IX.- Luna llena.

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《Lee Minho》

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《Lee Minho

La luna que nos da fuerza a los hombres lobo, pero en esta noche lo ilumina haciéndolo ver tan perfectamente. Se muy bien porque me apunta con su espada, lo tengo merecido, soy y seré un idiota, pero tengo mis razones. Avanzo y sigue con aquella espada rígida, si una espada de esgrima como aquellas usadas solo por los grandes duques. No me importa ser cortada con ella si él es quien me corta, por lo cual la coloco en mi hombro y cada paso que doy esta me atraviesa haciéndome sangra, pero el dolor es la nada comparado con el de mi corazón.

—¡Detente! —su voz se quiebra.

—¿Por qué si has venido a matarme? —entre más cerca estoy de él puedo observar su delgadez y su ya pálida piel que ahora parece más y más blanca.

Sin dejar de obsérvalo, avanzo hasta que la espada sobre pasa mi hombro saliendo por mi espalda, la sangre brota, él tiembla ante la escena, su mano suelta la espada y yo la sacó de mi cuerpo, haciendo que la herida sangre más.

—¿Beberás o la dejaras caer? —preguntó fríamente, aunque mi corazón late con fuerza.

Su cuerpo tiembla, lo sostengo de su brazo y lo hago apegarse a mi cuerpo, puedo sentir como huele mi sangre, sus ojos brillan y es cuando toma de ella con desesperación. Observo mi alrededor, no quiero que nadie mire esta escena tan patética para ambos.

—Así que no has tomado sangre en una semana, ¿ya no beberás sangre de otra persona? —preguntó burlonamente.

—No te creas tan único —gruñe ante eso, pero mi corazón late, es como una pequeña confesión de amor.

Después se varios minutos se detiene para golpearme en el pecho, mientras las lágrimas caen sobre sus mejillas. Este rostro tan débil, con lágrimas y suplica, solo me pertenecen a mí, no quiero que nadie más lo vea. Soy egoísta, cruel e idiota, pero no me importa.

—¿¡Por qué!?, ¿por qué me has usado y me has desechado como basura? —pregunta con dolor en sus ojos y con el cuerpo temblando. Duele, duele como el infierno mismo.

—No lo entiendes, si yo me quedara a tu lado, no te dejaría ir nunca, te sostendría en mi cama con una cadena, te encerraría con miles de candados, para que nadie pudiera verte, porque soy egoísta e idiota, pero, aun así, tengo que pensar que el mundo a fuera, esto no es sueño y desearía que lo fuera. Hay muertes y nuestras razas se odian, jamás podríamos ser felices, si hago que me odies, quizá así pueda lograr que puedas alcanzar tus metas, quiero —limpio sus lágrimas—quiero entregarte el mundo Felix, sin importar el costo, quiero que tengas esa vida, donde puedas ser libre, si tengo que ganar esa batalla para entregártelo, lo haré, así que por favor ódiame, para que yo pueda estar lejos de ti, para que pueda luchar, porque si no es así —abrazo su cuerpo —si no es así, yo no podré estar sin ti.

Su cuerpo tembló en mis brazos y sus lágrimas mojaron mi ropa.

—Te odio tanto Lee Minho, te odio porque desde que te conocí, nada sabe igual, tu sangre es lo único que me da fuerza, te odio porque cada noche es eterna y fría sin ti, te odio porque mi cuerpo frío se calienta solo con el tacto se tu piel, te odio tanto porque sin importar el tiempo, yo podría esperarte, te odio tanto porque no puedo vivir sin ti —me miro a los ojos y sus labios tocaron los míos. En un desesperado y anhelado beso.

(+18)

El sabor de sus labios es como una droga que hace que mi cordura se pierda, no puedo más, lo besó con más agresividad, sintiendo la sangre combinarse con el sabor de sus labios. Lo tomo entre mis brazos alzándolo por las piernas para que este sobre mi cadera. Abraza mi cuello sin dejar de besarme, lo acorraló contra el árbol, para poco a poco sin soltarlo, le quito la ropa de arriba, besando y mordiendo su piel blanca. Mi polla vibra y se llena al sentir su cuerpo sobre mi cadera, sintiendo esa incomodidad de no poder estar completamente erecta por la ropa. Lo bajo sin dejarle de mirar, desabrocho su pantalón, con fuerza dejándolo caer al suelo, exponiendo su blanca polla y su cuerpo, toco sus muslos con ansiedad para luego tocar su trasero.

—Suplica que me detenga... porqué estoy perdiendo la cordura. —digo con voz ronca.

Pone sus manos sobre mi pantalón y con torpeza lo abre bajándolo apenas sobre mis muslos, liberando así mi gran y erecta polla que gotea. A este punto ya no estoy pensando claramente. Tomo su cabello y lo jalo con brusquedad hacia mi parte

—Chúpalo, humedécelo, porque será la única preparación que obtendrás de mí. —ordeno en un gruñido.

Con obediencia se arrodilla ante mí, tomando mi polla, la cual bombea un poco antes de colocarla en su boca, la vista es exquisita puedo ver sus carnosos labios rodeando mi polla, la cual no entra toda, pero puedo ver que con torpeza la introduce lo más que puede y haciéndome sentir la humedad y la calidez de esta, mi respiración es pesada y tengo que controlar mis impulsos de querer penetrar su boca. El placer hace que mis piernas tiemblen, estoy subiendo poco a poco a la cima con la vista ante mis ojos, no puedo controlarlo más, de nuevo lo sostengo del cabello y comienzo a penetrar su boca, siento como se aferra a mis piernas, pero estoy sintiendo que llego a la cima, el cosquilleo en mi vientre me indica que me correré, pero no la saco de su boca, corriéndome dentro de ella con fuerza, golpeando su garganta con mi semen. Cuando libero sus cabellos puedo observar la escena más deliciosa, sus labios están rojos y mi semen en la comisura de estos, lo cual hace que mi polla siga erecta y dura. Lo tomo del brazo para levantarlo y acércalo a mis labios sin importarme sentir el sabor de mi en ellos, lo beso con agresividad, sintiendo el sabor a semen, sangre y saliva, mezclándose, es algo único, lo tomo de su trasero y lo abro para cargarlo.

—Abrázame con tus piernas que no seré amable, tuviste una oportunidad de detener esto, pero, ahora ya no podrás hacerlo.

Al cargarlo coloco mi polla sobre su entrada, lubricada y chorreante, dejándolo caer sobre mi cadera lo penetró con fuerza. Su entrada es apretada y tan ajustada que incluso es doloroso. Con él en mis brazos lo recargo sobre un árbol y sin soltarlo empujo con fuerza y rapidez. Puedo escucharlo gemir en mi oído mientras lo penetro con fuerza. Me abraza con sus hermosas piernas como una invitación de a ir más allá.

Lo bajo y le doy la vuelta colocando su pecho sobre el árbol, para tomar su cadera y acercarla a mi para penetrarlo de nuevo, tomado su delgada y perfecta cintura.

Se aferra a lo que pueda mientras yo sigo entrando y saliendo con tal fuerza que su piel comienza a irritarse con el roce, me acerco a él colocando mi pecho sobre su espalda y con mi mano tomo su polla para estimularla mientras muerdo su cuello. Siento como su cuerpo se tensa para llegar al orgasmo, apretando mi polla, así mismo corriéndose en mi mano. De nuevo lo giro para cargarlo sobre mí, penetrándolo, lo beso con desespero para mover mi cadera con rapidez para llegar lo más profundo. No tardo en correrme dentro de él con fuerza haciendo que el orgasmo mismo sea una locura.

Cuando logro contener los espasmos tras el orgasmo y con la respiración pesada aun, lo puedo mirar con detalle, sus labios hinchados y rojos, su hermosa piel blanca es ahora adornada con mis mordidas, es una exquisitez.

—Te amo Han Felix. —Digo bajando su cuerpo, el cual aún tiembla. —No debí, pero no puedo evitarlo cuando estás cerca —pronunció suavemente.

—Eres un idiota —me golpea suavemente en mi aun herido hombro.

—Soy tu idiota —le doy un profundo beso, como dos amantes bajo a la luz de la luna.

El mundo se detuvo en ese instante como un sueño que quisiera jamás despertar, pero ahora debe comenzar a moverse y el adiós es inevitable.

El mundo se detuvo en ese instante como un sueño que quisiera jamás despertar, pero ahora debe comenzar a moverse y el adiós es inevitable

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"Un lobo enamorado de un vampiro" /MinLix / Adaptación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora