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...si eres el río, yo soy el junco que crece en tu enlozada rodilla.
El junco, que aunque frágil, no se queja al doblarse sobre tu transparente cuerpo. El junco que se quiebra... se inclina y duele para amar la ligereza del agua que se escapa.

Manuscritos de Pink MountainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora