❛ 𝗞𝗔𝗧𝗦𝗨𝗗𝗘𝗞𝗨 ❜
─ No hay lubricante, pero tenemos mantequilla.
Izuku no era gay, Katsuki tampoco; pero, de alguna u otra forma, siempre terminaban en situaciones de las que no podían escapar fácilmente sin que sus sexualidades salieran perjud...
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« 𝗘𝗹 𝗶𝗻𝗶𝗰𝗶𝗼: 𝗰𝗮𝗹𝘇𝗼𝗻𝗰𝗶𝗹𝗹𝗼𝘀 𝗿𝗼𝗷𝗼𝘀 »
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No era secreto que Katsuki Bakugo, estudiante de ingeniería en animación e interactividad, e Izuku Midoriya, estudiante de arquitectura, se toleraran ni un poco a pesar de ser compañeros de cuarto. Prácticamente se odiaban a muerte. Uno podía estar agonizando del dolor y el otro estaría cantando de alegría por eso.
Nadie comprendía porqué no hacían las paces de lo que fue que pasó entre ellos; porque sí, antes, en sus inicios de primer año solían llevarse bien. No eran los mejores amigos, pero algo era algo. Sin embargo, eso cambió drásticamente y nadie más que ellos sabían la razón de ese cambio.
En especial Izuku, que conocía exactamente las razones por las cuales comenzó a odiar al idiota de Bakugo:
1.- Noches de sexo y fiesta.
Una vez que Katsuki tomó confianza, trajo a una chica al departamento compartido a pasar la noche excusándose que era solamente un momento de caridad. Izuku ingenuamente le creyó. ¿Y cuál fue la sorpresa? Lo que inició como caridad terminó en una noche de sexo desenfrenado con un Izuku tratando de dormir en la habitación de al lado. Había sido asqueroso haber escuchado los gemidos traumáticos.
Él, al principio, lo dejó pasar pensando que sería una situación de solo una vez, pero no fue así. Después de esa vez, las chicas fueron más concurrentes. Izuku incluso pensó que Katsuki contraería sida, gonorrea, herpes o cualquier enfermedad que lo matara de una vez; y no es que estuviera celoso, al contrario, escuchar a Bakugo y a las chicas le habían quitado el apetito sexual.
No obstante, lo que ya no pudo tolerar fue cuando las noches de sexo se convirtieron en noches de fiesta.
Era un lunes por la tarde cuando su última clase terminó y como cualquier universitario responsable, él volvió hacia su departamento en busca de descanso encontrándose ni más ni menos que música a todo volumen y un montón de compañeros de otros departamentos estudiantiles en su maldita estancia, ¡oh! Y a un Katsuki bebiendo en una esquina con una chica besándole el cuello.
