🌊.37.🌊

246 29 3
                                    

Cuando Kai le hizo el relevo a Hoseok en el bar el mayor no esperaba encontrarse con que Yoongi lo esperaba fuera, sus ojos brillaron al instante, viéndolo apoyado en el murete que daba a la playa, mirando el atardecer.

—¡Qué sorpresa! No avisaste de que venías.—Dijo el castaño mirando un momento su teléfono para constatar que era cierto.

El mayor no lo miró, solo se irguió, parpadeó un poco cabizbajo y rascándose una parte de la mano izquierda de forma impulsiva preguntó:

—¿Paseamos?

Hobi decidió ignorar de primeras la idea de que Yoongi mostraba una actitud un poco rara, en el tiempo que llevaban conociéndose había aprendido que insistirle cuando parecía ansioso empeoraba su estado, mientras que si hacía como si nada el chico terminaba desahogándose por sí solo.

Caminaron un buen tramo en silencio, llegando hasta la zona de las "haenyeos" y decidieron colocarse sobre las rocas sin si quiera comunicárselo entre sí.

Más silencio les rodeaba cuando se sentaron y el castaño pensó que era el momento de hablar de algo sin importancia, pero el más bajito se adelantó:

—Peleé un poco con Heejin.

La boca de Hoseok se quedó medio abierta, sin saber qué decir, aunque intuía que el enfado de los hermanos Min duraría poco, al menos teniendo en cuenta que había hablado con la chica hacía poco y podía asegurar que le tenía un amor inmenso a su hermano.

Yoongi por fin lo miró, notó que los ojos del castaño estaban un poco hinchados y parecía cansado, probablemente de tantas horas como había trabajado ese día. La economía del pueblo aumentaría con los nuevos turistas, pero haría falta trabajar el doble.

—¿Quieres irte a casa?

Hobi lo miró desconcertado, esperaba que le dijese porqué había peleado con Heejin y ahora le preguntaba aquello sin venir a cuento. A veces le costaba entender a Yoongi, por lo general todo iba bien, reían mucho y el pálido parecía estar a gusto, pero había días en los que parecía estar tenso y hasta que no soltaba qué era lo que le pasaba su actitud lo descolocaba.

—Estoy bien aquí, ¿quieres tú que vayamos a mi casa?

Miró a su alrededor, pensando que tal vez había gente cerca y Yoongi no quería hablar de cosas personales si alguien podía estar escuchando.

Yoongi miró hacia abajo, sus manos pálidas contra la roca caliente sobre la que se sentaba y Hoseok esperó.

—Lo decía porque te ves cansado.

—¡Ahh! Sí, lo estoy, pero no me voy a dormir aún.—Rió el castaño, atrapando la mirada de Yoongi como de costumbre.—Pero ahora que lo pienso, hablar sentados en mi sofá suena más tentador que estar sobre rocas.

Se levantaron y caminaron de vuelta, subieron calles y llegaron hacia la verja de los Jung, estaba abierta porque la puerta principal estaba cerrada con llave. Hoseok se sacó las llaves del bolsillo del pantalón, ambos chicos entraron y Yoongi se dirigió a la jaula de Kuzco mientras el otro dejaba sus pertenencias sobre un mueble donde la señora Jung colocaba figuritas coleccionables.

Hoseok se dejó caer en el sofá soltando un sonido de satisfacción y Yoongi siguió acariciando al conejo mientras miraba de reojo al otro chico.

—¿Qué te contó Heejin?

El castaño giró la cabeza de inmediato para mirarlo, pero el pálido no lo miraba, se mantenía agachado mientras acariciaba al animalillo como si la pregunta no tuviese importancia aunque claramente por el tono tenía toda la importancia del mundo para Yoongi.

🌊"A éste lado del paraíso"🌊 (Kookmin/Jikook). COMPLETADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora