3cap= Al borde de la muerte.

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Fue un día duro, estaba cansado y presionado, sus pensamientos no funcionaban claramente, era obvio que en cualquier momento se desbordaria a la locura misma, Dazai no pensaba con sus cinco sentidos ese día.

Llegó a el apartamento que compartía con Kunikida, cayó desparramado al suelo después de entrar al lugar, estaba mareado, temblaba en pánico, no sabía que la sucedia. Solo pensaba en el echo de acabar con su dolor de una vez por todas.

Se levantó del suelo, caminando a la cocina en busca de cualquier cosa, algo para calmar su estrés y arrancarlos de raíz. Consiguió un bote de pastillas, eran calmantes para el estrés, no lo dudó y abrió el bote sacando un puñado de pastillas de el, acercandolas a su boca sin pensarlo. Tomó cantidades insólitas de agua para pasar el atraganto, luego caer al suelo partido en llanto y desesperación, todo ese miedo, ansiedad y pánico que sentía era como puñales en su cuerpo, lentamente lo consumian.

Tras unos minutos de llanto sin cesar las pastillas empezaron a producir su efecto, haciéndolo sentir calmado en cuestión de nada, su llanto se detuvo, paro de temblar, se sentía libre, más esa libertad no duraría mucho. Su cabeza aún sin pensar claramente lo hizo cometer una locura, entró al baño, despojandose de su ropa con lentitud y sentándose en la bañera. Lentamente el agua subía por su cuerpo, la relajación de la droga anterior solo lo hizo pensar en una cosa, y era quitarse la vida en paz.

La bañera ya llena lo hizo relajarse a un más, su mirada borrosa, su cuerpo sin temblores, su sonrisa de felicidad falsa y llena de esperanza... Era una imagen desgarradora, su vista lentamente se apagaba, no dolía, no era difícil. En cuestión de segundos sus sentidos dejaron de responder, un fuerte bajón pego contra su cuerpo, desmayandolo al instante por la cantidad excesiva de calmantes consumidos. Lentamente se ahogaba inconscientemente en el agua, moriría sin dolor, sin nadie que lo impidiese.

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Mientras tanto, Kunikida que recién salía de la Agencia de Detectives, exhausto por el largo día que había tenido. A paso lento se dirigía al departamento que compartía con su pareja, su mente no paraba de pensar en que sería de Dazai, en donde se había metido todo el día, no tenía una respuesta clara.


Abrió la puerta de su departamento, todo estaba en un completo silencio, recorrió el Departamento algo preocupado, tal vez ahí estaría su pareja, pero lo que encontró en la cocina provoco un muy fuerte golpe de desespero en el idealista.

Un bote de pastillas tirado en el suelo, tomó el bote entre sus manos, casi no quedaba nada en su interior, la cabeza de Kunikida comenzo a pensar en los peores escenarios posibles en el momento.


Empezó a recorrer el Departamento, buscando alguna respuesta sobre el porque ese bote estaba ahí, llegó hasta la puerta del baño, encontró la ropa de Dazai ahí, quedó paralizado y de nuevo, se imagino lo peor.


Rápidamente intento abrir la puerta, estaba cerrada con seguro, la empujó muchas veces hasta abrirla. En ningún momento su cabeza hubiese imaginando lo que sus ojos veían.

Dazai desmayado ahogándose.

Sin pensarlo se acercó a el, muerto de miedo, temblando de pies a cabeza. Tomó su cuerpo y lo sacó del agua, cargandolo para revisar su pulso, efectivamente y por suerte aún seguía con vida, pero su cuerpo estaba helado, su respiración era pesada. Tomó una toalla para envolverlo en ella y salió corriendo de su departamento, yendo a la mayor velocidad que sus piernas le avanzaban hasta el hospital más cercano, temiendo perder a su pareja.

 [𝙾𝚗𝚎-𝚜𝚑𝚘𝚝𝚜] ✩𝘒𝘶𝘯𝘪𝘻𝘢𝘪✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora