1 | Su llegada

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Seattle, Washington
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—Muévete o llegaremos tarde —da golpes fuertes y muy certeros, suficientes para levantar a su mejor amigo.

Demonios. Escucha un quejido del otro lado y ríe. Siempre lo levantaba de la peor manera posible y en alguna oportunidad SeokJin o su compañero terminaba cayendo de la cama.

—¡Deja de tocar así! ¡Ya voy, ya voy! —escucha la respuesta que estaba esperando y bufa con fastidio acomodando sobre su hombro el maletín en el que lleva libros importantes.

Tras unos segundos de espera la puerta se abre, y alguien lo toma del brazo con fuerza para hacerlo ingresar. Mientras cierra la puerta observa a detalle el desastre que es exactamente la mitad de la habitación que SeokJin comparte con otro individuo, compañero de la misma facultad.

—Qué asco, ¿quién vive de este lado de la habitación? ¿Un animal? —se queja mientras intenta buscar un espacio sobre la cama más decente para tomar asiento y esperar.

—Sí, claro, ríete cuanto quieras, al menos yo tengo una vida, no sigo el mismo camino de aburrimiento que Jin. Ayer estuve ocupado, unas amigas decidieron desordenar un poco la habitación...

—Y yo tuve que escuchar todo, casi no pude dormir nada... —Jin sale del pequeño baño de la habitación, perfectamente listo, como siempre—. Además, yo si tengo una vida —refuta inmediatamente— muy divertida cabe recalcar. ¿O no recuerdas aquella noche en la que salimos con esas amigas tuyas de la otra universidad?

El compañero de habitación le mira estupefacto al escuchar sus palabras tan falsas como aquella planta que Jin conversaba polvorienta en su ventana. Tenía una clase de cariño especial por esa cosa.

—Jin... —toma un respiro para responder con calma—. ¡Te fuiste a la media hora de haber llegado! Según tú, tenías un examen importante a la mañana siguiente, cuando en realidad ya habíamos salido de vacaciones, me dejaste solo, de lo cual no me quejo, pero no debes echarle mentiras a Jimin.

Jin algo desconcertado olvida el siguiente argumento que usaría en su defensa, gran parte de lo que James decía era verdad, si no se encontraba en clases, gran parte de su tiempo permanecía en la biblioteca de la universidad o frente a la computadora con algún videojuego.

—Descuida, conozco muy bien a Jin —responde Jimin y en automático comienza a reír junto con James.

—¡¿Pero que pasa hoy con ustedes?! Se levantaron con ganas de recordarme lo divertido que soy —reclama Jin mientras guarda su teléfono móvil y llaves en los bolsillos de su pantalón.

Mira una vez más su reflejo en el espejo de cuerpo completo que comparte con su compañero asegurándose de que se encontrara correctamente presentable.

—Lo siento, es inevitable —se disculpa Jimin de una excelente forma—. Bueno, Jin, mueve tu trasero, primero pasaremos a dejar estos libros a biblioteca, luego iremos al aeropuerto, el avión está por aterrizar.

—¿Y quién vendrá? —pregunta James muy interesado en conocer la identidad de la persona que irían a buscar.

—Oh, solo un amigo, pronto lo conocerás —rápidamente responde Jimin tomando del brazo a Jin para luego abrir la puerta y lanzarlo fuera.

Se les hacía muy tarde.

*****

Jimin corre muy animado, saltando y elevando su mano, moviéndola de un lado al otro como si el jovencito que bajaría de aquel avión pudiera verlo por inmenso ventanal del aeropuerto. Jin intenta seguirle el paso y correr también hacia la puerta de embarque.

DON'T › NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora