𝐄𝐋 𝐃𝐔𝐐𝐔𝐄 𝐘 𝐘𝐎 ─ C!Technoblade x Female!Reader, bridgerton au.

01. Extraños y Guardianes de Secretos.

El nacimiento de Technoblade no fue recibido con una gran celebración. Había sido en pleno invierno, en la más silenciosa de las noches, un mero gemido en el viento, una partera sentada junto a su pobre madre mientras ella moría, dando a luz a un último heredero que no era querido.

Su padre había exigido un hijo, y su madre no estaba lo suficientemente bien como para dárselo. Sin embargo, se vio obligada a tener un hijo que la mataría y, para empeorar las cosas, su padre murió meses después de que el niño naciera.

Un huérfano y un duque al nacer no es la mejor suerte para un niño, pero de alguna manera sobrevivió. Todos los días, miraba el gran cuadro de sus padres y se preguntaba cómo sería la vida si ellos estuvieran aquí en lugar de los terribles consejeros que lo cuidaban. No eran padres, niñeras, ni nadie remotamente capaz de amar: eran personas que querían su dinero y estaban dispuestas a abusar de un niño por ello.

Technoblade sufrió una infancia de constantes lecciones y dificultades antes de finalmente poder liberarse, eligiendo la única ruta que podía para escapar: la guerra. Se unió a las filas del ejército, luchó en todo el mundo y descubrió que los años de ira oprimida lo convirtieron en un monstruo en el campo de batalla, uno con fuerza aterradora que dejó a cientos de hombres temblando.

Volver a la sociedad normal después de dejarte llevar por la locura no es fácil. Su propiedad todavía estaba a cargo de los imbéciles que lo criaron, los cuales fueron rápidamente despedidos tras a su llegada. Así como era un monstruo en la guerra, era un monstruo en casa: cada habitación se rehizo y cada recuerdo se guardó bajo llave. Lo único a lo que podía dedicarse era a su pueblo y a su gente que, a pesar de sus mejores esfuerzos por evitarlo, rápidamente aprendió a temerle también.

Las voces en su mente reinaban libremente, junto con la sed de sangre y las visiones de las que parecía no poder escapar. Fue entonces, cuando se rompió aun más, y por la razón más indigna.

Primavera. Temporada de cortejo. Cuando las familias hacen alarde de su juventud y riqueza al mundo con la esperanza de continuar con su legado, Technoblade se vio inundado de cartas e invitaciones, madres y padres rogando a un hombre tan rico y de buena estatura como él que considerara a sus hijas como esposas.

Asombrado, se dio cuenta de que no quería amor. No quería repetir la historia, no quería condenar a otra mujer a ese destino, así que hizo lo único que pudo.

Se hizo indeseable.

Se convirtió en un recluso, escondiéndose en la cabaña en el bosque que tanto llamaba hogar cada vez que podía. Se dejó crecer el cabello, mucho más allá del corte de moda que los hombres usaban en esos días con patillas ridículas y rizos peinados al margen.

Y luego, cuando la admiración de la gente aún no cesaba, tiñó su cabello de rosa. No creía que eso sería posible, para ser honesto, sólo le confió a un amigo la tarea de asegurarse de que nadie lo amaría. Bueno, amigo no es la palabra correcta; un amigo no permite que te vuelvas desagradable. Como sea, le dieron una mezcla de tónico y le dijeron que se lavara el cabello con él, al día siguiente estaba rosado.

Mirándose en el espejo debía admitir que se veía bastante ridículo, pero después de la vida que había vivido, estaba bien con que fuera así.

Fue el rosa lo que finalmente hizo que la gente se diera cuenta de que no estaba cuerdo. Sus sirvientes susurraban en los pasillos, su gente lo miraba con escándalo, pero por una vez, Technoblade descubrió que podía soportar las miradas.

Le temían. No lo querían. No querían nada de él.

Y así, naturalmente, Technoblade continuó con su vida de ira, miseria y cabello rosa, antes de conocer a Phil.