Capítulo 2

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Los cada vez más eternos minutos pasaban, a la vez que, sin pausa, la azabache trataba de recordar los sucesos ocurridos la noche anterior. Era consciente de que había ido a comer con sus compañeras de trabajo y que habían estado hablando sobre el futuro de la editorial, hasta ahí todo bien. El problema de sus lagunas mentales comenzaba tras ese sospechoso brindis organizado por Natsumi y Aika. Ahora se arrepentía de no haberse negado a tomarlo. Aunque, más que eso, su principal preocupación era su situación actual y el hombre frente a sus ojos. Sí, recordaba escasamente haber hablado de forma leve en la barra, pero luego de eso... nada.

Tomó aire intentando calmarse, perder los nervios no iban a ayudarla en nada frente a su gran dolor de cabeza ni a encontrar una solución para todo ese problema. Trató de volver a repasar los hechos una vez más, podía recordar levemente el motor de un acelerado coche... Un gran calor que la había invadido por completo y...

- N-No... - A medida que intentaba recobrar la memoria, fue subiendo su mano de forma casi inconsciente hacia su nuca para, finalmente, tocarla. Notando con ello una punzada de dolor, junto con una circular marca de lo que creyó reconocer como dientes.

Su labio comenzó a temblar y tuvo que cubrirlos con las manos para evitar soltar cualquier sonido lo suficientemente fuerte como para alertar a la persona a su lado, a la vez que intentaba evitar que sus silenciosas y amargas lágrimas continuaran saliendo de sus tristes ojos. Ella... Ella había sido mordida por un Alfa que ni siquiera conocía...

Como pudo y aún intentando no despertar al otro, salió de entre sus brazos para comenzar a vertirse lo más rápido que su raciocinio se lo permitía. No podría más, la situación la había superado por completo. Ahora mismo se sentía sucia y traicionada por su propia falta de autocontrol. Quería esconderse, que la mismísima tierra la devorara, sin dejar rastro alguno de ella. Tenía que huir, no sabía a dónde, pero en ese momento no le importaba, solo deseaba poder ir a casa a darse una ducha y rezar para que todo haya sido un simple sueño.

- ¿M-Mn?... - El cuerpo de Lulan se heló por completo al, a poco de terminar de vestirse, escuchar un leve murmullo salir de los labios del otro - ¿Lulan? - La nombrada continuó sin moverse, escuchando atentamente como el castaño parecía arrastrarse por el colchón hacia ella. Estaba aterrada, apenas podía evitar que su cuerpo temblara de forma incontrolable y sentía que no podía respirar - ¿Te encuentras bi...? - No le dejó terminar, nada más notó como la mano del hombre rozaba su hombro, la separó de un manotazo para, a continuación, alejarse de un salto de él.

- N-No me toques... - Intentó mantenerse fuerte y seria, pero apenas podía dejar de mirar al suelo por la abrumadora cantidad de sentimientos que ahora mismo estaban colapsando su sistema nervioso.

- Lulan, yo... - El hombre intentó levantarse, seguramente con intenciones de volver a acercarse a ella.

- ¡No te acerques! ¡Y deja de llamarme por mi nombre! - Le gritó con fuerza y rabia. Era consciente de que no había sido únicamente culpa del castaño, pero, su frustración y miedo hacia todo lo malo que podía ocurrir a raíz de su encuentro, estaban superando a cualquier clase de pensamiento coherente - Y-Yo... - A cada segundo que permanecía frente a él, sentía como su voz se iba apagando lentamente, como el oxígeno apenas parecía llegar a sus pulmones y sus constantes lágrimas no dejaban de humedecer sus mejillas.

- Deja al menos que te explique...

- No... Ya he tenido suficiente de todo esto... - Pronunció como pudo. Antes de salir corriendo de la habitación y por todo el enorme lugar, hasta finalmente lograr llegar a la salida. Sí, el hombre la perseguía y no paraba de llamarla por su nombre, sin embargo, su cuerpo le decía que no le permitiera alcanzarla o las cosas empeorarían aún más.

Desastre de una noche | Genshin Impact (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora