Kingsman: El servicio secreto

Capítulo 4

T/n Hart

Al día siguiente me levanté tarde y ordené una pizza para comer-desayunar, aún no conocía a la propuesta de mi padre, pero pues es Harry Hart y la verdad confío en él.

Todo estaba tranquilo hasta que mi padre baja y me encuentra en ropa "normal y común" comiendo pizza.

—Me voy— Anunció mientras se colocaba frente mío.

—Hola hija, buenas tardes, voy a salir— Lo miré a los ojos y él sonrió.

—Vámonos, tenemos un gran día, ¿Cierto señor Pickles?— Saludo al pequeño perro que estaba en la repisa.

—¿A dónde vamos?— Pregunté mientras terminaba mi rebanada de pizza.

—Por mi propuesta, que también es tuya— Me levanté rápido y mi padre me inspeccionó con la mirada —¿Cuántas veces debo decirte que estés con tu traje? Nunca sabes cuándo tengas una nueva misión— Regañó —Lo dejaré pasar, porque de todas maneras si traías traje debías cambiarte por ropa normal— Añadió.

—Bien, lo siento ¿si?, vámonos— Me coloqué mi gorra y tomé mi teléfono.

Salimos de la casa y en el camino nadie habló, me la pasé observando todo a mi alrededor hasta que llegamos a una estación de policía.

—Oye— Llamé la atención de papá.

—Dime— Respondió sin mirarme.

—¿Qué hacemos aquí? ¿Acaso me vas a entregar por todos los pequeños crímenes que cometí hace años? Porque te recuerdo que ya cambié— Hablé rápido mientras miraba a todos lados —Lo sé, a veces soy insoportable y no me aguantas, pero, deshacerte de mí de esta manera no creo que...—

—Venimos a esperar a alguien, no te voy a entregar, aunque debería— Me interrumpió y humorizó la última parte.

Yo reí un poco.

—Bien pero, según yo íbamos a por nuestra propuesta, pero no me molesta esperar— Hablé volviendo a observar todo a mi alrededor.

—¿Cuántos carros había?— Preguntó de repente y sabía a qué se refería.

—Había 25 carros negros, 10 blancos, 12 azules, 7 rojos y ah un amarillo— Se refería a todos los carros que había mientras veníamos en camino.

—¿Y personas?— Me volteó a ver.

—42 personas adultas, 10 ancianos y 25 niños, además de 4 bebés— Respondí asegurándome de no olvidar ninguno.

—Bien— Y volvió su mirada al frente.

En eso salé alguien y baja las escaleras de prisa.

—Es él— Susurra.....