Capítulo 11: Las nuevas reglas del juego

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Por fin estás aquí

Jericho había caminado sin descanso por dos días, estaba completamente exhausta, su cuerpo estaba tan adolorido que cada paso dado era más doloroso que una estocada hecha por espada; sus piernas tambaleaban y sus carnes temblaban, la bella combatiente estaba en las últimas. No podía más había fallado, no sería capaz de llevar a su maestro al lugar donde se hallaba la única persona en el mundo capaz de curar sus males, en cuanto ese pensamiento cruzaba su cabeza, ella caía desplomada sobre el camino y sobre su espalda se encontraba un moribundo guerrero que estaba inconsciente a causa del remedio que el hada les había proporcionado días antes cuando salieron del bosque del Rey hada, pero todo eso ahora parecía tan lejano e insignificante, en este momento los dos morirían, ella por el cansancio extremo y él por su incurable enfermedad.

Las pocas lágrimas que le quedaban en sus bellos ojos salía con dificultad y resbalaban lentamente por sus mejillas hasta caer al piso, Jericho maldecía su debilidad, otra vez se quedaba lejos de su objetivo, nuevamente era superada por las adversidades, era una inútil, un fracaso como caballero, no merecía portar el uniforme, ni empuñar la espada; merecía, merecía este destino tan nefasto y patético que le aguardaba; quería maldecir, gritar, pero para su desgracia ya no tenía fuerzas ni aliento, solo le quedaba morir en ese maldito paraje en completo silencio, sola, sola con su frustración y desesperación. Su mente la seguía castigando internamente cuando de repente sintió como alguien llegaba hasta donde se encontraba, la chica intentó levantar la vista, pero le era imposible, lo único que pudo divisar con dificultad fue una silueta humanoide y luego calló finalmente rendida a la inconsciencia.

En cuento la joven de cabellos azules cayó en los brazos de Morfeo la silueta misteriosa se movió hasta donde se encontraba la joven viajera con su valiosísimo cargamento, o, mejor dicho, acompañante; la criptica y sensual figura de delgada y sumamente pronunciado relieve llegó hasta quedar a uno o dos pasos del par de moribundos. Entonces al estar frente a ellos, esta se inclinó y acarició la larga cabellera de la chica en señal de gratitud; luego de esto quitó de su espalda al pesado individuo que iba cargando, pero no lo hizo con sus manos, no, lo hizo con su habilidad de levitación, proceso que posteriormente repitió con la valiente señorita para acto seguido llevarlos a un lugar desconocido, mientras el peculiar trio se retiraba, la tercera en el grupo habló para sus adentros.

· Estoy sumamente sorprendida, no puedo creer que lo hayas traído hasta aquí tú sola, sin duda alguna eres obstinada e imprudente; pero también sumamente leal y valiente. Te felicito Jericho. En cuanto a ti, mi querido Son Goku, he estado esperando este momento por mucho, mucho tiempo; me gustaría decir que de ahora en adelante vendrán cosas buenas para ti, pero te mentiría, por desgracia, tus problemas apenas empiezan – mientras la sensual voz de la desconocida sonaba al vacío un soldado llegó hasta ella y la llamó por su nombre.

· Lady Merlín, Lady Merlín – el soldado se detenía en cuanto se encontraba con la legendaria profetiza.

· ¿Qué sucede? – se limitaba a responder la poderosa mujer.

· Mi señora, el Rey Arturo la busca, dice que es urgente – comunicaba con mucha urgencia el centinela.

· Dile que iré en cuanto me desocupe, lo que sea que sucede no es más importante que esto – Merlín respondía mientras se alejaba del soldado.

· Pero – el tipo era interrumpido.

· Obedece – se limitaba a ordenar con autoridad la imponente hechicera.

· Si señora.

· Cuando Arturo lo sepa, entenderá el porqué de mi ausencia y esto, o, mejor dicho, él, él es la clave para finalizar con la tiranía de las diosas y el terror de los demonios. Si no es así, todo estará perdido, pero yo, yo decido creer en él, el héroe que nos fue prometido desde hace tanto tiempo – a escondidas y con total discreción la sensual doncella sonreía pícaramente, de verdad disfrutaba el hecho que el forastero finalmente estuviera entre sus manos.

La diosa y el guerrero del otro mundo la leyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora