CEASE

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NARRADOR.

Aquella tarde tan divertida había culminado con los cinco jóvenes cenando en el hotel, más precisamente en  la habitación que compartían los hermanos Vargas.

Mafer a pesar de aparentar verse lo más “normal” era posiblemente la única que no había notado su propio comportamiento inusual.

Los chicos la miraban “disimuladamente” mientras que entre ellos mismos se lanzaban miradas de: “¿Quien le pregunta?”

Finalmente el valiente en tomar la iniciativa fue Isaza quien primero hizo un ruido con su garganta, después tosió esperando llamar la atención de aquella rubia y ambos intentos fueron completamente inútiles pues ella estaba realmente sumida en sus pensamientos.

— Mafer —le llamó pero seguía igual— Fernanda —hablo está vez con más volúmen e intensidad en su voz. Nuevamente fallo— ¡Mafer Cameron hay una cucaracha cerca de tí! —finalmente La joven salió de su trance, salto de su lugar y hecho un pequeño grito.

— Saquen la, saquen la por favor.

Pidió claramente asustada, segundos más tarde escucho la risa de los chicos y al notar que no había dicho animalito respiró con tranquilidad; miró mal a Isaza y le lanzó un cojín que cayó justo en su cara.

— Esas bromas no se hacen, eres un viejito muy desconsiderado.

— No soy desconsiderado sin embargo tú si lo eres, te hablé muchas veces y solo me ignoraste —contesto dramáticamente y sobre actuado— ¿En qué piensas Mafer?

— En cosas de abogados —mintió descaradamente— iré a dormir, mañana hay que retomar todo y me siento algo cansada —hizo una media sonrisa y miró discretamente a Martin.

— Supongo que está bien —alzo los hombros— descansa Mafer.

— Duerme bien abogada —agrego Simón con una sonrisa.

— Hasta mañana mexicana —sonrio Villamil.

— Gracias chicos, hasta mañana.

Finalmente ella se despidió con la mano y fue a su habitación.
Al llegar se lanzo sobre la cama, tomo la almohada y grito, quería soltar todos esos sentimientos tan confusos que la hacían sentir irritada.

Tomo su celular y minutos más tarde ya estaba hablando con su amiga.

— Ese chico es realmente atrevido —rio suavemente— pero se que ese beso no es lo que te tiene... ¿Agitada?

— Tienes razón, realmente no es eso Beth, lo que pensé en ese beso es lo que me tiene bastante alterada —suspiro con cansancio— mientras Martin me besaba una sola persona pasaba por mi mente —suspiro— Villamil, yo deseé que ese beso, esos labios, esa confesión; fueran de él.

— Que emoción, que emoción, que emoción —del otro lado de la línea un suave gritito de felicidad se hizo presente— yo lo sabía Mafer, ese colombiano te trae mal, muy mal.

— Más de lo que me gustaría aceptar —respiro cansada— más allá de que él me guste o yo a él, que realmente no creo que sea el caso. Es mi trabajo, no puedo perderlo sólo por un montón de hormonas alteradas.

— Tú y yo sabemos que esto que sientes no son solo “hormonas alteradas” —su tono de voz era serio pero mantenía esa emoción— a tí realmente te está gustando Juan Pablo y más que eso, me atrevo a decir que le estás tomando un cariño mucho más intenso.

𝘾𝙐𝘼𝙉𝘿𝙊 𝙀𝙇 𝘼𝙈𝙊𝙍 𝙎𝙀 𝙀𝙎𝘾𝘼𝙋𝘼.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora