Capítulo 4

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Maco carter (15 años, secundaria)

-¿Estás listo para lo que viene?

Lian asienta tomando aire. Hoy empezaba clases en el instituto en el que asisto. Le mostraré un poco todo ya que hoy llegamos muy temprano.

-Lo estoy, la plática que tuvimos ayer consiguió darme confianza.

-Que bueno hermano.

En el cuarto hablamos casi toda la noche de lo que hoy depara, le conté todo, más o menos le hice un espoiler de lo que vivirá basado en mis experiencias cuando entre nuevo, aunque seguro serán muy diferentes.

Disfrutábamos mucho hacer eso cada noche, los tres dormimos en un cuarto, Lian y yo en una litera y Marlys al costado de la pared. Las luces apagadas y nosotros riendo era lo que más disfrutaba, Marlys era la primera en dormirse, juro que nosotros la mayoría de las veces ni nos dábamos cuenta cuando nos dormíamos.

Recuerdo que esa noche Marlys decía que le daba temor pisar una institución nueva. Yo le respondí lo siguiente.

-Aún a ti te faltan cuatro años, a lo mejor y de aquí allá pierdas el miedo.

-Pero si es que Lian tiene miedo.-. Agrega Marlys y Lian replica en corto.

-No es miedo, estoy nervioso y son dos cosas distintas.

-Punto a favor.-. Me río. Reímos porque Marlys repetía que Lian estaba que tenía miedo.

-Todo saldrá bien, ya verás.-. Espeto suspirando.

-Todo saldrá bien, ya verás-. Repito dándole palmadas en la espalda. Ven, sígueme.

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Veo a Lian formarse en la fila de lo que serán sus nuevos compañeros, estaba muy contento por él, en su mirada podía notar que lo asimilaba muy bien, entonces recordé que ya no es aquel niño.

Sonreí un poco.

Esperé que entrara en su salón para ir a mi clase. Le dije que estaría pendiente y que me buscara en la hora del desayuno.

En el salón me senté junto a Jean, era majo aunque era de largo aliento.. Muy parlanchín.

-Solo tendremos dos clases hoy, los otros profesores no podrán asistirnos chicos, quería informarles.-. Escucho decir a la delegada del salón.

Jean dirige su mirada hacia mi.- ¡Primer día y ya nos está sonriendo la suerte eh!

Me río asentando con la cabeza.

-Que harás más tarde..(?-. Pregunta.- Digo, si no es que quieres llegar temprano a casa.

Quería regresar con Lian, nosotros pagamos bus y el no está aún tan familiarizado con la ubicación, así que tendría que esperarlo hasta la hora de salida.

-Nada.. No sé, ¿por qué?

Iré a jugar cartas con los de la universidad y no quisiera ir solo.

Pienso un poco pero termino accediendo.

-Pero si sabes jugar al póquer (?-. Cuestiona.

Asiento.

-He jugado en línea, ¿te sirve?

-Claro hombre, no pasa nada.

Pero entonces recuerdo que es un juego de apuestas y yo no cargo ahora nada más que el pasaje de vuelta a casa.

-Pero no tengo dinero.. Creo que igual no podré ir contigo.

-Yo te doy.-. Responde Taboada.-No es problema porque igual no apostamos mucho.

Dudo un poco pero asiento.

Estaba decidido, me sabía varias estrategias aunque no había jugado con alguien, almenos en una partida real, ganaba manos, pero en línea, el dinero era oro que se recargaba cada 24 horas, no dinero real. Pero ya que estamos.

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Al salir de la clase salí directo a la búsqueda de Lian, lo encuentro en los pasillos buscandome con la mirada. Paso sobre el tumulto de estudiantes que iban pasando y lo sorprendo.

El ensancha un poco los ojos pero al ver que soy yo comienza a reír.

-¡Que pasa tronco!, Como te está yendo.

-Bien-. Me contesta encogiéndose de hombros.-Casi nadie habló, creo que me tocó un salón tranquilo.

Me río. Novato.

-Querido hermano, eso es ahorita.-. Replico riendo.- Dales tiempo para que agarren confianza y verás.

El se encoge de hombros nuevamente.

-Tengo hambre.-. Espeta.

-Cuando no. Vamos.

Caminamos hasta una mesa para comer el desayuno que nuestra madre nos había preparado. Me sentía tranquilo y sé que como yo, Lian también se siente con mucha más confianza.

Después de comer le dije que me esperara en la salida cuando culminen las clases.

En cuanto terminé mi última clase del día me reuní con Jean Lo seguí para jugar al póquer hasta que se hiciera la hora para regresar a casa. Salimos del instituto unas cuantas calles abajo. No conocía esa parte, pero habían muchas personas incluyendo del instituto. Parecía un comedor pero no lo era, en cada mesa habían personas jugando. Unos bebiendo y otros fumando. Imaginé algo más tranquilo, solo un grupo, estoy ahora mismo atónito.

-Ten-. Jean me pasa un billete de 20$, era más que una mesada.-Pero la mitad de lo que ganes me pertenece eh.

Asiento.

Nos sentamos en una de las mesas con personas que conocía Jean. Yo seguía un poco aturdido con todo lo que pasaba a mí alrededor, pero aún así y no sé si obra de la suerte, gane una mano. No me di cuenta del tiempo. Comencé a ganar confianza y a sumar más dinero.

Ese día nos fue bien, tanto que quedamos en regresar al día siguiente. Hasta que me di cuenta de que jugaba casi a diario.

Al principio estaba bien, pero no sabía que ser bueno en eso me traería problemas luego..

Dos corazones un alma (Maco Carter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora