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El me miró y como si en mi ojos viera la duda, bajo su vista a mi dedos y los lamios con la punta de su lengua  retirando la mermelada poco a poco, aquel siemple acto me humedecio el centró de placer.

Era increíble los sensible que podía llegar hacer cuando de el se trataba.

- me refería a otra mermelada, pero está en tu dedos sabe a Gloria- su voz ronca me estremeció por qué significa que al igual que yo también estaba exitado, que también era sensibles a mi.

- a cual mermelada se refiere?- fingía inocencia para hacer esto un juego.

- déjame y te muestro- abrió el cajón derecho y saco una goma para cabello y un látigo de fibra, con su pies descalzo y un pantalón de chandal negro, se puso en pie y caminó hasta ponerse del otro lado del escritorio, clavo la suave llema de su dedos en mi peló y desenredó con la manos pará luego asegurarlo en una colecta.

- permíteme tus manos- dejé la tasa con mermelada a un lado y le pasé mi mano hacia atras, el la sujetó suavemente con el lastigo, me jalo un poco hacia atrás colocando mi mano sobre el borde pará darme equilibrio,sentí su pasos y se colocó frente a mí- separa la piernas lo más posible- mi pezones se endurecieron con tan solo escuchar aquella petición, sumisamente le obedeci.

Baje la cara con timidez no traía braga puesta- ere perfecta y me encanta que no lleve tu sexo oculto para mi- levantó mi mentón con su dedos aquella palabras me agradaron tanto.

Abrió su  camisa botón por botón mientras yo  estaba desnuda y atada para el, estaba a su merced.

El tomó la mermelada y colocándose en medio de mi derramó un poco en mi cuello, la recogió todas con su lengua y luego me besó conservando el fuerte sabor de la fresa en su carnoso y viva labios, se hunto un dedo de mermelada y me lo hunto en el labios inferior el coloco su labios sobre ese labio y los delizo con una suavidad que destilaba amor y pasión.

Con la cuchara me hecho mermelda en los senos por mi pezones se delizo un chorro que cayó en mi pierna- voy a limpiar cada parte de ti que tenga fluido- tomó un seno con suavidad su lengua me acariciaba cada pezón con delisia, me había fundido en una montaña de placer y mi único deber era gemir para dejar escapar un poco de la sensación si guardaba silenció estallaría en su mano.

El se sentó en la silla giratoria se acercó lo más posible y halo mi sexo a su cara, lamió la mermelada de mi piernas y mi cuerpo se contrajo.

Subió por la orrila de mi piernas hasta llegar a mi sexo su respiración en mi hendidura sensible me volvía loca, con la punta de la lengua recogió todos mi flujo y moviendola hacia abajo y así arriba en el clítoris me hizo enloquecer.

- va a venirte, pero está vez será conmigo dentro de ti- el se puso en pie levanto mi pierna izquierda para rozar la punta de su miembro en mi, con calma, con una pasiencia inaudita, hacia presión en mi centró amenazando con dentral y luego se retiraba el orgasmo se acercaba a cada rato y cuando estaba casi fuera el se  alejaba.

- contente un poco mas- siguió en esa tortura se detuvo un momento, y luego el empezó adentrarse en mi con calma, como si hacerlos un poco más de prisa me haría daño.

- ay Dios un poco más- estaba loca y deseosas quería que parara de torturarme necesitaba de su movimiento más profundo.

- este será lento, pero después de este voy a cogerte tan duro que mañana no podrá sentarte-

Escuchar esa advertencias me exitaron con gravedad me vine en un órgamos desenfrenado.

Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora