𝟔. 𝐄𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐨𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧.

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𝐵𝑖𝑒𝑛𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎𝑠

𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑒𝑑𝑖𝑡𝑎𝑑𝑎, 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒𝑠 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑒𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑎𝑔𝑜𝑛𝑖𝑠𝑡𝑎𝑠.

𝐴𝑑𝑣𝑒𝑟𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎:

𝐿𝑒𝑐𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑚𝑢𝑐ℎ𝑎𝑠 𝑒𝑠𝑐𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑠𝑒𝑥𝑢𝑎𝑙𝑒𝑠, 𝑚𝑎𝑛𝑖𝑝𝑢𝑙𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑙𝑒𝑣𝑒, 𝑒𝑛𝑔𝑎𝑛̃𝑜𝑠, 𝑑𝑒𝑢𝑑𝑎𝑠, 𝐷𝑜𝑚 𝑆𝑒𝑜𝑘𝑗𝑖𝑛, 𝑆𝑢𝑏𝐿𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎, 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒𝑠 𝑑𝑢𝑙𝑐𝑒𝑠 𝑦 𝑏𝑜𝑛𝑖𝑡𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑆𝑒𝑜𝑘𝑗𝑖𝑛, 𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑗𝑒 𝑓𝑒𝑚𝑒𝑛𝑖𝑛𝑜 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑐𝑎𝑟𝑎́𝑐𝑡𝑒𝑟 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑆𝑒𝑜𝑘𝑗𝑖𝑛 𝑙𝑎 ℎ𝑎𝑐𝑒 𝑚𝑎𝑠𝑖𝑡𝑎, 𝐶𝐸𝑂 𝑆𝑒𝑜𝑘𝑗𝑖𝑛.

𝑃𝑙𝑎𝑦 𝑚𝑢𝑠𝑖𝑐

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Claudia se vio en el espejo de su casa, un poco de maquillaje en los ojos, labios ligeramente rojos por la tinta que compró a descuento, rímelos para pestañas y cejas peinadas, no sabía como delinearse así que lo dejaba así como estaba su cara, te...

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Claudia se vio en el espejo de su casa, un poco de maquillaje en los ojos, labios ligeramente rojos por la tinta que compró a descuento, rímelos para pestañas y cejas peinadas, no sabía como delinearse así que lo dejaba así como estaba su cara, tenía que comprar alguna crema hidratante, su piel siempre se resecaba.

- ¿estás segura de que quieres ir? - pregunta Jeannie desde la cama, estaba con una pijama muy sexy que trajo desde casa, a penas llegabas al País y ya tenía ropa de ella y Jangseok en casa, todo un desastre, siempre vienen y se quedan a dormir en tu cama como sardinas en lata - no me da buena espina.

- solo será una cena, hoy le diré que no voy a poder verlo por qué tengo que buscar un trabajo nuevo - menciona Claudia peinando su cabello y dejando que fallera en su espalda - jamás nos agradó Seokjin, pero su madre siempre nos decía que estuviéramos con él.

Jeannie asintió mientras se rascaba un poco el trasero.

- solo espero que no haga algo malo como aquella vez - murmuró ella mientras recordaba sus días en la escuela.

- ¿de qué hablas? - preguntó Claudia mientras se colocaba una gabardina beige encima del vestido.

Jeannie dudó en decirle, en ese entonces le había prometido a Dongdong y Jangseok decírtelo.

- pues, mira, ¿Te acuerdas aquella vez en tu último año en Corea cuando tus cosas comenzaron a desaparecer? -

Claudia recordó aquella vez, todo comenzó con el peluche de adorno en su mochila que solía llevar a clase, regalo de su mamá, una vez desapareció de repente, lo buscó durante un tiempo hasta que se rindió, pero, no fue la única cosa que se le extravió, comenzaron con gomas de borrados e incluso una camiseta de gimnasia, jamás encontraste todas esas cosas, fue raro, tus amigos estuvieron un tiempo confundidos por todo ello, pero luego decidieron dejarlo pasar.

- sí, recuerdo -

- pues, Jangseok descubrió quién había estado robando tus cosas, cuando me lo dijo me dio un escalofrío, sabía que había algo rarito con Seokjin - Jeannie hizo una expresión asqueada.

- espera, ¿Seokjin? -

Escuchar el nombre del chico en esa oración te hizo arrugar tu frente.

- si, Seokjin, Jangseok lo vio cogiendo tu toalla de mano, esa de ositos que perdiste por último en los últimos meses del año, él se lo estaba guardando en los bolsillos como si fueran suyos, quien sabe que él no era el ladrón de tus cosas -

De repente, Claudia ya no quería juntarse con Seokjin.

- ¡mi dios, te vez tan bonita ahora hija! - exclamó Carla entrando a la habitación de su hija y viéndola con un vestido simple de franjas blancas, verdes claras y verde ocre de tirantes, debajo una bonita blusa con mangas anchas que apretaba sus brazos rechonchos y dejaban un bonito toque femenino en esa zona - a Seokjin le va a gustar.

Jeannie y Claudia voltearon a ver la señora.

- ¿Cómo sabes que voy con Seokjin? -

- oh, ¿no sabías que me tenía de contacto?, me pidió que te diera tiempo para que llegaras tardes después de su cita, es un chico muy amable, ¿por qué no me dijiste que volviste a tener contacto con él?, deje de hablar con su mamá hace bastante tiempo - Carla se acercó a su hija y le acomodó la falda con cuidado y le cerró bien la gabardina.

Jeannie arrugó su frente.

- maldito perro astuto -

- oye, Seokjin fue su amigo de la infancia, ¿por qué a la defensiva? -

- le robó sus cosas en la escuela, siempre nos llevábamos más con la madre - habló Jeannie con reclamo.

- además, nos obligaban a estar con él - Claudia dijo - y no es una cita, iré a hablar con él sobre algunas cosas, si hubiera sido lo que piensas le hubiera dicho que no.

Carla le sonrió.

- me sorprende que te veas con algo que no sean poleras, recuerdo que de adolescente siempre usabas overoles y jeans - Carla se acercó a su hija y le acomodó un poco el cabello, el adorable ondulado que siempre se le formaba a Claudia en su frente permanecía allí mismo - ahora eres toda una señorita.

Avergonzada, Claudia abrazó a su mamá.

- iré a hablar con él y se acabó - murmuró - Jeannie se quedará.

- ¿quiere comer pollo madre? - preguntó Jeannie mientras dejaba abierta las colchas para que la señora se acostara, alegremente se acercó y abrazó a la chica como si fuera su hija - pediré entonces, ¿vienes temprano?

Claudia asintió.

- bien, me voy yendo - anunció Claudia mientras se colocaba unos zapatos de tacón chatos, cogió la pequeña cartera cruzada en su cuerpo y las llaves de la casa - me guardan un poco de pollo, llamaré cuando esté llegando.

- ¡ten cuidado! - gritó Jeannie antes de que Claudia saliera por la puerta del departamento.

Al principio, el motivo de esta reunión, era para hablar sobre los viejos tiempos y para alejarlo al final. Seokjin siempre fue "amable" con ella, aparte de que siempre quería meterse en su camino y andar con ella, después de aquella vez en el jardín de niños, donde lo empujó, Seokjin fue leal a su persona, comía con ellos, la invitaba a su casa, compraba comida para compartir y siempre le daba la presa más grande; incluso cuando se fue de Corea y regresó a México, fue amable hasta el final, o es lo que recuerda, trató de no fijarse en pequeños detalles.

Claudia estaba a punto de cruzar la pista cuando el teléfono sonó, antes de pasar sacó el móvil y vio un mensaje.

"Lo siento Claudia, están fumigando el restaurante, me había olvidado decírtelo, ¿Te parece si nos vemos en mi casa?, en el piso principal hay una cafetería, un primo es dueño y me ha dejado utilizarlo"

El mensaje era claro, maldijo, iba a hacerla caminar más lejos, incluso, revisó la ubicación que le enviaba.

- ¡encima, debo tomar un taxi para llegar! - se quejó viendo que quedaba en una parte lejana, la casa de Seokjin era en Jungang-ro, frente al complejo gubernamental de Gwacheon, mientras su casa quedaba en Maebong-ro, casi el último paradero del autobús amarillo - diablos.

Pidiendo un taxie en un aplicativo pudo apresurarse, no podía esperar al bus, siempre pasaban en intervalos y estaba segura de que no iban a pasar durante mucho tiempo.

El viaje a Jungang no fue tan largo, no había mucho tráfico en la ciudad de Gwacheon, así que fue especialmente rápido llegar, cuando bajó, el enorme edificio le recibió, y justo allí abajo, una cafetería entre tantas tiendas de comercio y venta. Apresurada, alisó la falda para que no se notara que estuviera arrugada y caminó derecho. Seokjin tenía muchos amigos ricos, estaba segura de que este primo era rico y con una hermosa cafetería como esa.

Tocó la puerta de cristal con el letrero de cerrado y esperó.

- ¡Claudia! - dijeron.

Pronto, toda la valentía de Claudia se esfumó cuando vio a Seokjin tan perfecto y brillante. Si era bonito todos los días, ahora se veía fenomenal, con una camisa blanca de mangas largas, las arrugas en la zona de su pecho hasta lucían hermosas, protegiendo ese pecho de roble que mostraba en fotos de revistas, las mangas apretando sus perfectos brazos y sumando aquellos botones en sus muñecas, diablos, Claudia hubiera jurado que esos botones adoraban a Seokjin por lo brillantes que estaban.

Pero eso no era todo, pantalones caqui claro, largos hasta los tobillos, se apretaban justo en la zona de los muslos y eran sueltos en la caída, los zapatos eran de color café oscuro, seguro de algún tipo de cuero fabricado por ángeles.

Todo en Seokjin era perfección.

- llegaste, lamento que hayas tenido que venir hasta aquí - murmuró mientras sujetaba la mano de Claudia con cuidado y la hacía pasar, el olor de café aún estaba adentro de la pequeña tienda minimalista - vamos a la cocina, tuve que cocinar algo rápido, no me dio tiempo.

- está bien, tome taxie para llegar, ya estaba llegando a tu restaurante - Claudia se acercó y se sacó la gabardina - qué bonito lugar.

Seokjin sonrió mientras recibía la gabardina, dándose cuenta de Claudia dejó su celular dentro de la ropa, sonrió ante su descuido.

- dejaré esto por aquí, entra a la cocina - Seokjin le dijo mientras se acercaba al perchero, cuando vio que Claudia no estaba, sacó el teléfono y lo guardó en su bolsillo.

Esta noche iba a ser especial, tenía todo planeado, nada podía fallar, y cuando la vio acercarse con ese bonito vestido tierno, las llamas se encendieron como fogata, jamás se iba a cansar de ver a Claudia.

Entró a la cocina poco después, con una sonrisa complacida al ver a Claudia sentada como buena chica mientras miraba el lugar en silencio.

- bien, ¿no quieres un poco de vino?, es la colección de padre - mencionó mientras sacaba una botella Romanée Conti, los ojos de Claudia brillaron, era de gusto caros, pero era pobre - te gustará.

Seokjin destapó la botella finamente, sacó dos copas y comenzó a servir lentamente, a Claudia se le hizo agua la boca por el líquido, amaba tanto los vinos, si no fuera porque le gustaba su carrera hubiera estudiado para ser catadora de vinos.

- entonces... ¿Cómo has estado en el trabajo?, no te vi la última vez que fui -preguntó Seokjin entregándole la copa a Claudia, la joven movió el cristal lentamente, haciendo que el olor del vino se metiera en sus fosas nasales.

- ah... renuncie por un problema, nada de lo que pueda solucionar, pronto conseguiré un trabajo - murmuró dándole un tragó fuerte a su vino, sus papilas gustativas chillaron de emoción al sentir el sabor, había pasado tanto tiempo de probar algo tan bueno - esto es delicioso.

Claudia estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que Seokjin no tocó su copa.

- ¿de verdad? - preguntó - te cité esta noche para decirte algo muy importante.

Claudia recordó.

- cierto, también tenía que decirte algo -

Seokjin sonrió mientras volvía a rellenar la copa de Claudia.

- comienza tú primero bonita -

Las mejillas de Claudia se calentaron ante el apodo.

- bueno, Seokjin, creo que debemos de hablar sobre lo que estamos haciendo - murmuró Claudia, comenzó a sentirse nerviosa de repente, el calor inundó su cuerpo tan pronto, ¿era el vino?, jamás se había alcoholizado con el vino, siempre era una buena bebedora - no podemos seguirnos viendo.

Seokjin dejó de sonreír.

- ¿por qué? -

- Seokjin, no creas que no recuerdo, pero siempre has sido alguien... un poco intenso, ya me contaron lo que hacías con mis cosas, eso no estuvo bien para nada - comenzó a hablar Claudia - recuerdo claramente que me dijiste que ibas a atrapar al ladrón, y al final resultaste ser tú, ¿Por qué cogías mis cosas?

Seokjin soltó una ligera risa nasal, Claudia se sintió ofendida, ¿a caso se está burlando de ella?.

- deja de reírte, te estoy hablando de algo serio - las mejillas de Claudia comenzaron a calentarse, ¿avergonzada?, no, estaba enojada, pero pronto todo su cuerpo estaba tan flácido, tan sudoroso, estaba seguro de que sudaba por todas partes.

- ¿te lo dijo Jangseok? - preguntó mientras volvía a servir otra copa de vino.

- no, eso no importa ahora - Claudia se levantó firme - ya no podemos vernos Seokjin, parece que no vez tu problema, no sé cómo me encontraste, sigues mandándome mensajes incluso cuando te deje sin decirte nada, Dongdong me dijo que jamás te acercaste a casa, mamá igual, me dijiste que si la venías a ver, inclusive Jangseok...

- Jangseok - sopló molesto - pero al parecer no soy el único que le gusta mentir, ¿de visita a Corea?, pensé que eras buena mentirosa Claudia, no estás de visita ni por qué tu madre está enferma.

Claudia cerró la boca.

- traviesa Claudia, ¿crees que no sé que tu padre te dejó toda la carga de su deuda? - Seokjin esta vez se acercó a ella, la pobre sintió que un depredador se le acercaba para matarla, siempre sintió eso cuando Seokjin estaba cerca de ella - pero no te preocupes, podemos solucionar eso.

Confundida comenzó a retroceder.

- puedo pagar cada una de tus deudas, la hipoteca de tu casa, lo que tu padre te dejó e incluso ayudaré a Dongdong con la suya, el nombre de tu madre desaparecerá de la lista de los usureros, no es nada que no pueda solucionar - mencionó mientras veía a Claudia retroceder, se veía tan apetecible mientras se encogía como un gatito asustado - todas tus deudas se eliminaran por completo.

Claudia arrugó su frente.

- ¿de qué hablas? -

Seokjin comenzó a acercarse, viendo cómo Claudia retrocedía al son de la vuelta de la mesa central de cocina..

- cásate conmigo - murmuró viéndola, la situación le parecía tan graciosa, ella se escapaba, pero no tenía otra opción, las puertas estaban cerradas, las cámaras igual y su celular lo tenía él, Claudia no podía escapar.

- ¡¿QUÉ?! - exclamó ella.

Claudia sintió sus rodillas temblar, jamás se había sentido tan nerviosa, ni mucho menos tan temblorosa por una situación así.

- cásate conmigo, pagaré tus deudas, todo y serás libre de la deuda del asqueroso de tu padre, Dongdong también y todo lo demás - Seokjin intentó tomar la mano de Claudia sobre la mesa, pero ella lo recogió, frunció la frente - solo debes casarte conmigo.

- ¿Estás loco? - Claudia creyó que todo era una broma - oye, si estás jugando conmigo, mejor párale a esto, vine a hablar y ahora me voy, yo...

- ninguna empresa te querrá contratar, estás sin dinero, sin cosas, sin trabajo, los usureros mandaran a sus hombres para cobrar la deuda y lastimaran a tu familia - concluyó - tienes más problemas que soluciones ahora, Claudia, acepta lo que te ofrezco, es mucho más fácil para los dos.

Ella quería ver si era una broma, pero, Seokjin lucía serio, solo la miraba con calma.

- solo tienes que decir que si -

Estaba confundida, ¿Por qué quería ayudarla?, sabía que la mente de Kim era retorcida, incluso cuando eran jóvenes conseguía lo que quería, pero... ¿Ofrecerle pagar sus deudas por matrimonio?

- estás loco - dijo ella.

- por ti -

Rápidamente, se acercó a ella y la acorraló, el cuerpo de Claudia chilló de miedo cuando las grandes manos de Seokjin la sujetaron de las caderas y la acercaron a su pecho, sus brazos parecían gelatina, ¿Qué le estaba pasando?

- qu-que ganarías... casándote conmigo - tartamudeo Claudia mareada - tienes a muchas mujeres... no me necesitas, no...

Seokjin gimió cuando la vio toda tonta, mareada, el efecto de la droga comenzaba a hacer efecto, se veía tan hermosa de esa manera, ahuecando con solo una mano la mejilla de Claudia, acercó su rostro tan cerca que pudo oler el perfume que siempre ha usado, un toque de chicle, siempre le ha gustado los perfumes de Claudia.

- te ganaría a ti - la boca de Seokjin se abrió justo cerca de sus labios - y te tendré.

El calor se extendió por la columna vertebral de Claudia cuando los labios esponjosos de Seokjin se cerraron contra los de ella, intentó tirar de su cordura como pudo, pero parecía que ahora mismo su cuerpo la hacía rendirse, todo en ella quemaba como el infierno, anhelando el tacto masculino.

Estaba perdida.

Estaba perdida

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𝔅𝔦𝔱𝔢 𝔪𝔢 |𝔎𝔦𝔪 𝔖𝔢𝔬𝑘𝔧𝔦𝔫| +21 Yandere au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora