DON'T › NamJin

4 | El primer problema

—Yo llevaré a James... —Jin pasa uno de los brazos de su Roomie por sus hombros y levanta gran parte de su peso.

James había bebido demasiado y también probó unas cuatro "golosinas", lo que creía sería una fiesta saludable que le ayudaría a interactuar mucho más con la jovencita que ha llamado mucho su atención terminó con un compañero de otra facultad al borde de la muerte y viéndola alejarse con su exnovio.

Campeón James Mott.

—Y yo a Jimin, trataré de no perderme en el campus de Derecho —agrega Namjoon antes de intentar despertar a su mejor amigo.

Jimin se levanta limpiándose el hilo de baba mezclado con granos de arena que se quedaron pegados a su mejilla luego de escoger como buena opción de una cómoda cama, la orilla del mar.

Namjoon se ofrece a llevarlo en su espalda, podía fácilmente levantar a su amigo, pero se le seria complicado lidiar con lo cariñoso que se pone cuando está ebrio y volando.

—Que lindo eres —es lo primero que se le ocurre decir a Jimin dejando su mentón sobre el hombro de Namjoon—, guapo, espectacular, mi mejor amigo es perfecto.

—Vaya, los postrecitos lo golpearon muy fuerte —Jin comprende que sus amigos se encuentran en una clase de viaje astral.

—¿Ustedes nos cuidarán? ¡Exijo llegar vivo! —Jimin rodea el cuello de Namjoon de una forma que resulta incómoda para respirar moviendo sus pies sin parar.

—¿Exiges? ¡Park Jimin, deja de moverte, pareces lombriz! —el muchacho de anteojos estaba perdiendo la paciencia.

—¡James, deja de patinar con los pies! —igualmente Jin.

Entonces James y Jimin comenzaron a reírse sin control, al parecer existía un chiste que solo ellos entendían.

—Parecen un matrimonio —expresan de repente—. Padre y madre regañando a sus hijos. Necesitan salir más a fiesta, desestresarse.

—¡Totalmente de acuerdo! —James levanta la voz justo en el oído de Jin.

—Chicos, ayúdense un poco, mañana tenemos el día libre y podrán seguir haciendo idioteces.

—Obviamente Jin es la esposa. Es el único de nosotros que sirve para cocinar, tiene un millón de recetas aburridas en ese cuaderno viejo, pero son deliciosas —el más pequeño se esfuerza en quitarle el aire al que intenta llevarlo.

—No sé si sentirme ofendido o alagado —Jin ya estaba confundido.

—Creo que alagado —Namjoon trata de motivarlo.

Entonces el toque final de la noche lo da Jimin, manchando una pequeña parte de la chaqueta de Namjoon, con posiblemente su desayuno o solo bilis, el jovencito rubio no recordaba haber comido algo en todo el día.

—Joder...

—¿Necesitas ayuda? —el mayor empezó a caminar y casi arrastrar a James.

—No, descuida, trataré de volver a salvar mi chaqueta, Jimin le tiene una clase de cariño —excelente recuerdo.

—De acuerdo, nos vemos mañana. Cuídense chicos —Jin no tiene más opción que tomar algunos mechones de cabello de James, lo bueno es que no sentía nada—. ¡Muévete, maldición!

*****

—Gracias por el informe, logramos presentarlo muy a tiempo.

Luego de varios y muy largos minutos, perderse por diversos pasillos y casi infartarse al recordar que dejo sus libros en el auto de James, Namjoon logró llegar a su habitación.