Capitulo 5

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Miraba la hora en mi reloj de mano esperando a mi cita.

Jean pasa por mi lado dándome golpecitos en el hombro.

—Que hay para hoy(?—. Pregunta dándole una calada allá cigarrillo en su mano.

—Espero a alguien—. Termino de decir y no puedo evitar reír al ver su cara.

—Quien es la afortunada eh(?—. Pregunta enarcando una ceja.

Hago una pausa. Trataba de recordar el nombre de la chica. Se me olvidó después de un rato de hablar con ella y volverle a preguntar era descortés de mi parte, total tampoco era de mi interés recordarlo.

—No lo recuerdas (?—. Pregunta y su mirada se vuelve recelosa al agregar.—¡O es que te refieres a mi hermana y no lo quieres decir!

—Ni sabía que tenías hermanos—. Trato de calmar la situación. El suelta una carcajada.

—No los tengo. Solo espero no tengas que pronunciar su nombre, si ese es el caso, sólo pasa tu mano por la mejilla una vez para calentarla.

Me río. Jean parecía algo apurado.

—No irás a jugar hoy(?

—No lo creo amigo.

El alza y baja las cejas repetidas veces haciendo una seña con la mano. La de "coleguita".—Vale, yo me piro.. Trataré de ganar hoy para pagarte lo que te debo.

Asiento.

—Esta bien.—. Le había dicho que no preocupara, pero él sostiene la idea de que cuentas claras, conservan amistades.

Pasaron cinco minutos y veo llegar a la chica cuyo nombre no recordaba.

—¡Macoo.. Hola!—. Se acerca y me planta un beso en la mejilla.

—Holaa..—. Hago una pausa para saber que decir. Que no sea un "¿Me recuerdas tu nombre?". Creo que tendré que ya hacerle caso a Jean y calentar mi otra mejilla para que no duela tanto la bofetada.

—..Nos vamos(?.—. Fue lo que dije. Ella parecía no darse cuenta de mi improperio.

—¡Claro!. Muero de hambre.

El plan era llevarla a comer y después ver qué pasa. Ella por supuesto, escribirá esa parte. Me safe muy bien de las oportunidades en las que debía decir su nombre, en alguna que otra vez lo cambie por "hermosa".

Después la acompañe a su casa. Ella fue la de la idea de que pasara, como dije. Lo que pasó después fue porque ella así lo quiso. Pero algo que ninguno de los dos quería que pasara pasó. Y fue que alguien llego justo cuando estaba con ella.

—Dijiste que no había nadie—. Susurro un tanto inquieto. Ella ensancha los ojos y se levanta, abre un poco la puerta de su habitación mientras yo me coloco la camisa.

—Es mi papá, ¡no sabía que llegaría temprano hoy!

¡Carajo carajoo!

Miraba las oportunidades de poder salir. Había una ventana. La abro mientras la chica sigue atónita sin saber qué hacer.

—¡Es muy alto Maco!, estás loco(?

—Loco sería si me quedara mientras tu padre está en casa—. Replico. Estaba decidido.

La chica se frota la cien desesperada.

—Actúa normal y ve a recibir a tu padre, lo distraes mientras yo me lanzo. Ve.

Ella asienta y sale de la habitación.

Agarro aire y luego boto para tratar de agarrar fuerzas.

Me apoyo de la ventana para amortiguar la caída. Después logro poner.un pie sobre una de las lozas Después sin pensar tanto salto. Sentí una presión en las bolas pero pude aguantar. Me doble un tobillo, pero me salve de ser asesinado por un padre celoso.

Iba regresar directo a casa pero recibí un mensaje de Lian, necesitaba dinero para volver y no me encontraba. Tuve que regresar a buscarlo.

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—Que pasó con el pasaje de vuelta—. Pregunto, Lian me hace un ademán antes de responder.

—Tuve que ponerlo para comprar unas hojas para un trabajo..

Asiento mirándolo. Saco mi billetera y le doy el pasaje y algo más de dinero.—Por si lo necesitas.

Lian asiente. Yo todavía sentía la inquietud en mi parte baja. Lian se da de cuenta.

—Que tienes en los huevos (?—. Me pregunta, el tono en que lo dice hace que suelte la risa.

Le cuento lo que pasó. Siempre le cuento todo a Lian, salvo lo de las apuestas, porque no quiero que agarre mi ejemplo, veo una manera de salvarlo de conocer ese mundo.

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Al día siguiente me sentí seducido nuevamente por otros ojos coquetos. Sé cuándo una chica te invita a hablarle con solo una mirada, es como un don y nunca me ha fallado.

—El día no puede empezar de mejor manera no crees (?—. Espeto en cuanto me acerco a ella.

—Por qué lo dices—. Pregunta sonriendo.
Curvo mis labios un poco. Bingo.

—Necesitaría un espejo para poder mostrarte el por qué, pero si te fijas bien en mis ojos quizás podrías descubrirlo.

La chica acomoda un mechón de su pelo mientras esconde un poco la mirada nerviosa.

Todo iba al pelo.

Lo que me falló o al menos no predije fue que la chica de ayer se acercara celosa.

—Maco.—. Llama y al voltear la miro, estaba cruzada de brazos.

—Quien es ella(?—. Me pregunta la chica que estaba a mi lado, quien me ve y luego posa la mirada en la que echaba.

—Ella es..—. Sería más fácil si pudiera recordar su nombre. Ambas esperaban mi respuesta. Sentí que dentro de poco me comenzaría a sudar.

—Hey Mac, tenemos que irnos—. Fui salvado por la campana. Jean vino a mi rescate. Las chicas comenzaron a replicar pero con la insistencia de Jean salimos de ahí.

—Sano y salvo.

—Gracias por salvarme.

—¡Para esas estamos hombre! Pero si era verdad que te necesitaba urgente, me acaban de mandar un mensaje. Hoy se moverá buena pasta y las apuestas aumentarán, tú eres el indicado no has perdido buenas manos.

Asiento. Tenía dinero como para jugar unas cuantas manos por si perdía.

—Que dices(?—Pregunta y me extiende su mano, entregándome el dinero que me debía.

—Esta bien—. Respondo y Jean replica con energía.—¡¡Vamos allá!!


Dos corazones un alma (Maco Carter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora