora Zhang me sacó de mi trance, estaba perdido en los escaparates repletos de vajilla fina.

- ¿Qué? Oh, por supuesto - sacudí mi cabeza un par de veces antes de sonreírle - En realidad lo necesitaba.

- Eso lo sé. No todos aceptan un horario que requiere tanto sacrificio.

- ¿Es por ello que recurrieron a personas común y corrientes? Es decir, no tengo un título ni nada parecido.

Sostuve el asa de mi bolso con fuerza, ni siquiera había necesitado mostrar mi currículum.

- Digamos que sí. Pero no solo ha sido el horario, muchos no duran aquí más de una semana.

Las alarmas que habían saltado anteriormente comenzaron a vibrar con fuerza.

NEBULA ~ Lizkook FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora