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Invierno del 16 de febrero del 2019. El sol ya se está ocultando y el frío comienza a sentirse más.

Me encuentro sentado en una banca en la vía pública, mientras consumo mi cigarro que está casi por llegar a la mitad estando en un estado totalmente indefinido para mí. Veo a los demás pasar, me da la idea de que ahora mismo tienen unas vidas totalmente perfectas mientras tengo todo un caos dentro de mí.

A veces el destino puede llegar a ser bastante cruel, ¿No lo creen?







15 de diciembre del 2017, fecha en la que nos graduamos de nuestras carreras y justo ahora nos encontramos en nuestra fiesta de graduación, la cual, comenzó siendo un evento totalmente tranquilo y formal estando con nuestros padres que nos acompañarían por un momento en esta celebración.

Nos graduamos de la carrera gestión y desarrollo de empresas sociales, y ahora mismo no importaba pensar en nuestro futuro como tal o, mejor dicho, en donde tendremos que estar buscando trabajo. Solo importaba celebrar que terminamos cuatro años de carrera.

Fui acompañado de mi madre, María. No puedo explicar la forma en la que ella me mostraba lo orgullosa que sentía que su único hijo ha logrado llegar al otro lado en el ámbito educativo y haberlo terminado. Ella llevaba un lindo y muy formal vestido color azul que hacían juego con sus ojos; muchas veces me he cuestionado, ¿Por qué ella es rubia de ojos azules y yo soy totalmente lo contrario?

Mi mejor amiga, Verena, también me acompaña en mi celebración. Ella llevaba un bello vestido negro que estaba abierto de lado derecho de su pierna. Ojalá pudieran haber visto su vestido de su graduación, fue totalmente fenomenal.

Y mi novio, Sonic. Luciendo tan elegante con aquel traje negro que le quedaba a la perfección y más lo lucia debido a su manera de ser. Es totalmente alegre, lleno de vida, entusiasta... En fin, es todo lo contrario a lo que soy yo.

No puedo decir que lució aún más en su graduación porque no la tuvo. No tuvo una vida tan fácil, al terminar su preparatoria se dispuso a trabajar para poder pagar la casa en la que vivía con su madre, quien falleció hace un año debido a la edad tan avanzada que tenía. Se podría decir que murió de una manera muy tranquila porque se había ido a dormir en una noche y, ya en la mañana, no volvió a ver la luz del sol.

Está demás decir que no fue nada fácil para Sonic, aunque estuviera con él en todo momento no se puede llenar aquel vacío de la pérdida de su propia madre. Ahora mismo lo veo nuevamente feliz, tan alegre.



– Cariño, ya es tiempo de que se queden solos. – comentaba mi madre con suavidad.



Los cuatro estábamos sentados en una de las tantas mesas y la compartíamos también con Jehan y su familia. Jehan es un apuesto gato rojo de ojos azules y cabello largo, muchas están que mueren por él, como en las típicas historias de adolescentes y da la casualidad que, como en aquellas historias, él solo se muere por una. Está enamorado de mi mejor amiga.

Ella lo sabe muy bien porque él mismo se lo ha comentado, son muy buenos amigos, pero ella no le ha querido decir que también gusta de él y tiene sus propias razones que por eso nunca le he insistido que deje de torturar al pobre Wayne.



– Es hora de que los licenciados se diviertan sin supervisión. – comentaba la madre de aquel gato.

Nada más importa que nosotros ~ ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora