Capitulo 9

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    —¡Hoy dejarán de tener la moral que los caracteriza, porque tendrán que hacer cosas que no son del agrado de la sociedad.

Habla Grant, era el hijo de Man, pero no parece ser tan duro como su padre. sus facciones son iguales a la nuestra. Salvo por sus tatuajes y los tres años de diferencia.

Ayer no supe que hacer con el arma, tengo que llevarla conmigo incluso en casa, me sentía muy nervioso a pesar de que la había colocado debajo de la cama. Pensé en guardarla en una de mis gavetas pero recordé que mi madre a veces la revisa para colocar la ropa que lava.

De verdad la pasé muy mal, tenía que guardarme el secreto para mi mismo y se me hacía muy pesado.

Ni siquiera a Lian, quien es en quien confiaría mi vida. Pero tengo una razón.. «No quiero que se preocupe por mí».

Es mi hermano y lo conozco, pero también sé que él me conoce muy bien y tenía que fingir que no pasaba nada. Para evitar preguntas.

Preguntas contestadas con duda, deja a la vista una mentira de fiar.

En la noche casi no pude dormir.

Hoy estamos en el mismo lugar, tengo el arma detrás de mi espalda justo en la parte baja. Y mis manos sudadas.

—¡Cortado! Tráeme lo que ya sabes.—. Insta Grant a un sujeto que tiene en la cara una cicatriz, para nada era simétrica, iba desde su mejilla hasta más arriba de su frente.

Este asienta y se pierde.

Jean y yo intercambiamos miradas un par de veces, no sabíamos que hacer o cómo. Lo único que estaba claro, era que había que obedecer.

Cortado se presenta pasado cinco minutos.

—Bien—.  Habla de nuevo Grant.—Tengan.

Nos entrega en nuestras manos cartuchos de balas. Mi corazón se aceleró un poco.

—El trabajo de hoy lo haremos solo nosotros. No hay plan como tal solo tienen que acatar mis órdenes ¿De acuerdo?

Jean y yo asentimos al unísono.

—Perfecto, tienen que saber que no es una prueba que mi padre les ha puesto. Sino mía.—. Recalca haciendo énfasis en lo último.

Luego lo seguimos hasta un auto. Una pickup completamente negra con vidrios ahumados y sin placa. Nos subimos atrás y él en el puesto de copiloto.

Cuando entramos nos percatamos que ya había un conductor.

La pistola me rozaba con el asiento haciéndome sentir incómodo por lo que me la saco y la veo por un momento. Jean hace lo mismo.

Estaba asustado, yo también aunque mis manos no estaban temblorosas como las de él. Intento calmarlo.

—Podremos con esto.

Jean asiente tomando aire, le doy golpecitos en el hombros intentando animarlo.

Pero en mi mente ya se hacía diferentes escenarios de lo que podría pasar hoy. Y ninguno es bueno.

Me limito a respirar mientras observo por la ventana, el día estaba agradable. La luz del sol pegaba en la ventana del auto dándole un hermoso contraste.

Logro calmarme por un momento.

«Hasta que el auto se detuvo».

—Bien chicos.—. Habla Grant.— La cosa está así. Ven aquella tienda.

Nos señala con la mirada y nosotros la seguimos. Estaba junto a una gasolinera, el lugar se veía algo solo. La fachada estaba algo fúnebre, la pintura de las paredes se ve desgastada y tenía un letrero que decía en mayúsculas "the car ulse" faltando una letra o.

—El dueño de esa mierda de local le debe dinero a un sujeto de nuestra confianza. ¿Nuestra misión?—. Inquiere para sí mismo.—Tomar todo el efectivo que tiene por derecho y hacer un desmadre allá dentro.

Hace una pausa. Trago.

—Ahora el cómo lo haremos. Ustedes van a entrar como cualquier cliente, salvo que tendrán que colocarse esas máscaras.—. Señala por detrás de nosotros. Jean mira y extiende su mano agarrando un bolsito que tenía dos máscaras de Anonymous.—Mierda— miro la máscara en mis manos y los nervios comenzaron a brotar nuevamente.

—La llevarán con ustedes y se las pondrán cuando yo les de la señal, y no se preocupen, el dueño de ese negocio es tan miserable que no le colocó cámaras. Lo demás.. Lo dejaré a su criterio.

Termina de hablar haciendo una seña para que salgamos.

—Cual será la señal(?—. Inquiere Jean, este solo sonríe y dice.

—Largo.

Salimos del auto y caminamos hasta el local.

—Solo actuemos normal..—. Espeto mirando el cartel pegado en la puerta de vidrio que decía "empuje", Jean asienta con la cabeza.

Entramos. Metimos las máscaras en el bolsito.  Un ruido de una campanilla advirtió de nuestra presencia, sin embargo, nadie se inmutó.

No había vuelta atrás.

Lo primero que hice fue mirar al chico que estaba a cargo de la caja. Tenía cara de pocos amigos. «Si supiera que su día solo empeorará»

Caminamos por los pasillos, contando las personas que habían dentro daban cuatro, un señor con su hija en brazos, un ciclista y una señora mayor.

Sentía que tenía que calcular todo antes de que entrara Grant. Mire a los techos mientras Jean trataba de hacer como si estuviera buscando unas papas por otro pasillo. Grant tenía razón, sin cámaras.

Doblo al siguiente pasillo con el corazón a millón y me encuentro de frente con la señora, Jean pasa por mi lado jalando de mi para que siga. La señora se percata de que la miro y sonríe.

Trago.

Todo empezó a ir lento cuando se oyó la campanilla sonar.

—¡¡Arriba las manos!! DONDE LAS VEA—. Grita Grant, tenía puesta la máscara de Anonymous. Siento la sangre caliente, la adrenalina se apoderaba de la situación. Jean me extiende el bolsito, ya tenia su máscara en mano. Saco la mía.

Hicimos una seña antes de colocarnos más máscaras y luego todo comenzó.

Saque mi arma, quite el seguro y apunté al ciclista.

—¡No te muevas!—. El levanta ambas manos suplicando que no le haga nada.

Jean había hecho lo mismo con el señor con hija en brazos, la niña comenzó a sollozar en su pecho. Miré rápidamente a Grant, este ya le había pedido todo el efectivo al de la caja. Recordé sus palabras.

Con una pierna tire abajo uno de los estantes del pasillo. Jean hace lo mismo.

—¡Al suelo!.

Pido y el ciclista no me hace caso, estaba absorto en el miedo. —AL SUELO CARAJO.

Por fin lo hace, el señor por instinto de supervivencia hace lo mismo. Camino por otro pasillo tumbando todo lo que había.

Me consigo con la señora mayor.

La anciana estaba pegada a una pared con las manos en sus oídos y sus ojos cerrados fuertemente.

—Señora, tranquila..—. Hablo suave, la señora se exalta cuando ve que soy uno de los atracadores.

Trato de tranquilizarla y está en cambio me extiende su bolsito, insistí hasta que ella se quedó más o menos calmada y corrí hasta otro pasillo. Ya jean había logrado armar un desmadre. Grant tenía un bolso lleno de dinero en efectivo, todo estaba saliendo bien hasta que escuché un disparo.

Me alarmo en el momento pero luego tuve que actuar rápido Grant estaba ordenando que saliéramos, miré al chico de la caja antes de salir, su brazo sangraba.

Salgo dando traspiés junto a Grant y Jean, el auto llegó en frente de nosotros derrapando y luego de subirnos dio marcha a toda velocidad.

—¡Así se cierra el puto telón de mierda! JUUU JU.

Celebra Grant. Jean y yo tratábamos de controlar nuestras respiraciones.

Estaba hecho, habíamos atracado una tienda.

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⏰ Última actualización: Feb 14, 2023 ⏰

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Dos corazones un alma (Maco Carter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora