Capitulo 29

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Respiro profundo cuando despierto, un pequeño gemido ahogado se escapa de mí cuando estiro mi espalda. Abro los ojos y parpadeo algunas veces, luego me doy cuenta de que el otro lado del colchón está vacío. Giro la cabeza y sólo entonces noto como estoy acostada. Entre las piernas de Lena, mi cabeza en su vientre. Sólo consigo ver la punta de su nariz y la barbilla, ella parece dormir profundamente. Sonrío, recordando la noche que tuvimos. No puedo decir con certeza en qué momento ella me beso de esa manera que me hace suspirar, sé que prácticamente pasamos toda la noche teniendo sexo.

Fue una de las mejores noches hasta ahora, vale resaltar.

Cierro los ojos para recordar las sonrisas que me dio. La forma cariñosa con la que me toco, la manera de susurrar mi nombre. Soy capaz de sentirla dentro de mí todavía, llevándome a la locura. Sus dedos habilidosos, girando de aquella forma que me dejaba a punto de desfallecer en sus brazos. Su respiración alterada en mi oído mientras se frotaba en mi muslo.

¡Dios!

Lena es increíble, básicamente en todos los aspectos, principalmente en cualquier cosa relacionada con el sexo.

Y ahora estoy aquí, tumbada en una posición no muy cómoda, mis pies están fuera del colchón, así como la mitad de mi pierna. Pero no me importa. ¿Y por qué? Es tan bueno sentir el calor de su cuerpo, y admirarla dormir es una de mis cosas favoritas. Lena se mueve un poco, parece comenzar a despertar poco a poco. Luego sus ojos están enfocados en mi rostro.

-Buenos días mi amor.

Lena sonríe soñolienta. Se levanta un poco, mirándome a los ojos. ¿Cómo consigue ser tan linda en cualquier momento? No se despierta menos bonita. Su rostro está un poco marcado, por un lado, por la funda de la almohada bordada, sus ojos un poco hinchados como sus labios. Suspiro, ella es la personificación de la belleza.

-Que sexy eres susurrándome por la mañana. - Coloca una mano en mi rostro, acariciando mi mejilla con su pulgar. - Buenos días, bebé.

Lena se muerde el labio haciendo que mi respiración falle un poco. ¡Maldita sea! Ella es tan sexy hablando de esa forma. Lena sonríe más, parece saber exactamente lo que me causó. Por supuesto que ella sabe, ella siempre sabe.

-Sé lo que causo en ti. – cierro mucho los ojos, Lena suelta una risita nasal. Demasiado egocéntrica. - ¿Crees que nunca noté en la escuela como me mirabas cuando hablaba de esa forma?

-Nunca te miré de alguna manera.

Refunfuño, desviando la mirada. Lena ahoga una risa. Estoy mintiendo, obviamente. El acento irlandés de Lena siempre fue encantador, y cuando ella hablaba de esa forma... Era como el infierno. No puedo negarlo, siempre la encontré sexy, principalmente en las clases de educación física. Mi clase casi siempre jugaba algún tipo de deporte contra la clase de Lena. Ella siempre llevaba shorts cortos, sólo para provocar a todo el mundo. Como ya he dicho, ella sabe lo que provoca en las personas y lo hace a propósito, sólo por diversión de verlos suspirando por su culpa.

Y yo nunca fui de hierro, miraba sus piernas, principalmente sus muslos y no necesito hablar de su trasero, que, por cierto, siempre fue duro y levantado. Aunque nunca lo admití siempre me pareció caliente. Pero ya es demasiado de oír eso de mí, no quiero inflar más su ego.

- ¿Podemos quedarnos aquí tumbadas todo el día?

-Lo que quieras, pequeña. - Escondo el rostro en su abdomen, ronroneando al sentirla acariciando mi cuero cabelludo con sus uñas cortas. - Pero ¿Será que puedes subir aquí y darme un beso de buenos días?

-No.

Mi voz salió ahogada por el simple hecho de estar con mi rostro en su vientre. Lena resopla y trata de jalarme hacia arriba, aseguro su cadera y clavo los dientes justo por encima de su ombligo.

Stupid Wife (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora