1

19 2 0
                                    

Para tí, hasta la última gota de mi sangre violeta.

...ahora eres el príncipe; llevas medias de seda y casaca ribeteada en oro; a la cintura, empuñada de rubies, la espada que te convierte en el más valiente de los hombres; al cuello la capa que te hace el más temido; en la cabeza, deslumbrante, la corona que todos ambicionan.

Eres el príncipe; las doncellas de la corte caen rendidas a tus pies y las princesas, nerviosas, se disputan la primera pieza del baile.
El esplendor te pertenece.
La gloria es tuya.
Yo solo tengo mi amor, y eso me basta, ¡oh, mi joven pastor!, para coronarte.

Manuscritos de Pink MountainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora