Amelia se despertó con un desgano muy grande. Aunque vio tendido sobre las mantas a Al. Ella se levantó y decidió hacerle el desayuno; pensó que eso le alegraría. Cuando abrió las puerta Luke ya no estaba.
Preparó el desayuno y pidió a las criadas que pusieran la mesa. Ellas agradecidas por su amabilidad la pusieron lo más bien que pudieran. Después, Amelia fue al dormitorio para despertar a Al pero él ya se había adelantado. Estaba sentado sobre la silla escribiendo una carta con su buena letra. Entonces apareció un soldado reclamando la carta. Él corriendo se la dio.
- Buenos días Amelia- saludó Al
- ¡Hola! ¿Qué tal has dormido?- preguntó ella
- Bueno...creo que bien- respondió
- Me parece genial ¡te he preparado el desayuno!- confesó Amelia
- Muchísimas gracias pero...no tenías porque...
- No te preocupes, no ha sido nada...- se rio ella
- ¡tengo una buena noticia!- soltó Al comenzando a desayunar
- ¿Cuál?- pregunto Amelia
- ¡hemos capturado a Max!- repuso el joven
- ¡me alegro muchísimo!- respondió ella sonriendo- nos podrá decir dónde está el portal y nos iremos
- Si es que nos lo dice...
- ¿Piensas que no nos lo dirá?- se entristeció Amelia
- No lo pienso, es que...no creo que nos lo diga, ya te contó mi hermana que ama a la isla...-respondió Al
- Lo se...
- Pero...aun así estaremos felices ¿verdad?- se quiso asegurar el joven
- Claro- contestó Amelia
- Me tengo que ir- dijo Al saliendo por la puerta
- Adiós- contesto la joven antes de que desapareciera por la puerta.
Al fue inmediatamente a donde le llamó su padre; las mazmorras, estas se escondían en la selva, en una cueva interna que había. Los soldados se trasladaban hacia ella a través de un pasadizo oculto en la casa de Michel. Allí es donde estaba Max. Al se dirigió con rapidez al pasadizo y tras haberlo cruzado busco en las mazmorras a su padre.
Al final lo encontró en la puerta de la celda de Max.
- Al fin has llegado- dijo Michel
- ¿Qué quieres que haga en un sitio tan horrible como este?- preguntó Al enfadado
- Quiero que aprendas como le voy a sacar la información a este desgraciado- dijo señalando a Max
- No pienso dejar que le tortures...- dijo enfrentándose a Michel
- Yo voy a hacer con él todo lo que quiera puesto que dejó a mi hija, se largó a la selva, encontró el portal y ahora lo cambia de lugar cada día para que nunca lo encontremos...- respondió su padre- ¡sacadlo!- ordenó
Uno de los soldados cogió una llave y abrió la puerta de la celda, después tiró de las cadenas y salió un joven de 17 años con el pelo castaño, alto y de ojos marrones casi color miel. Solo llevaba unos pantalones pero la suciedad y el polvo que llevaba acumulados en el cuerpo hacia que no se le viera nada de piel. Ni siquiera brazos...
- ¿Qué tal has dormido Max?- preguntó Michel con sarcasmo
- Creo que bastante mejor que tú viejo...- respondió Max sonriendo
- Me alegro mucho...porque creo que va a ser la última vez que duermas bien...- lo amenazó
- No lo creo...- respondió seguro
- ¿Nos vas a decir ya donde está el portal?- preguntó Michel
- Ni en tus sueños- respondió el joven
- ¡Atadlo!- ordenó gritando Michel
Entonces cogieron a Max por los brazos y lo ataron a dos palos que habían uno enfrente de otro. Michel cogió un látigo que había en un rincón de la sala y pego a Max. Este enseguida gritó.
Cuando Al vio como la sangre del chico corrió por la espalda quitó a su padre el látigo manchándose de sangre.
- ¡No pienso dejar que le sigas azotando!- gritó Al
- ¡Espera!- alzó Michel- hay algo que no sabes...- los jóvenes miraron a Michel- Al, ¿no crees que es demasiado extraño que le hayamos podido atrapar tan fácilmente?- Max desvió la mirada- será por algo ¿no?...-Michel miró a Max- es porque nuestro querido "tarzán" se ha enamorado...
- ¿enamorado?- se sorprendió Al
- ¡Sí! Pero no de tu querida hermana...si no de tu bellísima y joven prometida...-Michel miró a Max- tu error de enamorarte y acercarte a verla te ha costado muy caro...
- ¡De Amelia!- se sorprendió Al
- Si...porque fue él quien la trajo cuando se cayó por la montaña.
- ¡Deje de contar lo que no es verdad!- gritó Max
- Cállate y déjame contarle todo- contestó Michel- si de verdad no la quieres dímelo a la cara...
- Yo...yo...no...no puedo...-confesó Max
- ¡Perfecto! Ahora estas dando más razones para pegarte...
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En el corazón de la isla
PertualanganAmelia, es una chica normal, va al instituto, y tiene 15 años, es muy afortunada ya que tiene de todo. las vacaciones estan muy cerca, solo le queda un día de clase y se acaba de enterar de que Linda, su mejor amiga, se muda a Estados Unidos, y no v...