⩨𓂃IV..ೃ࿐

463 35 5
                                    

Ambas personas de género masculino se encontraban en un lugar en el cual se hacía llamar "contenedor". Como su nombre indica, era un sitio en donde se encontraban varios contenedores los cuales estaban abandonados y vacíos, un lugar del cual no se sabía mucho y era mayormente usado para las torturas que se la hacen a los insólitos que se creían superiores que el rey de Bonten.

Sanzu se encontraba con su katana en su diestra, visualizaba con asquerosidad a el bastardo que estaba tirado en el suelo desangrándose, había sido primeramente disparado en su brazo diestro, en la pierna siniestra y en ambos hombros. Ése era el precio que iban a pagar todos los bastardos que se atrevieran a querer ser mejores que Manjiro.

En tercero podríamos encontrar al último mencionado sentado en una caja de madera de un tamaño promedio, estando sobre esa misma de la forma que reposaba en "forma de indio" Esta es mejor conocida como "sentarse en forma de indio" en donde las  piernas se encuentran flexionadas con los tobillos cruzados. Estaba con unos de sus dulces favoritos en manos el cual estaba comiendo mientras veía de reojo todo el escándalo que formaba Sanzu y el otro tipo.

Mientras el Sano iba masticando lentamente su dulce, Sanzu no se aguantaba las ganas de descabezar al otro hombre que estaba retorciéndose pidiendo que no lo mataran.

-X: ¡Por favor, se los ruego! — Decía mientras sollozaba, su rostro estaba siendo invadido por todo una lluvia de lágrimas mientras que de su frente un río de sangre había, fue brutalmente golpeado continuamente en el rostro y por eso estaba en tal estado. El tono en el cual hablaba era tartamudo, apenas se podía entender lo que quería expresar, pero algo era obvio, estaba suplicando piedad. —

-X: ¡S-si me d-dejan irme de una vez! — Seguía con las suplicas. — ¡No me volverán a ver nunca más, así que por favor, déjenme vivir aún!. — Seguía, seguía, seguía y seguía. Ya no era divertido el verlo sufrir tanto, daba asco. Sanzu tenía ganas de matarlo de una buena vez y mandarle su cabeza de regalo a la familia de ése. A Manjiro, al parecer le empezaba a desagradar más la situación. —

- ¿Qué dices que haga, Manjiro?. — Sanzu dirigió su mirada hacia su rey que aún se encontraba comiendo su dulce. Manjiro nisiquiera alzó su mirada para verlo, al parecer no lo había escuchado pero bien que lo había hecho, no hizo nada más que darle el último bocado a su comida y después botar a envoltura hacia su lado diestro. —

Sanzu tomó eso como un: "Sí, has lo que te dé la puta gana y déjame en paz de una buena vez". Al ver las acciones que recibía como respuestas, devolvió su visión hacia el otro que aunque estuviera apunto de ser matado quería tratar de comprender la situación pasada.

- Me das asco. — Fue la última palabra que dijo Sanzu antes de descabezar al otro que tenía bajo sus pies, la cabeza de ése literalmente parecía haber volado, chocó con la pared metálica izquierda del contenedor haciendo un sonido que en sí, aturdió a Manjiro, haciendo que en el rostro de él se apareciese una expresión de queja por el sonido desagradable el cual había recibido auditivamente. —

- Qué escándalo... — Dijo el peli-blanco levantándose de la caja en la cual estaba posando, fue paso por paso que escuchaban como unos "Clak, clak, clak" hacia la cabeza del hombre que fue descabezado por Sanzu. Le dió una leve patada a esa misma, quitándola de su camino para poder salir del contenedor. —
  
Sanzu veía cómo Manjiro se iba alejando cada vez más y más... Se quitó los guantes de látex negros que tenía, lanzándolos al suelo y pisando esos mismos. Sacó su teléfono celular del bolsillo izquierdo de su pantalón para poder llamar a los Haitani.

- Hasta que contestas, Haitani. — Dijo Sanzu con un tono algo arrogante, la llamada había sonado varías veces y tardó en recibir respuesta alguna. —

¿Soy tuyo? Mikey x Sanzu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora