𝐄𝐋 𝐃𝐔𝐐𝐔𝐄 𝐘 𝐘𝐎 ─ C!Technoblade x Female!Reader, bridgerton au.

11. Por siempre y para siempre.

    A pesar de que su estado trató de criarlo de forma conservadora, Techno nunca fue religioso. Los domingos no se pasaban en la iglesia, las oraciones nunca eran respondidas y todos tenían cosas más grandes y mejores que hacer que pensar en dioses o coros. En cambio, Techno pasaba los domingos encerrado en su habitación, leyendo cualquier extenso libro de texto que le ordenaran y tratando de olvidarse del mundo.

    Cuando fue a la guerra, quedó realmente sorprendido por la fé que parecían tener sus hombres. Con cada paso, cada batalla pesada, susurraban oraciones entre ellos, diferentes religiones uniéndose con una sola súplica de vivir que nunca fue respondida, por mucho que Techno deseara que fuera.

    Y durante mucho tiempo, sintió que la religión era solo otra forma de organizar una multitud. De hacer que todo este dolor y sufrimiento valga la pena por el hecho de que hubo una recompensa al final de todo. No había dioses para responder a las oraciones, y los milagros no existían. Ni para él, ni para los que lo merecen, para nadie.

    Entonces te conoció.

    Y no lo convertisteis en religioso, no, sino que lo convertisteis en un hombre espiritual. Él te adoraría, cada mota de color en tus ojos y cada paso que das por el resto de su vida. Te expondría su alma para salvación, y tú lo salvaste una y otra vez. Eras su condenación, su cielo, todo lo que siempre quiso y por lo que oró. Eras el milagro que había estado esperando y eras toda suya.

    Y hoy, serías su esposa.

    La iglesia, tiene que admitirlo, es impresionante. La más grande de L'Manburg, techos abovedados gigantes que se arquean y se entrelazan sobre él, dando paso a la gran vidriera sobre el altar, pintando todo en una cacofonía de color, bailando por el suelo mientras las nubes se mueven y se desplazan por el cielo.

    Pronto, se da cuenta con consternación, llegarán invitados. Los bancos a su alrededor se llenaban de todos abarrotados para echar un vistazo, cualquiera que tuviera la suerte de recibir una invitación entretejida con aire de suficiencia mientras susurraban, se burlaban y miraban. Tiene que presentarse ante ellos, el día de su boda y dar testimonio de todo. Siente todas sus miradas siempre juzgadoras sobre él, observa a todos los que alguna vez lo odiaron, que alguna vez intentaron usarlo, en el supuesto día más feliz de su vida.

    Tal vez debería rezar para que mantuvieras la lista de invitados corta, pero conociéndote a ti y los rumores y el drama que rodearon su boda, y el hecho de que está seguro de que gastó toda su suerte para conseguirte en primer lugar, no se sorprendería si cada fila estaba llena. Bueno, no todas las filas: la primera, tanto a la derecha como a la izquierda, estaría yerma y vacía.

    Techno no ha preguntado ni una sola vez sobre tu situación familiar, ni por qué no parecía importarte no esperar a casarte con él cuando tu propia familia no podía asistir. Karl, tal vez, se sentaría por ti, pero Techno no ve a nadie más uniéndose a tu grupo. Le parece irónico que, a pesar de lo absolutamente llena que va a estar esta iglesia, las dos filas más importantes estarán vacías.

    Nadie se preocupa por él. Nadie lo ha hecho nunca: se preocupan por el escándalo, por el duque de cabello rosado que se volvió loco y de repente encontró una esposa. Les importarán los chismes que crearán, lo que se escribirá en los periódicos y qué tan cerca pueden llegar a la acción. No las personas, no las vidas en las que parecen hundir sus narices, no.

    Solo ellos mismos, y lo que puedan decir mañana mientras toman el té.

    Por ti, estaría aquí diez, veinte, cien veces. Por ti, se pararía ante ellos y les dejaría ver al hombre que abandonaron, al monstruo que crearon, y les revelará su corazón a todos. Por primera vez, tal vez nunca, hablará ante el público de una manera que no es un grito, un motín o una advertencia: dirá sus votos, confesará sus sentimientos más profundos por ti y dejará que todos los demás lo escuchen.