Capítulo 1: Pequeños detalles

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Hugo

- ¿Hola?
- Inspector Hugo Cobo al habla
- ¿Homicidios?
- ¿De parte de quién?
- Soy la detective Gilabert, me han dicho que para esto debía contactar con usted
- ¿Qué?
- Mira trabajo en la zona sur de Madrid y creemos que tenemos un asesino en serie
- Acabamos de encontrar otro cadáver y creemos que es del mismo asesino, del asesino de la baraja
- ¿Habéis visto ya la escena?
- Me han dicho que le llame antes
- Páseme la dirección y nos vemos allí
- Perfecto

Salí de mi despacho, bastante cabreado, los homicidios eran mi vida, sobre todo si ocurrían en la zona sur, cerca de mi casa y de la casa de mi hermana, su marido y mis sobrinos.
Debían haberme avisado en el primero homicidio, no ahora que piensan que hay un asesino en serie, además que nombre es el asesino de la baraja, porque no son más originales con el nombre.
Llegué con la misma cara de cabreado que antes de salir de mi comisaría y allí estaba la que me había llamado

- Inspector Cobo
- Le estábamos esperando
- Me deberíais haber llamado con el primer asesinato, no ahora que ya es en serie, no es nada fácil llegar a homicidios
- Nos dijeron que no era necesario
- Siempre es necesario. Ponedme al día
- Tres asesinatos, con este el cuarto. Su modus operandi es muy sencillo, mata en el sur, lleva una muerte en Leganés, una en Fuenlabrada, una en Alcorcón y está en Getafe. Siempre mata a sus víctimas muy sutil y delicadamente, se toma tiempo para hacerlo y dependiendo de la resistencia que le pongan le pone una carta de la baraja el as es nada de resistencia el rey es mucha resistencia
- Déjame entrar, que nadie entre ni toque nada
- Perfecto

Me retiré las gafas de sol, y comencé a andar muy muy despacio por aquel piso, cada estancia y cada paso que diese tenía una importancia increíble. Empecé por la cocina, siempre hay que empezar por ahí, en este piso era lo primero que se veía a mano derecha nada más entrar. Me coloque unos guantes blancos y me dediqué a abrir cada armario, a contar platos y cubiertos, no había desaparecido nada, el polvo coincidía con los objetos que había, por lo que no faltaba nada. En la pila no se veían restos de sangre, nadie se había lavado las manos allí. Continue por el pasillo que llevaba al salón, no se había movido ningún cuadro, todo estaba intacto, impoluto como si nadie hubiera cometido allí ningún crimen. El salón estaba igual, nadie había tocado el salón, o eso querían hacernos parecer, todo estaba intacto excepto el sofá, estaba todo perfectamente colocado y estirado salvo una esquina, alguien se había sentado ahí, por como estaba arrugada la alfombra bajo ese sitio, ahí había alguien bastante nervioso, podría ser bien el asesino o un cómplice. El baño estaba mejor que la cocina ahí no había entrado ni el dueño limpiarlo en meses. Llegué a la habitación y ahí encontré el cuerpo, en esta habitación si que había pistas. Había dos tipos de huellas un 38 y un 43, si no me falla la lógica y nunca lo hace, en esta sala había un hombre y una mujer. Seguí adentrándome poco a poco en aquel sangriento cuarto, lo que más llamaba la atención a simple vista quitando las miles de huellas de zapatillas ensangrentadas, era el cuerpo estaba tumbado boca arriba, con los brazos en cruz sobre el pecho, los pies superpuestos y una carta descansando sobre su cuerpo, el 7 de oros. La carta estaba pintada a mano, cosa que estoy seguro que nadie se había dado cuenta, era una copia perfecta. En la mesilla de noche había un DYC, o restos de un DYC, por la cantidad de agua le habían puesto 2 o 3 hielos, era del asesino, pero obviamente no tenía huellas. Seguí indagando tenía que haber algo que me indicase que había pasado aquí o como había sido el asesinato.
Volví sobre mis pasos la cerradura no estaba forzada, pero sí que encontré algo al lado de la puerta del dormitorio, un envoltorio de drogas, vi un trozo muy pequeño de una pastilla azul, supuse que uno o los dos iban drogados.
Volví al cuerpo, no se le veían grandes incisiones, todo tenía la precisión de un cirujano. Tras mirar y dejarme la vista vi que lo habían desangrado como a las lampreas para cocinarlas, pequeñas incisiones seguramente cuando estuviera vivo, pero de eso ya me hablaría el forense.
Me puse de pie en la cama, las huellas hacían unas formas muy peculiares, cuando lo vi desde una perspectiva aérea, había una "R", esto ya si que me empezaba a gustar. Uno delatando al otro, sonaba a fantasía y a que lo iba a cerrar en muy pocos días.
Salí a mirar la puerta del apartamento una vez más y volví con la policía local

- Gilabert, necesito a los mejores hombres, y que manden a mi despacho toda la información de los tres anteriores homicidios
- ¿Algo más?
- Un café, solo con hielo y un montado de jamón serrano
- ¿No tienes secretaria?
- El pan caliente. Todo en mi despacho en 25 minutos
- Allí estaremos
- Esa es la actitud, que el malo no soy yo, es un asesino que anda fuera
- Inspector. Ella es la forense Eva, es nueva, se incorpora hoy directamente desde galicia
- Perfecto Eva, soy el inspector Hugo Cobo, para cualquier cosa que tenga que ver con este caso te diriges a mi
- ¿Necesitas que me dé prisa con algo en especial?
- Necesito saber si mis teorías son ciertas y lo han desangrado como a las lampreas
- En unas 4 horas tendré toda la información que desee
- Gracias Eva. Pillar a dos asesinos es mi objetivo
- ¿Dos?
- Si, además estoy seguraoque uno es una mujer y otro un hombre y que ella iba muy drogada y que lo quiere delatar, había una "R" en el suelo con huellas del 38
- ¿Podría ver las huellas?
- La acompaño, esperé un segundo. Gilabert, la acompaño un momento seguimos quedando en 25 minutos en mi despacho
- Perfecto
- Es por aquí en el dormitorio
- Wow
- ¿Le asusta?
- No, me asombra que piense que le han desangrado cuando desde aquí se ve perfectamente que las incisiones son solo de tortura, no llegan muy profundo, ah y tiene pinchazos en ambos brazos. ¿Y esas huellas? A veeeer, son una convers, vamos un zapato muy común, yo tengo unos, Samantha seguro que otros y estoy segura que en tu comisaría hay unas 10 personas que también las tienen
- Osea que lo que yo pensaba que me había salvado, no es así
- Pues no rubito, que aquí los inspectores vais de listos y no suele ser así. Por cierto me pasas una copia de todos los documentos que te lleve Samantha, necesito ver si hay algo que a ti se te haya pasado cuando comparemos notas
- ¿Siempre va a ser esto así?
- No, tu solo mantén la cuidad a salvo y nos veremos muy poco

Nada es lo que parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora