Romancé adolescente (Luckity)

Fin de semana

Aproximadamente paso toda una semana y ya era viernes. Era casi el penúltimo módulo y en toda esa semana Quackity se había hecho más amigo de la chica que habíamos mencionado antes, su nombre es Nieves, aunque ya eran amigos no eran tan cercanos.

Nieves es una chica muy amable de cabello pelirrojo y cuando ella se aburría en clases le mandaba notitas en pequeños pedazos de papel a Quackity diciéndole cualquier cosa y el mexicano le contestaba tonterías para hacerla reír pero las maestras casi siempre se daban cuenta provocando que los regañaran.

Ahora mismo estaban pasándose notitas sobre el chico que le gusta a Nieves, le comentaba a Quackity que va en otra escuela y es un año mayor que ella pero aún así le gusta mucho, también dice que la invito a una fiesta este fin de semana que era Sábado, Rubius sonaba interesante, pensó Quackity mientras leía todo lo que Nieves hablaba de él.

Terminaron las clases y el aire corría fuerte afuera. El pelinegro guardó sus cosas y comenzó a irse, solo hasta que Nieves lo tomó de la muñeca para que dejara de irse.

—Quackity, hey. - Nieves al llamar su atención y ver que él se detuvo lo soltó.

El mexicano se giró y la miró confundido. —¿Si?

—Antes de irte, quieres ir conmigo por un café? Además así avanzamos con la tarea en parejas que nos dejaron. - El realmente quería aceptar la invitación pero tenía que irse a casa, donde estaba su padre.

Tenía que estudiar, hacer tarea, mantener limpio el departamento, bañarse, comer y otras muchas cosas antes de llegar a la construcción pero el solo quería echarse a dormir, las últimas semanas se acostaba tarde por estar haciendo la tarea y se notaba en sus ojeras junto con su bajo rendimiento.

—No puedo Nieves, lo siento, tal vez después? - Nieves no se puso exigente, entendía que Quackity era una persona con muchas obligaciones pero se quedó preocupada por el.

Los españoles desde hace rato habían terminado sus clases y estaban en un parque cercano a su colegio pasando el rato.

Vegetta y Luzu estaban sentados en el pasto a lado de los columpios en donde se columpiaban Alexby y Rubius que no hacían nada en particular.

Alexby habló para intentar romper el hielo que había entre los chicos sentados en el piso que solo estaban viendo sus propios teléfonos. —¿Tienen algo qué hacer este fin de semana? Podemos salir o algo.

" —No." Contestaron aún mirando el teléfono pero Rubius miró a Alexby.

—Yo tengo una mejor idea. - Sonrió y envió un mensaje a sus propios contactos.

Confundido Alexby acercó su mirada al teléfono de Rubius.  —¿Tu mejor idea es mandar mensajes de texto? - Dijo en un tono pesimista y aburrido.

—No tonto, lee el mensaje. - El pelinegro arqueo la ceja y leyó en silencio, después habló en voz alta.

—¿Fiesta en casa de Vegetta? - Dijo soltando una risa.

—Que en mi casa que.- Vegetta se levantó rápido y le quitó el teléfono a Rubius.

Después de un rato de estar peleando en broma, decidieron que si iban a organizar la fiesta este fin de semana pero no en casa de Vegetta, en casa de Rubius si, la mayoría de chicos invito a sus contactos excepto Luzu.

Luzu dijo que prefería no ir a la fiesta y mejor quedarse en casa a descansar, la semana había sido pesada para él y quería aprovechar para dormir, hacer tarea, etc. Sus amigos no se quejaron porque de todas formas ya sabían como era su amigo, pero eso no les quitaba las ganas de que él también fuera.

En si Quackity se había negado a ir con Nieves para apurarse pero cuando llegó a su casa se sentó en el mueble y en cuanto menos se lo esperó, se quedó dormido. Ese no era el plan pero fue lo qué pasó.

Por la noche su padre regresó y lo encontró dormido, suspiro y ni siquiera le salió la intención de regañarlo, entendía que su hijo estuviera agotado.

En la madrugada lo despertó el sonido que emitió su teléfono. Eran mensajes de su amiga la pelirroja, había como más de 30.

Irritado se quejó con un gruñido entre dormido, se talló los ojos y abrió la bandeja de entrada para ver de qué eran los mensajes.

"Quackityy, el chico que me gusta me invito a una fiesta!!". - Decía uno de los mensajes.

Con los ojos entrecerrados intento responder los mensajes pero se volvió a quedar dormido antes de poder hacerlo.

Lo raro de ser Quackity era que por más que él descansara siempre se sentía agotado.

Su papá por la mañana noto que ya no estaba en el mueble de la sala, revisó su habitación y ahí estaba el pato echado en su cama con una posición algo rara, se veía incomoda. A pesar de ser sábado el padre de Quackity tenía que ir a trabajar así que mejor se fue.

Al pasar las horas Quackity se encontraba aburrido en su habitación intentando sacar alguna buena nota con su guitarra; para este entonces él ya había rechazado la invitación de ir a la fiesta de la cual habló Nieves, no volvió a abrir más los mensajes porque quería concentrarse en su guitarra pero una notificación de la chica le llamó la atención.

"Por favor vamos juntos, va a haber adolescentes borrachos y eso me da miedo."

Quackity que no tuvo más remedio que contestar y aceptar ir con ella.

La fiesta comenzaría por la noche así que no tenia porque apurarse, dejo de pensar en eso y sonrió, intento de nuevo sacar las notas de una canción que había estado practicando mucho pero con las cuerdas desafinadas no le salía bien.

El español castaño por su parte estaba firme con su decisión de no asistir a la fiesta de sus amigos y estaba en casa haciendo tarea, Vegetta que era como un chicle en el zapato de Luzu y siempre estaba con él, le insistía que por favor fuera, quería ir con su mejor amigo.

Los amigos de estos dos chicos eran buenos manipulando porque al final ambos terminaron doblegados al terminar aceptando la invitación y teniendo que ir a la dichosa fiesta, Quackity era muy fiestero pero no ahí, no con gente que no conocía.

Probablemente se quedarían en una esquina mirando el alboroto a lo lejos preguntándose a sí mismos porque aceptaron ir, arrepentidos.

Pero la noche siempre encuentra una forma única de hacerse lucir.