Capítulo 7: Se nos ha ido de las manos

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Asesinxs

- ¿Dónde vamos hoy?
- Escúchame yo cuando te doy las carpetas con los dosieres, ¿tu qué haces?¿Te limpias los huevos con ellas?
- No, es que no me acuerdo
- A partir de mañana una pastilla de la memoria como a los viejos, gilipollas. Me voy a pintar, estudia o nos va a ir muy mal y yo no estoy como par que me metan en la cárcel por alguien gilipollas como tú
- Venga Goor, no te enfades
- Me voy a pintar he dicho, cuando tengas claro el que vamos a hacer, como y cuando me avisas, esto puede esperar a mañana, yo no tengo prisa
- No te pongas así de verdad
- Estudia, me voy a pintar. ¿Sabes que voy a pintar?
- El boca rana, al que le va no gana
- Tanto te cuesta decir el cinco de bastos 
- Cuando te pones así, no hay quien te aguante
- Hasta que no te sepas al dedillo la vida de el acosador de hoy no aparezcas en mi cuarto de pintura
- Vale vale

Cerré la puerta, forre la mesa con papel de periódico, puse las pinturas, un vaso con agua, los pinceles. Busque en la baraja la carta original y la puse al lado, necesitaba copiarla a la perfección, y aun que todo el mundo sabía cómo era el 5 de bastos de memoria, pero me apuesto un brazo a que la mayoría no sabe que palos son verdes, amarillos o rojos, ni el número de estrías que lleva cada bastón.
Cogí el mando del equipo de música y puse, esa maravillosa obra de arte que me ponía en bucle para pintar, las cuatro estaciones de Vivaldi, escuchar ese violín en el invierno me ponía los pelos de punta.

Pintar me hacía recordar, aunque siempre recordaba entre lagunas. Mi cerebro tenía esa gran capacidad de viajar siempre a mis peores recuerdos, mi infancia.

Mi infancia no fue la que se esperada, la que te pintan en los libros, no fue esa en la que un papa y una mamá esperan mucha ansia a su bebé, lo miman, lo cuidan y le dan una vida de ensueño con universidad pagada. La mía más bien fue papa y mama, se quieren, no usan protección, tienen un error, y el error tiene que aprender a vivir por su cuenta. Ellos siempre estaban fuera, siempre por viajes de negocios, por lo que me tocaba quedarme con, mi tía y el impresentable de su novio. Siempre me alagaba, me ponía como si fuera lo único de planeta, la cosa más bonita a la que admirar. Un día mi tía se tuvo que ir, mi abuela se había caído por las escaleras y me dejaron con él. No tenía más de 4 años, aquella primera vez que nos dejaron solos y él comenzó con sus manos gigantes a tocarme mis partes íntimas por encima de la ropa, recuerdo perfectamente como el bajo sus pantalones, sus calzoncillos y dijo "cuando tengas un par de años más te follare con esto que ves aquí, ahora debes chupármela como su fuera una piruleta" yo muy inocente le pregunté qué era follar, el me quito la ropa, se chupó uno de aquellos asquerosos dedos y me lo metió por mis pares bajas delanteras y dijo mientras me follaba con un dedo, "es lo mismo que esto pero con mi polla, ahora calla y chupa". Se lo conté a mis padres, dijeron que no habían conocido a nadie que mintiera más que yo, por lo que no se lo creyeron y esos abusos continuaron hasta que, mi tía 11 años después terminó con él.

- Ey, te llevo llamado 10 minutos. No contestabas, se que no quieres que entre mientras pintas, pero ya estoy
- He terminado no te preocupes. ¿Tienes mis pastillas? Las necesito urgentemente
- Si las quieres, tendrás que hacer algo para conseguirlas
- ¿No me las vas a dar como siempre?
- Me aprendí muy rápido la vida del violador de mierda al que vamos a matar, estuve viendo porno y pensé que si me las pongo ahí abajo y me la chupaba un rato
- A la vuelta ¿vale? Ahora dámelas como siempre o me las tomo sola
- Va que te cuesta, si sabes que no tardo nada
- No, ahora dámelas y vete a poner todo a punto que se los va a hacer tarde
- Chupala o no tendrás pastillas
- Vete, voy a preparar el material y recuerda que cuando menos te lo esperes puedes ser el siguiente. Me quieres obligar a hacer algo que no quiero. Te recuerdo que el principal motivo de hacer esto es acabar con violadores y pederastas de los cuales la justicia no sabe nada porque las víctimas no denuncian
- Perdona tienes razón, me pongo a preparar cosas, te dejo aquí las pastillas
- Gracias

Tomarte las pastillas con agua no es tan maravilloso como que tú pareja te las de con un beso, pero hoy era lo que tocaba. Me tomé un puñado con un poco de agua y comencé a preparar el material. Tenía que hacerlo yo, era algo que había que preparar muy minuciosamente sin dejarse nada. Tras meterlo todo el la bolsa y colocarlo bien para que el vial no se rompiera por el camino, pusimos rumbo a Carabanchel, un sector en el que sin duda repetiriamos.
Estaba lleno de posibles víctimas, ya que a aquí eso de corromper menores no importaba.

Todo fue como siempre, me quedé al final, para colocar al muerto en su posición, le puse la carta en su sitio y el vaso de whisky, pero justo cuando estaba a punto de irme la locura se apoderó de mí, sentía electricidad por todo mi cuerpo y en mi cabeza se repetía constantemente la conversación de hace un rato, cerraba los ojos y solo lo veía a el insistiendo para que se la chupase, por lo que no me quedo otra opción que darle un toque de atención. Me puse guantes y con el dedo índice a modo pincel lo moje en la sangre, me puse a escribir por toda la estancia la letra R, paredes, suelo, en el muerto, en las sábanas. Iba a salir me encantaba mi obra, pero no era suficiente mi cabeza decía que se merecía un escarmiento mayor, por lo que en el espejo puse "Ro.....".
Con eso mi cuerpo se destensó, se quedó más tranquilo y pude salir en paz de la sala.

Nada es lo que parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora