000, Prólogo

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Hawkins, Indiana 1983

El grupo de cuatro niños estaba en la sala de la casa Henderson. Planeaban todo para la siguiente campaña, que se daría en el sótano de los Wheeler.
Dustin y su madre habían recibido a los chicos dulcemente, mientras el tercer miembro de los Henderson permanecía encerrado en su habitación.

Ryker jamás se molestó en socializar con las amistades de su hermano menor, no era de su incumbencia todo lo que jugaban o como pasaban el tiempo.

La única información que él tenía de ellos, era que todos eran nerds.

Nada más y nada menos.

De todos modos, llevarse un año de diferencia con Dustin no era necesariamente malo. Ambos pasaban tiempo juntos de vez en cuando, pero también existían las discusiones o días en los que pensaban que fingir que el otro no existía era lo mejor.

El castaño estaba recostado en su cama boca arriba, sus ojos viajaban por los dibujos que hizo en su pared y los pósters que había colocado sobre sus películas favoritas.

Su habitación era su lugar, él pasaba horas y horas allí sin aburrirse, porque sabía que nadie tenía derecho a molestarlo cuando estaba allí.

O al menos así fue por unos minutos.

— ¡Ryker! —sintió un portazo— ¿Viste mí radio?

Bufo y rodó los ojos, negando con la cabeza ante la pregunta de el menor.

—Vete y cierra la puerta, Dustin—pidio, casi aproximandose a ser amable.

En el rostro del rizado creció una sonrisa malisiosa y tomo la radio de Ryker, para después salir corriendo sin cerrar la puerta o siquiera apagar la luz.

— ¡Te voy a asesinar! —el mayor también salió corriendo, siguiendo a Dustin por toda la casa— ¡Mamá!

Llegaron a la sala, mientras Dustin era tumbado al suelo por culpa de su hermano, comenzó a sentir golpes en sus costillas y tironeos en su ropa. Ryker estaba de mal humor justamente ese día, eso era seguro.

— ¡Sueltame! —exclamo el chico de ojos claros— ¡Mamá! ¡Ry me está golpeando otra vez!

La pequeña pelea de ambos estaba siendo presenciada por los ojos de los tres amigos que estaban sentados sobre el largo sofá. Mike parecía preocupado, Lucas reía y Will simplemente permanecía en silencio.

La señora Henderson llego algo alterada por tanto griterios, mientras tenia a Mews en brazos, suspirando al ver a sus niños pelear.

—Ryker, suelta a tu hermano—pidio, mientras les daba una mirada apenada a los invitados.

El castaño obedeció sin pensarlo y se levantó con su rostro rojo y su cabello alborotado. No estaba avergonzado, pero seguía molesto con Dustin.

Jamás dudaría en hacer lo que su madre pida, después de todo, era una de las mujeres más dulces del planeta.

El de gorra también se levantó, sonriendo con burla ante como él se había salido con la suya como tantas veces anteriores.

Ry dio un paso adelanté, —Vuelve a tomar alguna de mis cosas—se acercó lo suficientemente—y acabaré contigo.

Dustin sonrió, —Aun así seguiremos siendo familia.

—Idiota.

—Bobo.

— ¡No me digas bobo!

— ¡Tú empezaste!

Decidieron calmar un poco el ambiente, mientras el mayor aún con su ceño fruncido caminaba a paso pesado hacia la cocina, abriendo el refrigerador y sacando una caja de jugo de allí.

Dustin tomo asiento junto a sus amigos, mientras miraba molesto a Lucas por cómo no paraba de reírse ante su desgracia de ser golpeado.

El mayor de los Henderson amago con volver a su habitación, pero fue detenido por el suave toque de su madre en su hombro, ocasionando que volteara a verla, relajando sus facciones.

— ¿Por qué no pasas tiempo con ellos? Son buenos chicos—le sonrió, señalando a los niños sentados que escribían algo sobre dados.

Suspiro con cansancio pero termino asintiendo. De mala gana fue hasta el sofá, logrando que todo se quedara en silencio y los cuatro presenciaran cómo Ryker se dejaba caer a un lado del más tímido del grupo.

Will Byers bajo la mirada ante eso, mirándolo disimuladamente de reojo y sintiendose ciertamente incómodo por la presencia del hermano mayor de Dustin.

Incómodo o nervioso.

Cualquiera es válida, ¿no?

— ¿Y ustedes invocan monstruos o así? —pregunto, bebiendo un poco de el jugo de naranja que tenía en manos.

El menor de los Henderson se golpeó la frente con la palma, mientras negaba ante la boba pregunta.

—No invocamos nada—respondio, de la manera simple en la que sabía que Ryker entendería.

—Entonces es una pérdida de tiempo.

Una pequeña sonrisa creció en el rostro de Will, mientras se reincorporaba en su lugar luego de que la rodilla de Ryker se acercara accidentalmente a la de él.

— ¿Entonces por qué estás aquí si no te interesa? —pregunto Dustin, perdiendo la paciencia.

Ryker sonrió de lado con diversión, —Ya me voy si es lo que quieres—se levantó mientras dejaba la caja de jugo sobre la pequeña mesa y golpeaba suavemente la cabeza de su hermano al pasar— ¡Mamá, Dustin no me deja jugar con ellos!

El rizado bufó en cuanto recibió un regaño por parte de su madre, mientras molesto veía como el mayor se iba carcajeando hacia su habitación, encerrandose allí.

—Tu hermano asusta—la voz de Wheeler lo sobresalto.

— ¿Qué? —volteo.

Lucas asintio, — ¿Estás seguro que son parientes? —Dustin frunció el ceño—Ya sabes, porque él es... —hizo una seña de músculos—y tú eres... —señalo el tablero sobre la mesa.

Will, ajeno a la conversación, se quedo observando por dónde Ryker se había ido, hasta que salió de su pequeño trance en cuanto la mano de su mejor amigo se posicionó en su hombro.

Este era solo el comienzo para el mayor de los hermanos Henderson y el menor de los hermanos Byers.

𝗽𝗿𝗲𝘁𝘁𝘆 𝗿𝘆𝗸𝗲𝗿, will byersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora