Giulio se encontraba en clase sentado al lado de su mejor amigo Pietro. Daba la casualidad que un profesor había faltado, así que tenían hora libre y era el momento perfecto para contar su plan a su amigo.
- Pietro - le llamó Giulio - Tengo que contarte el plan para el encuentro romántico perfecto con Arianna.
- Vaya, no te rindes - le contestó Pietro - ¿Y ahora qué?
- Para este plan voy a necesitar la ayuda de todos. Comienza así: cuando salgamos del colegio, Arianna seguramente se quedará hablando con sus amigas el tiempo justo para prepararlo todo. Por cierto, nos hablaremos a través de walkie - talkie.
- ¿Por qué? ¿Es necesario?
- Claro que sí, Pietro. Es más chulo. - aclaró Giulio y Pietro tuvo que ceder - Como decía, Livia vigilará a Arianna. Mientras tanto yo estaré eligiendo el traje perfecto para un encuentro casual, e Isabel y Mónica tendrán que preparar el ambiente romántico en la playa. Ahora les daré a ellas el número de un grupo de música para que vengan. - Pietro no pudo aguantar la risa - ¿Qué? Qué tocan bien. Después tú, mi buen amigo, comprarás las flores y una cesta, y Mirko traerá un ventilador.
- ¿En serio?
- Deja de quejarte. Cuando esté todo preparado en la playa, Isabel avisará por el walkie-talkie para que yo vaya para allá, y al mismo tiempo Livia hará una señal a Daniele para que éste traiga a Arianna a la playa, pero sin darse cuenta que la está llevando a algún sitio, ¿vale? Cuando ya Arianna y yo estemos juntos, la música sonará y después Mirko y tú tendréis que soltar los pétalos de las flores.
- Para ello el ventilador.
- Exacto, ya lo pillas. - Giulio estaba emocionado por su gran plan. ¿Qué podría salir mal?
Giulio miraba el reloj todo el rato y tenía la sensación de que el día pasaba lento, hasta que por fin sonó el timbre de la última clase y pudo tramar su plan. Observó a todo su equipo y les preguntó si estaban listos, ellos asintieron con la cabeza y Giulio les dio a cada uno un walkie - talkie.
- Cuidado que son de mi tío - les advirtió y cada uno se puso en su posición.
Isabel y Mónica fueron al lugar donde Giulio les había dicho, era una parte de la playa muy bonita. Isabel fue quién llamó al grupo de música.
- Mónica, dicen que uno de los del grupo se ha puesto malo y no van a poder ir, ¿Qué hacemos?
Mónica miró hacia el bar y se fijó que allí había un piano.
- Tengo una idea.
Mientras tanto Livia se encontraba detrás de un arbusto vigilando a Arianna. No le agradaba esto de vigilar a alguien, se sentía mal y lo peor de todo era, ¿y si Arianna se daba cuenta de que estaba allí? Iba a matar después a Giulio por asignarle este trabajo. De repente vio como Arianna se despedía de sus amigas y se iba más pronto de lo que ellos esperaban.
- Código rojo, código rojo - dijo Livia a través del walkie-talkie, pero nadie la escuchó. Entonces Livia mandó un mensaje a Daniele de que se estaba yendo.
Al ver el mensaje Daniele, lo primero que hizo fue interrumpir a Arianna en el camino.
- Hola.
- ¿Qué? - preguntó ella.
- Ya que pareces una experta del... amor, ¿me podrías dar algún consejo? - fue lo primero que se le ocurrió. Por suerte, eso hizo que el plan siguiera.
Por otro lado, Giulio estaba eligiendo su ropa perfecta, pero no se decidía por nada. Después de muchos intentos, al final optó por una camisa negra elegante y unos vaqueros. Y así se fue. Por el camino se encontró a Pietro que todavía no había comprado las flores.
- ¿Y las flores, tío?
- Tranquilo, que las tendrás - Pietro echó un vistazo al vestuario de su amigo - ¿Pero qué llevas puesto? ¿No ibas a la playa?
- Tú céntrate en las flores.
Entre tanto Daniele ya no le quedaban más temas de conversación, esto Livia lo notó y mandó un mensaje a todos diciendo que iban para allá. Luego intentó ayudar a Daniele.
- Hola chicos - dijo Livia - Arianna. Daniele y yo estamos haciendo un proyecto sobre ropa de playa, pero queríamos algo original y queríamos coger conchas del mar para el vestuario. Y nos vendría bien tu ayuda. - Después de unos segundos largos, Arianna asintió y fueron hacia la playa.
- ¿Eso es lo que se te ha ocurrido? - susurró Daniele para que Arianna no le oyera.
Giulio fue el primero en llegar, y claramente estaba muy nervioso. No dejaba de temblarle las manos, pero sabía que tenía que mostrar seguridad. Entonces vio a Arianna caminando hacia él.
- Hola, ¿qué tal? - preguntó Giulio, era un buen comienzo.
- Pues estaba con Livia y Daniele, pero han dicho que iban a por la tela que iban a usar en su proyecto.
- ¿Proyecto?
- Sí, no sé. ¿Y tú qué haces vestido así en la playa? Te falta la corbata.
- Ah, bueno... es que... em - le salvó una melodía que empezó a sonar, pero no era lo que Giulio había pensado.
- ¿Y esa música horrible? - preguntó Arianna y Giulio observó que venía del bar, ahí se fijó que las que tocaban era Isabel y Mónica. La primera tocaba el piano, mientras que la segunda el violín. Ese no era el plan.
- Bueno esperemos que por lo menos caigan unos pétalos bonitos. - Giulio miró a su alrededor y dijo otra vez - ¿No? Unos pétalos no estarían mal.
Esta vez sí que cayeron pétalos, pero más que caer, el viento los arrastró hacia la cara de Arianna.
- Ahh - se quejó ella e intentó deshacerse de ello. Giulio miró hacia atrás y observó que Mirko y Pietro estaban detrás de las hamacas y estaban intentando cerrar la cesta de algún modo. Giulio ayudó a Arianna.
- Lo siento, tendría que haber sido bonito. Y haber sido pétalos rosas, no amarillos - esto último lo gritó para que los de detrás de la hamaca lo oyeran.
- Supuse que era una de tus tramas - dijo Arianna y después se rio - Pero ha sido divertido. - Después tuvo el valor de darle un beso en la mejilla a Giulio - Nos vemos.
Giulio sonrió. Supongo que no había salido tan mal al fin y al cabo, había ganado un beso en la mejilla.