VII

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Kathia

El tráfico era una mierda, algo normal en aquella ciudad tan caótica, sin embargo, no iba a ser tan estúpida de ir en auto sabiendo lo que tardaría así que al salir del pent-house, me dirigí a trote a la estación más cercana del metro.

No pude evitar una pequeña sonrisa en el momento en que Christopher cruzó mi mente como un fugaz recuerdo, si me viera aquí me reprocharía hasta mi existencia.

Negué aun con una sonrisa en el rostro mientras entraba al vagón y me senté en el primer asiento vacío que cruzó mi mirada.

El trayecto era de diez minutos y cinco caminando al estudio de baile donde me esperaban mis compañeros. Usualmente bailaba con ellos para mis recitales, aunque si había algunas ocasiones que tenía recitales en solitario.

Este año por el contrario había surgido la idea conjunta de un recital acompañado de una gira, algo muy conveniente para mi porque será poco antes de mi boda y la gira comprenderá la luna de miel que solo disfrutará Christopher porque yo estaré en la otra punta del planeta bailando.

El punto de reunión era el estudio de baile en Brooklyn, un lugar que siempre había frecuentado desde que me mudé a New York el cual me encantaba.

Pronto mi móvil sonó alertándome. Era Nate.

Corriendo entré al edificio mientras varios bailarines salían del salón contiguo al que yo debía entrar y cuando por fin entré todo estaban allí.

- ¡Kat! – gritaron a lo lejos.

Una enorme felicidad me invadió y salí corriendo a su encuentro lanzándome a sus brazos.

- No sabes cuanto te extrañé – le abracé con todas mis fuerzas olvidando el hecho de que en su mano izquierda tenía un Icé americano que chocaba en mi espalda despertándome el frio del recipiente.

Nos alejamos un poco – Te imaginaba en un spa o rumbo a una villa francesa sonrió irónico.

Rodé los ojos – Sabes que está primero el deber.

- Y por cierto bien tarde que si llegas – musitaron detrás de mí, pude distinguir claramente de quien se trataba aquella voz dulce pero llena de burla.

Me giré a saludarla con un abrazo también casi cayendo encima suyo tomándola desprevenida ocasionando que perdiera el equilibrio por unos segundos.

- ¡He, chica! Pero que andas más pesada que de costumbre – vociferó a muy alta voz para mi gusto. Ignorando aquello solté una pequeña risita dándole un beso en la mejilla a modo de saludo.

- Am también te extrañé mucho, espero que hayas practicado mientras no estuve – comenté entre risas.

- Así fue, pero creo que te han quitado el liderazgo – comentó sin mas

Enarqué las cejas extrañada por sus palabras ¿Qué me han quitado el liderazgo? ¿En qué momento?

Me giré a ver a Nate quien preparó su cuerpo totalmente para darme una explicación, podía verlo en la manera que se irguió, pero no para parecer dominante sino mas bien para ofrecer un bloqueo, la manera en que coloco su mano libre en mi hombro y como su mirada trataba de decirme todo sin decirme nada al mismo tiempo.

- ¿De que habla? – cuestioné al fin.

A lo lejos inmediatamente se escuchó como las puertas del salón se cerraron y toda mi atención se desvió allí donde pude verle.

Como si de una ilusión se tratase apareció ante mí caminando con su postura erguida, tenia ropa de deporte todo en color negro, su cabello castaño estaba un poco desordenado y tenia un poco de sudor que se secaba con delicadeza en las sienes y el cuello, en su otra mano tenía una botella de agua y finalmente sus ojos azules se encontraron con los míos.

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⏰ Última actualización: Jan 06 ⏰

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