four seasons. gonhee.

prologo

advertencias. drama y angst. byounggon!alfa x yonghee!omega

esta historia es originalmente de cotota, todos los derechos a ella.

recordatorio, las personalidades de los personajes no corresponde a sus personalidades en la vida real.

yonghee nunca creyo que iba a tener algun dia esa vida.

tomo en brazos al pequeño niño de dos años que se arrullo contra el, escuchando los gritos de los mellizos a un lado, y le revolvio el cabello al omega que chupaba su dedo a pesar de su edad.

—yejun, tu mano. — dijo con voz suave, luego de cerrar con llave la puerta del auto, y el mellizo menor le saco la lengua al mayor, agarrando la mano de yonghee.

minwoo, el mayor, fruncio el ceño, corriendo a tomarle la mano a su hermano, asi los cuatro caminaron por el estacionamiento en direccion al supermercado.

—¿que vamos a compar? — pregunto yejun.

—comida. — respondio yonghee.

—¡he-la-do! — dijo minwoo, casi rebotando.

—no, eso no. — contesto yonghee.

—mama. — balbuceo jaeho en sus brazos.

yonghee lo miro cuando entraron al supermercado, inmediatamente suspirando al sentir que minwoo se lanzo a sus pies, abrazandolo por una de sus piernas. mientras, yejun lo abrazaba por la cintura posesivamente, e incluso jaeho se aferro a su cuello.

el omega fruncio el ceño.

—chicos, no puedo caminar... —

—¡no impo-ta! — grito minwoo. —¡papa dijo que debemos cu-i-date! —

yonghee suspiro, tratando de dar un paso. lo logro, pero arrastrando a minwoo y yejun consigo.

cuando byounggon llegara a casa, iba a tener una buena conversacion con ese alfa de pacotilla.

aunque, a regañadientes, sabia que sus cachorros actuaban asi tambien por instinto propio. yonghee sabia que los alfas le miraban, en especial porque era un omega joven que tenia tres hijos. todo en el gritaba fertilidad, algo que los alfas parecian adorar.

diez años antes, jamas se habria visto asi, porque nunca creyo que un alfa estuviera lo suficientemente interesado en el como para cortejarlo. tenia una cara amargada (segun su madre) y una actitud de mierda (segun su padre), ademas de no parecer omega muchas veces. todo eso provoco que asumiera, a sus quince años, que no estaba destinado a tener una vida casera, como la que tenian todos los omegas del pais.

sin embargo, eso no cambio hasta que byounggon llego a su vida un año despues.

se habian conocido en un local de comida rapida, lugar donde trabajaba el alfa, y enseguida le empezo a cortejar como si no hubiera mañana. yonghee al inicio estuvo muy asustado, porque byounggon era bastante... intenso.

y el no sabia manejar esas situaciones, pues jamas estuvo en ninguna de ese tipo. menos, cuando el alfa aparecio en su casa con ciento veinte rosas blancas, que terminaron en el tacho de basura porque la madre de yonghee era alergica a ellas.

pero un tiempo despues, cuando el alfa le marco y anudo en el, se dio cuenta de que jamas podria querer a otro alfa que no fuera byounggon, ni cargar a ningun bebe que no fuera de el alfa, ni mirar a ningun otro lado excepto a su esposo.

yonghee era un buen omega, despues de todo, y amaba muchisimo a su familia.

siguio caminando con minwoo aferrado a su pierna en tanto yejun no lo soltaba, los tres niños gruñendole a cualquier persona que le mirara. yonghee lo agradecia, porque en esa sociedad tan jerarquizada, cualquier alfa podria agarrarlo y quitarle la marca de byounggon para hacerle otra.

el tenia pocos derechos, pero muchos deberes, y yonghee lo sabia muy bien, ya que cuando llevaba dos años saliendo byounggon y fueron a una fiesta, un alfa borracho quiso violarlo. si no hubiera sido porque byounggon lo golpeo, la historia seria otra.

sus cachorros eran muy posesivos con el, algo sorprendente considerando que el unico alfa era minwoo. yejun y jaeho eran omegas, por lo que tendian a darse mas con byounggon, sin embargo, actuaban como alfas cuando se trataba de el y de mirar mal a todo el mundo.

a sus veintidos años y con tres cachorros, era evidente que yonghee era un buen partido.

comenzo a echar cosas en el carrito de supermecado, y media hora despues, estaba pagando en la caja.

—¿puedo lleva chocolate? — pregunto yejun, mostrandole el dulce.

yonghee nego con la cabeza.

—el azucar te vuelve hiperactivo. — le dijo, quitandole el chocolate.

—¡no es pala mi! — reclamo yejun. —¡es pala dongpyo! —

yonghee suspiro. dongpyo era el vecino alfa de seis años que decia ser pareja de yejun; por otro lado, su hermano menor, taki, de cuatro años, declaraba ser el alfa de jaeho. minwoo los odiaba a los dos por quitarle la atencion de sus hermanos menores.

—¡dongpyo hu-e-le a caca! — dijo minwoo maliciosamente.

—¡no es cieto! — grito yejun, enrojeciendo.

—¡y se casada con otlo omega! — agrego minwoo.

—¡mama! — chillo yejun.

yonghee agarro a minwoo de la oreja luego de pagar.

—si sigues diciendo eso, te lanzare del auto. — le advirtio, minwoo finalmente decidio callar.

agarro las bolsas de supermercado, caminando otra vez al auto, y procedio a guardar todo antes de volver a acomodar a los niños en el asiento trasero. minutos despues llego a casa y se dispuso a hacer la cena.

a veces, se aburria porque se la pasaba en casa, sin nada que hacer, porque byounggon y el decidieron tener hijos de enseguida y, por lo tanto, no pudo entrar a la universidad y asi trabajar despues. minwoo y yejun solian ir al kinder, en tanto el se quedaba con jaeho en casa, pero sabia que pronto el menor empezaria a ir tambien al preescolar, y quedaria sin compañia. tal vez deberia darle otro cachorro a byounggon o comprar una mascota, porque tampoco queria trabajar, ya que era peligroso para un omega como el. preferia quedarse en casa y ser el tipico omega de familia, tal y como fue criado.

una hora despues, la puerta de la casa fue abierta y sintio un olor familiar llegando a el. sonrio sin poder evitarlo, oyendo los chillidos de los cachorros al ver a su papa, y fue a su encuentro.

byounggon le sonrio con jaeho en brazos, dandole un beso en los labios.

—¿como te ha ido hoy? — pregunto.

yonghee lo penso por un momento.

—aburrido. — respondio, sin embargo, era feliz.

superficialmente feliz, pero a veces, peor era nada.