Caminemos

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Luzu no quería ser amigable pero su consciencia no lo dejaría en paz si no lo ayudaba. —Okey Quackity.. ¿Como era la calle en donde esta tu..?

Mi edificio. No se como describirlo, se parece a los mil edificios qué hay. - Quackity desvió la mirada porque en ese momento sus ojos estaban a la par de la de Luzu y el contacto visual con un random es... extraño.

Tampoco es como que haya tantos, pero bueno, porque no mientras buscamos tu edificio me cuentas algo? - El chico de ojos rojos comenzó a caminar aun pensando si esto era buena idea o simplemente no lo era.

¿Contarte algo? - Arqueo una ceja y miro a Luzu mientras lo seguía.

Es solo que creo que sería muy aburrido caminar en silencio, no? - le respondió mientras lo miraba.

—Ooh ya, pues... - La verdad el no tenía idea de que le podría contar, pensaba que Luzu era un chico muy reservado y frío por lo que le incomodaba un poco no poder hablar abiertamente con el. - ¿Vas a la prepa? - Imagino que ambos tenían más o menos la misma edad.

Voy en el segundo año, tu? - Era difícil conversar.

—Oh, yo en el primero, y entonces tú tienes..? - Quackity quería saber la edad de su nueva incógnita.

Miro el cielo y luego a el chico bajito. — Diecisiete, tengo diecisiete Quackity.

Un año más y vas al asilo. - Una pequeña risa salió de él pero no queria ofender al castaño entonces se callo rápido.

Pfft, tu no debes estar tan chico. - Rodo los ojos y miró a Quackity. —¿Cuantos años tienes tu?

Quince, soy quinceañero, lastima a que a los hombres no les hacen fiesta de quinces. - Sonrió y siguió caminando.

Luzu se sintió confundió al escuchar lo que Quackity dijo. —Todos celebramos cuando cumplimos años ¿Los hombres no?

—No me refiero a eso, es que en México a las chicas que cumplen esa edad les hace una fiesta gigante. - Quackity era chico pero se preguntaba cómo sería ser mujer y tener unos XV años de ensueño, era tonto.

Mmm ya, aquí es como cumplir cualquier edad.

Luzu bostezo y Quackity siguió hablando de cualquier cosa que se le viniera a la mente. En un momento se sentía como caminar a la nada mientras poco a poco se conocían, estaban pasando los minutos que se volvieron casi más de una hora, cualquiera pensaría que este es un desperdicio de tiempo pero ese rato bastaba para que ellos se fueran conociendo, ninguno de los dos tenía muchos amigos entonces no les importaba hablar entre ellos, incluso Quackity logró hacer reír a Luzu.

Y una vez en la primaria me iba a agarrar a golpes con un amigo pero al final terminamos abrazados en la salida. - El castaño escuchaba atentamente todo lo que decía el mexicano al parecer él tenía muchas historias por contar y a Luzu no le importaba escuchar, todo sonaba tan divertido y extraño, cosa que le entretenía, no entendía como este otro chico tenía tantas anécdotas porque él con sus diecisiete años sentía que su vida era muy aburrida.

Seguían caminando y el rato era agradable. —Eres un estuche de monerías Quackity, ¿De verdad te paso todo eso?

Romancé adolescente (Luckity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora