Fragmentados

IV

Christopher

Desde el momento en que Kathia y yo decidimos ser novios hacía cinco años, sabíamos a lo que nos enfrentamos juntos y aun así decidimos seguir. Decidí seguir con todo a pesar de saber que ella estaba enamorada de otro hombre, ella continuó aun sabiendo que yo le odiaba por lo sucedido en aquellas vacaciones de verano en Francia.

Continuamos juntos a pesar de todo...

Sin embargo, las personas se forman son por las experiencias, no por las idealizaciones de otros, por ello, desde el momento uno supe con quién quería estar con Kathia siempre.

Pero algo que nadie nos prepara en la vida, es como enfrentarnos una a una cada situación que se van presentando... Y esta era una de ellas.

La herí con mis palabras... ella me odiaba, podía verlo a través de su dulce mirada y no sabía cómo reparar aquel daño, como reparar algo que ya estaba hecho. Era algo que realmente desconocía.

- Christopher - llamaron.

Me giré a ver a Nataly que me sonrió de manera sugerente con sus largas pestañas.

- Te escucho atento - musité.

Podía sentir como Thomas me dedicaba una mirada de intervenir e hice nuestra seña de ayuda tocando mi reloj de manera invertida a las manecillas del reloj sutilmente mientras ella continuaba su monólogo sobre cómo cada vez las familias de elite se entremezclaban más con familias ricas que quitaban la aristocracia y elegancia a la envergadura de tener familias que por décadas e incluso siglos han sido de élite.

- Nataly, me estás argumentando de manera muy impertinente el hecho de que ¿Kathia no debería comprometerse conmigo debido a que la riqueza de su familia no es tan antigua como la de nosotros? - enarqué las cejas deteniéndome a verla en verdad.

Su mirada me demostró un poco de timidez al ver la severidad de mis palabras y como la cuestionaba con cada expresión que iba desvelando conforme pasaban los segundos lentamente.

- Lo que quiero decir, Chris...

- Te agradecería si me llamaras Christopher. Chris es para mi prometida, la chica que se encuentra en este mismo salón, con la cual entré tomado de la mano hace una hora, la misma que amo y no juzgo solo porque su familia sea o no de élite británica - sonreí cortésmente viendo como mi actitud la empezaba a intimidar un poco más.

Podía lograr que con una mirada estuviera nerviosa, con un gesto supiera mi desprecio y con una palabra se fuera, sin embargo, prefería mantener mi papel y no ofenderla de ninguna manera sin dejar de lado el hecho de que debía respetar a mi prometida.

- Disculpame, Christopher. No fue mi intención que te molestaras, es solo que... - comenzó a jugar con sus dedos nerviosa - solo mirala.

Rápidamente desvió su mirada señalando algo detrás mío. Me giré a ver la dirección de su mirada y pude ver como Kathia estaba abrazando y riendo a carcajadas estrepitosas con su padre que le daba besos cada tanto en la frente.

No pude evitar esbozar una sonrisa al ver como su mirada brillaba. Ese vestido le quedaba realmente maravilloso.

- Su vestido pareciera salido de un mercadillo de beneficencia, apenas si se encuentra peinada con elegancia y su rostro... dudo que se maquillara - musitó Nataly girando a verme.

Me giré a verla - ¿Y solo por eso debería dejarla? - cuestioné

- Es un desastre y lo sabes. Todos aquí lo sabemos pero preferimos callarlo porque...

Suspiré lentamente - Nataly, te agradecería si los comentarios hacia la forma de vestir de mi prometida los reservaras a tu mente. No me interesa saber si está o no presentada para la ocasión, es mi futura esposa, merece respeto y si no te parece esta unión o tampoco te interesa... - la observé de manera severa - te recomiendo que regreses a tus aposentos. Estoy seguro que allí serás bienvenida de la manera que deseas pero no puedes acá.