Se oyen pasos por todos lados, personas hablando y también ruedas rodando pero más parecidas a las pequeñas de los carritos del supermercado.
Abrí los ojos presenciando un techo limpio y blanco, sin embargo, volví a cerrarlos debido a una puntada de dolor que me dio en la frente. Con mis ojos nuevamente cerrados, me concentré en el olfato, descubriendo ese desagradable olor a remedios y medicinas.
Un hospital.
Ese es el característico aroma que desprende un hospital, y yo, que me encuentro vestido con una bata blanca acostado en una cama de idéntico color, me levanté con un pensamiento que se extendía por mi mente sin cesar.
¿Quién soy?
Apenas susurré este pensamiento en muy bajo tono de voz cuando la muerta corredera que estaba en el centro de la pared a mi derecha se abrió. Por ella entró un hombre alto vistiendo en su mayoría ropas blancas o celestes como el cielo durante el día.
El hombre susurró algo, un nombre, pero diferente a mi pregunta en tono de susurro, el que éste hombre realizó fue con un tono mezclado entre el alivio y la preocupación.
Hombre: Wei Ying...
Éste se apresuró a tomar mi temperatura, tanto con su propia mano en mi frente como con un termómetro que había junto a un vaso con agua en la pequeña mesa al costado izquierdo de mi cama. Parece que el resultado fue bueno porque volvió a suspirar aliviado.
Éste hombre tomó mis manos y las colocó entre las suyas murmurando agradecimientos a los cielos. Parecía conocerme, no, no solo eso, parece que a esta persona le importo mucho.
Dejó mis manos sobre mi regazo sobre las mantas y colocó su mano izquierda acunando el lado derecho de mi rostro. Algo empezaba a oler bien de repente, el aroma medicinal tan amargo a mi parecer se había transformado en uno distinto, no sé a qué es, tal vez alguna fruta, lo que si sé es que mi cuerpo se relajó tras unos segundos de haberlo olido.
El hombre de hermosos ojos dorados pasó su pulgar por sobre mi mejilla, deslizandolo con cuidado. Luego de realizar esta acción tan delicada deslizó su mano un poco más abajo, alzando con cuidado mi barbilla y con esto hecho el hombre apoyó sus labios contra los míos.
...
¿Eh?
Este hombre guapo de ojos dorados, cabello negro y prendas claras ¡Me está besando!
El shock se presentó en mi cara y me alejé por la sorpresa mientas intenté cubrir mi, seguramente sonrojado, rostro de la mirada del hombre. En vez de enojarme o mirarme confundido este presentó una lijera sonrisa.
Hombre: Wei Ying se ve hermoso sin importar el momento del día o lo que esté usando.
Pensando que malinterpretó mi reacción estaba por aclararle la verdadera razón por la que lo aparté cuando nuevamente habló.
Hombre: No te preocupes Wei Ying, el bebé está bien. Traeré al doctor, ya vuelvo.
Ni tiempo me dió a responderle cuando se retiró de la sala cerrando la puerta detrás de el.
Y ahí estaba yo, sorprendido sin entender nada.
¿Bebé?
¿Cuál bebé?
¿Soy padre?
¿Este hombre me besó?
La respuesta de la última pregunta fue más que obvia aún si me negaba a creerlo aún habiendolo vivido hace menos de un minuto.
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Nuestras aventuras y desventuras WangXian (+18)
FanfictionHistorias de todo tipo que se me van ocurriendo y comparto para hacer pasar un buen rato, algunas contienen +18, créditos a sus respectivos creadores tanto a la obra MDZS como a las imágenes utilizadas, acepto pedidos.