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Escuchar un acércate me puso la piel tibia, acalorada, rodee su escritorio con pasó dudosos y me coloqué casi frente a el.

Llevaba una camisa blanca con lo primero botones desabotonado mostrando su piel completamente despilada, me miró con una mirada sensual- date la vuelta- aquello era tan necesario el verle así cara a cara me ponía loca, mordió el lóbulo de mi orejas y aquello fue sufiente pará arrebatarme un delirante gemido.

Retrego su hombría hacia Arriba y a bajo en todos mi trasero lo hizo tanta veces en tan poco tiempo- podría pasar todos el tiempo que sea necesario haciéndote esto y por Dios que con esto me correría, por qué tú aroma, tu piel tu cara y todos de ti me la saca con el menor acto, pero estoy aridiendo por tocarte, por favor déjame hacerlo"- en su voz había un lloró un ruego un dolor del que no estaba hablando ahora mismo.

- también siento gana de tocarte y me quema a horrores no poder hacerlo, más de lo que te quema a ti el no poder hacerlo ahora- yo también moría por tocarle y el debia saberlo quizá así también fuese flexible y cedieran un poco.

- no lo entiende- hundió su cara en mi peló asorbiendo el aroma de mi shampoo.

- si no me explica no voy a entenderte-
Quería entenderle, quería conocerle.

- quiero que lo haga- retiro la mano derecha del cristal para hechar todos mi cabello al lado izquierdo dejando mi oído y mi cuello a su Merced - pero no sé por dónde empezar- trague en mi adentro y retiré mi mano iba a marcharme y el no hizo nada para detenerme nada- tocame si quiere- aquella palabra me hicieron pararme en seco, había escuchado bien o era producto de mi imaginación.

Me gire con determinación y camine con alegria me coloque delante de él queriendo abalanzarme sobre el de un tirón y sobar su cuerpo enteró para calmar el deseo ferviente de tenerle, pero algo me dijo que debía tocarle despacio así que me límite a delizar mi dedos por su brazo subiendo lo hasta llegar a su pecho dónde postre mi mano en su duró y firmé pecho.

Su corazón latía fuertemente, su pupila se dilataron el semblantes de su rostro se enrojeció, respiraba con dificultad como si le fuese a dar un ataque. " era alérgico al tacto" joder!

Le solté de prisa y coloqué mi mano arriba como señal de que estaba fuera de peligro.

Cómo diablo era capaz de existir alguien que fuera alérgico a algo tan placentero, como el tacto, el rose piel con piel.

Estaba haciendo una crisis alérgica y lo mejor que yo podía hacer era alejarme para ayudarle, el necesitaba un espacio para el solo,

¡debía irme!

Cuando las personas afrontan un momento de dificultad, tocarle la espalda es saludable, para cloee podía resultar mortal, debía darle soledad.

Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora