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- ¿Seguro que no te dejas nada en casa?

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- ¿Seguro que no te dejas nada en casa?

El botón del bolso hizo un click sonoro cuando lo cerré tras guardar mi currículum en él. Somi estaba justo detrás, vestida con pantalones y una camisa, lista para ir con Jennie en busca de los últimos detalles que necesitaba para marcharse a vivir a la residencia.

- Seguro. Tengo mis títulos y contratos.

- En ese caso no me queda de otra que desearte buena suerte.

Me puse el bolso al hombro y sonreí sin mostrar los dientes. Somi tenía los ojos llorosos, cosa que me ponía bastante sensible. No sabía por qué en momentos así me dedicaba esa mirada tan cargada de emociones.

- Hey - por primera vez le hice ver que lo notaba - No llores.

Levanté la mano para acariciar su pómulo con el pulgar y en ese momento ladeó la cabeza como un gatito en busca de afecto.

- Es solo... - las palabras no pudieron salir, tenía la voz quebrada y yo solo me mantenía tieso en el lugar sin saber cómo reaccionar.

Somi siempre lloraba cuando veíamos películas románticas, cuando veía un animal abandonado que no podíamos traer a casa, cuando Jennie enfermaba a causa del asma, cuando sacaba un sobresaliente o... en los aniversarios de la muerte de nuestros padres. Nunca había sido el causante de su llanto, hasta aquel momento.

- Estoy orgullosa de ti, oppa. Sé que crees que no lo noto pero agradezco todo tu esfuerzo por mi bienestar. Eres mi ejemplo a seguir.

No esperaba aquellas palabras. No esperaba que mis ojos se cristalizaran tan temprano aquel día. Guardaba mis ganas de llorar en caso de perder el trabajo con los Tan, pero Somi llorando y diciendo aquello solo me hacía repetir en mi cabeza que valía la pena todo, absolutamente cada segundo de trabajo en un intento de verla feliz.

- Creí que Taehyung Tan era tu héroe.

Escondí mis manos en los bolsillos. Estaba tenso porque me molestaba el hecho de verla llorar. Era mi responsabilidad, no necesitaba agradecerme por ello. Y más que responsabilidad, me esforzaba porque la amaba, porque en algún momento había sido mamá y papá para ella.

- Taehyung Tan no es nadie comparado con Jungkook Jeon. Tú eres un superhéroe.

Somi corrió a abrazarme apretando con fuerza mi torso como si alguien fuera a llevársela lejos de mí. Las lágrimas amenazaron con salir y le devolví el abrazo escondiendo el rostro en su pelo. Nuestros padres estarían orgullosos de verla. Había crecido tanto que me costaba acostumbrarme al hecho de atesorar los pequeños momentos de cariño que me daba. Antes era distinto, antes era una niña que me daba abrazos a todas horas. Pero se había hecho mayor, aunque sin dudas me gustaban más esos abrazos que no tenía que pedir y salían de forma espontánea.

- Bueno, creo que es hora de que vayas. Se te hará tarde.

Somi se apartó secando sus mejillas. Se notaba avergonzada y en otro momento me hubiera aprovechado de ello para reírme de sus mejillas rosas, pero no. Me quedé callado y besé su frente antes de decirle adiós.

NEBULA ~ Lizkook FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora