Excusas para verte (Kimchay)

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Porchay espiaba desde el marco de la puerta mientras el mayor revisaba su habitación, la expresión en los ojos del pelinegro estaba llena de preocupación y mayormente miedo.

-¿Está ahí, lo atrapaste?

Kim se puso de pie luego de una última mirada, solto un suspiro mientras avanzaba hacia la cama y se volvía a poner sobre sus rodillas. Apenas había soltado unos pequeños sonidos que daban a entender que estaba concentrado. Los nudillos de Chay se ponían blancos por la fuerza que sus dedos ejercían sobre la madera, estaba asustado hasta de respirar, su vista clavada en cada movimiento del mayor.

-¿La viste?

-solo déjame...-levantando las sabanas de la cama miro cuidadosamente abajo, usando la linterna de su celular como única luz en aquel espacio oscuro.- creo que no está acá- apago la linterna dejando caer la sabana a su sitio y comenzó a levantarse- ¿Estás seguro de que la viste?

-¡Sí! Estoy seguro P' ¿Por quién me tomas?- Kim lo observo por sobre sus hombros, su mirada cargada de burla. Sintiéndose furioso Chay se apartó de la pared poniéndose bajo el marco de la puerta, un pie dentro del cuarto para luego seguirlo otro- estaba ahí, la vi cuando desperté.

-bueno, en ese caso...- aparto la mirada del menor para clavarla en el colchón mientras hundía su mano en este para ayudarse a levantarse. En ese momento una pequeña araña salió de entre las sabanas, era completamente negra y de unos dos centímetros- oh, creo que es esta.

Soltando un grito poco femenino Chay volvió a refugiarse detrás de la pared asomando solo su rostro y parte de sus manos mientras se aferraba al marco.

-¡Mátala, mátala ahora!- solto apretando los ojos con fuerza.

Kim chasqueo su lengua mientras tomaba el frasco vacío de mermelada que había traído, estaba preparado para esas circunstancias. Esperando al momento justo ataco, atrapando a la araña entre el frasco y el mullido colchón, luego tomo una hoja de papel ya apartada y la puso sobre el colchón como tapa del frasco.

-listo- se levantó de la cama sosteniendo el frasco, se aseguró de girarlo y encerrar a la pequeña araña dentro- problema resuelto.

-¿En serio?- con un dejo de felicidad el menor abrió sus ojos, vio el frasco en sus manos y se acercó, cuando noto que estaba la pequeña araña dentro, y más aún que se movía bufo, su pie golpeando el suelo con fuerza- ¡No se vale! Te dije que la mates.

-¿Por qué lo haría? La pobre araña no te hizo nada- su expresión inocente altero al menor.

-¡Me asusto!- grito- y quiso matarme.

-¿Esta araña?- Kim acerco el frasco hacia el menor, este solo salto hacia atrás gritando nuevamente.

-¡No la acerques! Es peligrosa.

-¡No lo es! No tiene veneno, no puede picarte, solo te causaría cosquillas.

-aun así, no la quiero- se acercó al frasco lo suficiente para ver al pequeño arácnido, con sus ojos entrecerrados murmuro- debe morir.

-¡No!- alejando el frasco se apartó del menor y camino fuera del cuarto- la voy a soltar.

-¡¿Acá?! Eso es una locura – Chay lo seguía por el pasillo hacia la cocina, se detuvo al ver como el mayor avanzaba hacia la puerta de su piso- ¿Dónde vas?

-te lo dije, la voy a soltar, fuera- le hizo una seña con la cabeza que dejo al menor boquiabierto.

-¡Va a regresar!

-no lo hará, solo quiere vivir, no estaba pensando en molestarte, es solo un pequeño ser vivo, déjalo en paz.

Sin más salió del piso dejando la puerta que daba al pasillo del edificio abierto. Porchay corrió hacia esta asomándose lo suficiente para ver la espalda del mayor.

-¡Si regresa te demandare!

Kim rio mientras desaparecía de su vista, Chay se sentía molesto. Encerrándose en su piso se cruzó de brazos, no le gustaba para nada la actitud del mayor.

Kim era su casero, a medias al menos, el hijo de la dueña. Y, a pesar de ser amable y divertido- sin mencionar que era atractivo como el infierno en un día de invierno- resultaba bastante irritante. Si, estaba siempre allí cuando lo llamaba. Si, lo ayudaba con las compras aun cuando no era parte las obligaciones del casero, incluso lo contenía cuando estaba deprimido y consentía cuando aprobaba algún parcial en la universidad, pero eso no importaba. Kim actuaba decidida e irremediablemente en su contra, lo sabía, y el asunto de la araña solo se lo demostraba.

Apenas unos minutos habían pasado- él no llevaba la cuenta de cuantos por estar perdido en sus pensamientos- cunado la puerta sonó. Dos golpes simples y rápidos que lo hicieron girarse y ver por el pestillo. Allí, de pie frente a él con una gran sonrisa estaba su casero. Dudo un momento sobre si debía o no abrir, la actitud del mayor lo había irritado.

-¿Vas a abrirme? Puedo ver la sombra de tus pies por debajo de la puerta.

-aisshh- renegando abrió la puerta, el mayor lo veía con una enorme sonrisa y ambas manos tras su espalda, eso lo hizo alzar una ceja- espero que no tengas ya sabes qué en la espalda.

-no la tengo, la deje en un lugar seguro- Chay lo miro incrédulo haciéndolo reír- bien- saco la mano izquierda mostrándosela vacía y luego la derecha en el mismo estado- ¿Ves? Nada.

-¿Cómo sé que no volverá? Las arañas son realmente malas y astutas.

-lo sé, me pregunto si tenía una copia de tu llave ¿Podes creerlo?- Chay lo miro irritado y el negó.

-no estoy bromeando, no confió en ella.

-lo sé, por eso...-metió su mano en el bolsillo sacando un pequeño papel doblado- le hice escribir esto.

-¿Qué?- vio curioso como este le daba el papel, tras un momento de duda lo abrió.

"yo, la señora araña, prometo no volver al departamento del lindo y asustadizo Porchay. Sé que él no me quiere y no debo molestarlo más"

Chay leyó en silencio escuchando la voz de Kim repetir las palabras que retumbaban en su mente, al terminar alzo la vista viéndolo confuso.

-¿Y esto?

-es un acuerdo, yo la deje vivir en el patio trasero si no volvía a visitarte, la hice jurar, así...que no creo que rompa su promesa.

Chay observo al castaño varios segundos sin saber que decir, pero antes de darse cuenta ya estaba sonriendo.

-sos un bobo P'.

-hey, que tuve que pelear con una araña por vos ¿Eso es todo lo que dirás?

-no- negando lentamente dejo a su sonrisa ensancharse, se estiro hacia adelante dejando que sus labios toquen ligeramente la mejilla del mayor- gracias, por pelear contra la araña.

-si me seguís agradeciendo así voy a tener que hacerlo seguido.

-no siempre hay arañas acá- dijo al tiempo que sus mejillas se coloreaban, su vista perdida en cualquier punto de la habitación.

-entonces- susurro inclinándose hacia él, Chay lo miro de reojo curioso cuando la esquina de sus labios se alzó en una pícara sonrisa- tendré que traerlas yo.

-¡No te atrevas!- solto retrocediendo, una mueca de miedo en su rostro.

Kim comenzó a reír mientras entraba en la casa y cerraba tras el.

-no es necesario, seguro ya encontraras otra excusa para llamar a tu casero ¿O no?

-aisshh, tonto- rodo los ojos caminando hacia la cocina, él sabía que podía haber dejado a esa araña si sacudía las sabanas fuera de su ventana, pero no habría conseguido la atención del mayor así- eso es mentira, yo no necesito excusas para llamarte.

-entonces, supongo que me voy- girándose sobre sus pies camino hacia la puerta y Chay entro en pánico.

-¡La puerta del baño rechina!- Kim se detuvo y lo miro por sobre su hombro- no iba a decirte nada, pero... pago expensas ¿No?

-Lo haces- ocultando una sonrisa el mayor se encamino hacia el baño- ¿Por qué no me muestras esa puerta?

Ambos sabían dónde quedaba el baño y más aun que la puerta no rechinaba realmente- solo necesitaba un poco de aceite en las bisagras- pero aun así...pasarían la tarde fingiendo que no lo sabían y tomando la excusa para pasar tiempo juntos.

Love for two (kimchay/macauchay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora