Dos corazones un alma (Maco Carter)

Capítulo 1

Maco Carter(7 años)

—Chicos terminaron de hacer sus deberes(?—. Dice la maestra y todos miramos con atención, yo había terminado la mía hace ya un rato, así que asiento mientras que los demás se quejan porque la maestra avisa que saldrá un momento y que cuando regrese comenzará con la revisión.
Muchos comenzaron a correr y a relinchar mientras que otros apuran sus manos para terminar su tarea.

Miro en dirección a Yinny, me gustaba verla y no entendía el por qué, a ella también parecía gustarle verme pues hay veces en las que cuando lo hago ella ya lo estaba haciendo, y sonreía en cada ocasión. Logrando que me doliera el estómago, raro porque me gustaba sentirlo.
Yinny se levanta a dejar su libreta sobre el escritorio de la maestra para la revisión, espero un momento y me levanto para hacer lo mismo.
Cuando voy llegando a el mesón de madera alguien se interpone, Reese un compañero de clase quien ha tenido muchas faltas por su comportamiento y rendimiento en las clases.
—Dame tu libreta para copiar.—. Dice y no tuvo intención de preguntar, sonó como un aviso.
—No.—. Contesto neutro y trato de seguir caminando pero no me deja. Veo como con sus manos azota mi libreta haciendo que está caiga al suelo de cerámica. Su libreta estaba en su mesa que estaba justo a mi lado, estiró mi brazo y repito la acción. Haciendo que la libreta caiga también.
Reese abre la boca para decir algo o tal vez botar fuego por la boca pero en ese mismo momento la maestra llega.
—¡Tomen asiento por favor!
—Te veo en la salida-. Espeta y recoge su libreta echando humos. No respondí a eso, no soy de hablar mucho con nadie.
Recojo mi libreta y la dejo junto a la pila de cuadernos para volver a mi asiento.

Las clases terminan así que al salir del salón de clases camino hasta donde ve clases mi hermano. Le falta un año para cursar el primer grado. Espero un momento y veo como empiezan a salir del aula los chicos. Veo que mi hermano al verme se le dibuja una sonrisa.
—Vamos—. Digo y camino, en su rostro noto que ya no está la sonrisa.
—Te comiste toda tu comida(?—. Pregunto mientras caminamos. El asiente sin mirarme. Sabía cuándo mentía.
—¡Liaaan!—. Espeto.
—No me gustó el menú de hoy..
Alargo un suspiro.
—Sabes que a mamá no le gusta que dejes la comida.—. Lian no responde.-Trata de que no se de cuenta cuando le eches la comida a Vicky.
Vicky es nuestra perrita. Es muy inteligente, aprendió a hacer sus necesidades fuera y es muy cariñosa.
Lian asiente.
Salimos de la escuela
—¡Carrera hasta la esquina!—. Grita y sale dando zancadas. Me río pero no corro. Sigo caminando tranquilamente cuando siento que alguien me sujeta por detrás logrando que no pueda mover siquiera mis manos. No sabía quién era pero si que era mucho más grande y fuerte.
Miro a Reese quien se pone delante de mi con sonrisa malévola. Sin articular palabra comienza a golpearme en la cara y en el estómago. Entre los golpes miro a Lian. Estaba en la esquina mirando la situación paralizado. Mientras trataba de zafar el agarre en mi mente solo quería que siguiera corriendo, que siguiera la carrera hasta la casa y después haga alardes de su victoria.
Lian comenzó a correr si, pero en dirección a donde estaba. Miro que pasa por mi lado y salta justo en la espalda de quien me estaba sujetando haciendo que este debilite su agarre, pude mover mis brazos y me safe de su agarre. Logro impactar un golpe a Reese en la cara y otro en su estómago. Haciendo que este caiga en el suelo. Volteo a ver al más grande quien intenta quitarse a mi hermano de encima. Lian seguía lanzando golpes rápidos mientras se sujetaba de su cuello. El grande aprieta los brazos de Lian logrando que grite y lo suelte, este lo empuja y yo me acerco dejando un golpe en su estómago, este respondió con un golpe justo en mi pómulo derecho. Caigo adolorido y veo que Lian está golpeando con todas sus fuerzas sin rendirse. Este le da un golpe en el rostro también mandando a mi hermano al suelo.
Alguien grita y estos salen corriendo. Lian se levanta molesto corriendo detrás de ellos. Lo llamó.
—¡¡Lian!!—. Me levanto y camino hasta donde está Lian.
—¿Estás bien?—. Asiente y me mira.
—Quienes son ellos(?
Alargo un suspiro pero no respondo.
—Vamos a casa.

Cuando estamos llegando noto que a Lian se le va tornando morado en la parte donde recibió el golpe. Pensé en mi madre, no sabría que decirle si lo ve así. Lian me mira.
—Maco.. Tu cara—. Dice y entonces supe que no debía mentir. Mi madre tenia que saberlo.
Y lo supo, en el mismo momento en que termine de contarle todo fue a la escuela. Casi no quedaba nadie así que lo dejaron para el día siguiente. No me importó nada, siquiera la pelea. En lo único que pensaba era en Lian, y que a pesar de tener 5 años decidió ayudarme a pelear, supe desde ese momento que no dejaría que nadie le hiciera daño.