Promesas... (Influencias de la luna 1)

CAPÍTULO 19

Evans, te encuentras bien? – Le pregunto preocupada y se separa de mi meneando la cabeza como si de alguna manera estuviera reaccionando.

Si, si, es solo que, tu aroma se está haciendo cada vez más notable – me dice y se nota un poco aturdido, asiento ante su respuesta, entonces comienzo a notarlo, su aroma también está incrementando, siento su aroma más fuerte.

Pasan los minutos y en ningún momento Evans se aparta de mí, hasta que faltan 10 minutos cuando mis padres anuncian que no habría luna llena por lo tanto tendremos que esperar para la transformación y entonces empiezan a retirarse y cuando no queda nadie, mi madre crea un campo el cual evita que alguien nos mire y comenzamos a caminar hacia el bosque, cuando llegamos hacia el punto en donde nos transformaremos esperando que sean las doce en punto y la luna este en su punto más alto, me encargo de cambiar la ropa de Jordi y mía para no arruinarla en las transformación, madre nos explica lo que sucederá y nosotros asentimos. Los diez minutos se pasan volando dando las doce en punto y observamos la luna roja en su mayor punto comenzando hacer la transformación, siento a mi loba saltando de felicidad intentando salir, el por fin poder estar libre, cuando menos lo pienso siento mi cuerpo retorcerse, soltando un grito desgarrador debido al dolor que siento cuando mis huesos comienzan a romperse para reconstruirse dándole la forma a mi loba, duele horrible y sentir el dolor de Jordi solo incrementa el mío, miro a mi madre y siento mis lagrimas salir de mis ojos mientras caigo al suelo retorciéndome en este, siento toda la transformación todo mi cuerpo reconstruyéndose, quiero que esto pare, quiero detener esto pero no tengo ninguna posibilidad de hacerlo, la diosa luna reclama, me reclama, reclama que salga, la diosa luna nos reclama, suelto otro grito desgarrador.

Pierdo mi conocimiento, mirando por último la luna y antes de perder por completo mi conocimiento miro a Evans con el ceño fruncido preocupado.

Minutos más tarde

Cuando recupero mi conocimiento y abro lentamente, el aroma de mi mate llega a mi haciendo que alce la vista y ahí lo mire, está cargándome mientras me lleva algún lugar, miro mi cuerpo y me encuentro desnuda solo con una chaqueta de el que cubre la vista de los demás pero no de él, pasa un tiempo y llegamos a mi casa y Evans me mete a mi habitación recostándome en mi cama, me cubre con la cobija y me acaricia el rostro.

- Te encuentras bien, cielo? – me pregunta con ternura y yo lo miro sonriendo.

- Ahora me encuentro mejor – le digo mirándolo fijamente – como lo soportaste? – le pregunto respecto a su transformación y el sonríe de lado.

- Soy un alfa, cielo, tengo que soportarlo, soportar eso y mucho más – me dice sonriendo y yo acaricio su rostro dándole un suave beso.

- Ven, duerme conmigo hoy – le digo haciéndome a un lado para que se acueste conmigo, no tarda mucho en aceptar, se saca sus zapatos y se mete debajo de las sábanas junto conmigo y pasa su brazo por mi cintura apegándome más él.

- Te veías hermosa – dice pasando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja – eras una loba preciosa, mi hermosa loba – me dice dándome un beso lento y de manera tierna, cuando se separa de mí, sonrío con tristeza por que no pude verla ni ver al lobo de mi hermano, coloco mi cabeza en su pecho y comienzan a cerrarse mis ojos, hasta quedar dormida en sus brazos.

Sábado en la noche

Salgo hacia el bosque para dar un leve paseo, pero al llegar a un cierto punto mi loba decide salir, haciendo que me retuerza de dolor y pierdo de nuevo el conocimiento.

Narra Evans

Estoy en mi casa hablando con mi padre, mi suegro y Jordi de algunos asuntos, mi madre trae algunos pastelillos, estoy a punto de tomar uno cuando una sensación extraña me llega, algo anda mal, muy mal.