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-¡Jeongin, vas a llegar tarde!- Gritaba una señora de pelo negro, alta y de ojos cafés que preparaba un café con pan tostado en la cocina de un pequeño departamento.

-Ya voy.- Decía bostezando un chico de pelo café, de 1,72, 18 años y ojos cafés iguales a su madre saliendo de la pequeña habitación que tenía.

Cuando aquel chico salió de su cuarto, sintió un leve olor a quemado salir de la cocina, lo cual no le preocupaba mucho ya que su madre no sabía cocinar casi nada y siempre se le quemaba algo.

Eran las 7:30 de la mañana pero Jeongin no tenía ningún apuro con llegar temprano, era su primer día en una escuela que no conocía, eso significaba que podía ponerle una excusa a el director de que se había perdido camino al colegio y que por eso llego tarde, pero la mamá de Jeongin no dejaría que su polluelo llegara tarde su primer día de clases, entonces decidió tenerle todo listo al castaño y sacarlo de la casa lo antes posible.

Jeongin caminaba arrastrando sus pies por la acera, no quería ir a la escuela, según él, era un desperdicio ir ya que su sueño era ser idol y aprender la historia de Corea no le serviría para cumplir su sueño.

Mientras esperaba en la parada de autobuses, sacó su pan quemado de la mochila y comenzó a comerlo mientras jugaba al candy crush.

Cuando termino el nivel y también el pan, llego el bus, el cual era bastante grande y venían muchos estudiantes dentro de este.

El castaño subió al transporte y se dio cuenta que mientras pasaba por el estrecho bus, todos lo miraban.

A Jeongin no le importaba ser el centro de atención o que lo miraran con ojos juzgadores, a él simplemente no le importaba lo que pensaran las personas.

Mientras buscaba un asiento, vio como un chico rubio, de pecas y unos ojos encantadores le hacía señas para que se sentara al lado suyo.

Jeongin no reprochó y se fue a sentar al lado de él rubio, el cual le sonrió y Jeongin le respondió con el mismo gesto.

-¿Como te llamas?, vamos a la misma escuela y nunca te vi entonces supongo que eres nuevo.- Dijo el rubio rompiendo el silencio que había entre ambos.

-Me llamó Yang Jeongin, y si, soy nuevo.- Respondió el castaño mientras sacaba su celular del bolsillo de su pantalón.

-¡Que lindo nombre!, yo me llamo Lee Felix.- Exclamo el rubio mientras copiaba al castaño y sacaba su celular de su pantalón también.

Cuando el bus llegó a la escuela, Jeongin quedó boquiabierto por lo grande que era, quizás era diez veces más grande que su antigua escuela y según el, esa ya era enorme.

-¿Quieres que te lleve a la oficina del director?- Preguntó Felix apareciendo detrás del castaño asustándolo un poco ya que Jeongin seguía cautivado por aquel enorme lugar.

El castaño asintió con la cabeza y comenzó a caminar al lado de Felix, el cual se notaba muy feliz por haber conocido a alguien nuevo.

Cuando llegaron a la oficina del director después de tener que cruzar casi toda la escuela y que a Jeongin le dieran como ocho paros cardiacos por subir tantas escaleras, Felix abrió la puerta dejando ver a un señor de pelo blanco, piel morena y ojos cafés.

-Pase.- Dijo el señor aún sin mirar quien estaba entrando a su oficina.

Felix le hizo un gesto de "Fighting" al castaño y se fue del lugar para no llegar tarde a su clase.

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