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...cuando te convertí en príncipe, en mi mano temblorosa di tres vueltas al anillo de lapizlázuli y convoqué todos los poderes del universo, sabía que perderías tu inocencia y que yo te perdería para siempre; pero aún así creí que la hermosura de tu cuerpo era solo digna de un rey y, casi sin voz, pronuncié el conjuro...

Manuscritos de Pink MountainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora